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Bandera Imperial Andresiana

jueves, 26 de enero de 2012

PRINCEPS LEGIBUS SOLUTUS: ELEMENTOS DE LA TRANSICIÓN DE LA MONARQUÍA FEUDAL A LA MONARQUÍA AUTORITARIA EN LA BAJA EDAD MEDIA



PRINCEPS LEGIBUS SOLUTUS: ELEMENTOS DE LA TRANSICIÓN DE LA  MONARQUÍA FEUDAL A LA MONARQUÍA AUTORITARIA EN LA BAJA EDAD MEDIA.


Andrés Sáez Geoffroy
Ayudante Historia Medieval 
Otoño 2009


1     Palabras Generales


Cuando se hace referencia al Estado en la edad media, la tendencia principal es hacer alusión al Estado Feudal. El Estado Feudal en síntesis es la fusión que se produjo entre los siglos V – VIII de los derechos y formas estatales germánicas y romanas. Dicho modelo estatal poseía como características esenciales el ser un Estado débilmente centralizado y donde los reyes – figura de dicha centralización- cedían su poder a los nobles o a su comitatus debido a los servicios prestados en la guerra. Lo anteriormente señalado se entendía en el marco del derecho patrimonial germánico, es decir hay una personalización y privatización  del derecho, vale decir, que los territorios, la antigua hacienda pública, las riquezas, bienes, etc. que dependiesen del Estado ya no eran públicos como en Roma (res pública) sino que ahora pertenecían al monarca (res privata), así mismo “en un mundo basado en la economía agraria, en que el comercio había quedado reducido a un minium, en que la moneda había dejado de circular y en que la única riqueza era la tierra, los reyes carecieron de instrumentos y recursos para hacer efectiva su autoridad y el poder pasó a manos de los grandes señores, dueños y amos de la tierra y sus hombres”[1], entonces el Estado terminó por transformarse fruto de la transición del mundo antiguo al medieval en un mosaico de unidades semi independientes y con poca coherencia política, salvo la figura del monarca, se se ha debilitado fruto de esta patrimonialización del Estado, hecho legitimado con el decreto de nobles y obispos de Clotario II lo que les dio el ejercicio de la justicia a los nobles (611) y la asamblea de Quierzy donde los cargos pasaron a ser heredables (877).

Se creo así el Estado feudal, que se basaba en la división geográfica y donde el poder se asocia a al señor que ostenta la jurisdicción territorial, el cual podía imponer sus propias normas a su patrimonio personal, donde el rey sólo pasaba a ser finalmente un primus inter pares. Tal como señala Perry Anderson  “el afincamiento  de los condes y terratenientes locales en las provincias por medio del naciente sistema de feudos y la consolidación de sus dominios y de su señorío sobre el campesinado serían los cimientos del feudalismo que lentamente se solidificó por toda Europa en los dos siglos siguientes”[2]

En el surgimiento y consolidación del Estado Feudal, no hubo un poder capaz de conseguir unir los territorios nuevamente, sobre todo entendiendo que desde el siglo X, se inició un fuerte proceso de contraposición y enemistad entre el poder temporal (imperial) que buscaba  dominar a la iglesia y someterla a su égida, y el poder espiritual (papado) que buscaba que todo el poder político quedara sujeto a sus manos sea mediante la ratificación de los cargos regios o simplemente declarando que el papa era un poder superior a cualquier otro existente en el mundo, cuestión que logró entre los siglos XI a XIII. Estas problemáticas tuvieron en ascuas a la nobleza y al orden religioso lo que se vio reflejado en múltiples acciones como la llamada querella de la investidura, el concordato de Worms, y el establecimiento del papado en Aviñón, evento el cual produjo una división de la cristiandad occidental en tres papados en un momento, este suceso conocido como “El gran cisma, que rompió la magnífica organización del papado y de la iglesia, actuó como un disolvente de la unificación tradicional y ofreció oportunidad en el ambiente fluctuante para el aumento de las fuerzas de la monarquía y de las nacionalidades del criticismo y la reconstrucción del individualismo y la legislación concretamente arbitraria, de las disputas en el seno  de la comunidad cristiana”[3] dichos actos así como la emergencia de nuevos mecanismos políticos en el fin de la edad media como respuesta a la crisis general del feudalismo surgida en el siglo XIV significó que el poder unificador esbozado por la iglesia durante toda la edad media sería desde entonces traspasado paulatinamente a los reyes y al naciente Estado.

Por otro lado había un elemento de orden ideológico, la concepción del Estado en la época clásica  era que este existía para lograr el bien común o simplemente para superar y controlar la perversidad natural del hombre, esta visión desaparece en la edad media. La concepción del estado en el Medioevo se asocia a la justicia y la salvación del alma, para lograr el bien humano o controlar la maldad del hombre ya no era necesario el Estado, pues se contaba con la iglesia la cual era llamada a crear un clima de paz y unidad para lograr el bienestar humano y en caso de que de la persona fuera mala, de ocurrir esto se ejercía justicia enviándolo al infierno, esto es lo que en términos de la ciencia política Norberto Bobbio[4] ha venido a denominar la concepción negativa del Estado en la Edad media, y es a lo que responde el silogismo  el hombre es malo por naturaleza, el Estado es regido por hombres, luego el Estado es malo y debe rectificarse mediante los sacramentos y dogmas religiosos, donde el reino de los cielos se contrapone totalmente a los reinos de la tierra recogiendo la teoría de las dos ciudades de San Agustín.

En la baja edad media, la autoridad era conferida por el hecho de ser propietario, el concepto de autoridad se convirtió en sinónimo de propietario, por tanto el Estado feudal se encontraba tan subdividido como tantos propietarios existiesen dentro de los límites nominales de un reino, por ejemplo “La Francia de los Capetos sólo tenía una unidad nominal. El régimen feudal le confería un aspecto dividido y anárquico. El dominio real –aquel donde el rey ejercía un poder efectivo- alcanzaba muy poca extensión. La diversidad de lenguas y de costumbres hacía más profundas las divisiones”[5].

El fin de dicho orden de cosas termina cuando las disputas religiosas, el rol que comenzaba a jugar el comercio y la nueva clase mercantil, los reyes iniciaron un proceso de unificación que alcanzó amplia esferas del poder político. Esto les fue permitido ya que a mediados del siglo XIV con la serie de crisis económicas y sociales se asiste al surgir de las monarquías autoritarias como se han venido a llamar los reinos que emergen del proceso de desintegración del Estado Feudal a fines de la baja edad media, “la crisis económica y social entrañaba naturalmente, una crisis política que se hizo visible desde el primer momento. Si la monarquía feudal parecía compatible con cierto orden de cosas, la aparición de nuevos elementos sociales y económicos desató en la corona la aspiración de centralismo y permitió entrever las posibilidades de alcanzarlo mediante una transformación de su base de sustentación”[6] lo cual es  resultado de las profundas convulsiones sociales de la época como el surgimiento de la burguesía, el  decaimiento de la iglesia, la peste negra; así como de trastornos económicos como el decaimiento del comercio, el agotamiento de los circuitos comerciales por las guerras, la sobre expansión monetaria, el estancamiento demográfico y agotamiento de los suelos, en el fondo una crisis general de la estructura socio económica que tuvo repercusiones en el aspecto político.

Se hizo entonces necesario cada vez más definir las fronteras territoriales con total claridad –o por lo menos intentarlo-. Desde el punto de vista económico las múltiples barreras y límites entre los diversos ducados, marcas, condados, etc. significaban el pago de una mayor cantidad de impuestos en forma de peaje y una diversidad incontable de sistema de pesos, medidas y del valor monetario por lo que la clase mercantil requería de una unificación de criterios en cuanto al desarrollo de su ocupación profesional y la maximización de ganancias. Desde el punto de vista geopolítico la diseminación de territorios de los monarcas hacía mucho más difícil su administración y utilización sobre todo cuando fruto de la evolución cultural e idiomática se habían ido consolidando territorialmente grupos homogéneos de población con características culturales similares lo que hacía mucho más fácil su control y dominación, así como el aprovechamiento económico de las regiones, la recopilación de impuestos y su defensa. Por último se hacía necesario la unificación desde el punto de vista judicial para aplicar criterios similares a toda una corona y que no dependiese de las arbitrariedades de un señor que podía ser o no leal al rey. Los únicos que podían realizar la tarea de unificación fueron los reyes por el poder patrimonial que aun poseían y habían ido logrando mediante diplomacias y matrimonios hábilmente concertados, en síntesis “hubo así, durante la baja edad media, una lucha sostenida y casi constante por el ajuste de las jurisdicciones nacionales. Castilla, Aragón y Portugal, Francia e Inglaterra, Florencia y Pisa, Aragón y Dos Sicilias, Serbia y Bizancio, fueron en ocasiones protagonistas de estas luchas en las que se ve a las nacientes unidades monárquicas tratando de ajustar su autoridad política y económica de acuerdo a sus fuerzas y a sus competidores”[7]

En los países donde había una monarquía fuerte en ciernes como era el caso inglés, francés y español esto se logró por la emergencia de cuatro grandes elementos: el ejército, la burocracia, el sistema de impuestos, y el derecho. Mientras los estados más débiles (Europa Central) predominó un estado fragmentario que siguió siendo feudal, predominando las asambleas feudales y el poder de la iglesia, en Alemania e Italia el poder papal y siglos de administración feudalizada detuvieron el movimiento que tuvo que esperar unos 400 años, tal como señala Romero “Así se comenzaron a insinuar las monarquías nacionales en los albores de la baja edad media. Como antes los feudos, los reinos aspiraban a ser ámbitos cerrados tanto en lo económico como en lo político, en los que la soberanía residía en modo incontestable en el rey”[8], el cuadro siguiente sintetiza los elementos de la conformación del Estado y sus objetivos:



2    EL EJÉRCITO


Una de las instituciones o elementos que surgen fruto de estos cambios, en respuesta al constante belicismo de los siglos finales de la baja edad media es la creación de un ejército profesional donde ya no tenían cabida los nobles en el sentido clásico del “auxilium et consilium” sino que el rey como mayor propietario y primero entre sus pares podía por medio de las ganancias extraídas de su propio patrimonio junto con los préstamos que le pudiesen otorgar los comerciantes, crear un ejército profesional de mercenarios que no dependiese de las vicisitudes de las lealtades de sus vasallos como tantas veces ocurría en los conflictos bélicos de la Edad media. Georg Duby en su “El siglo de los caballeros” menciona a los mercenarios dentro de lo que denomina la guerra nueva y señala que “Eran mercenarios porque, bajo el mando de un capitán, constituían una tropa estrechamente unida que se alquilaba por una temporada. Eran profesionales que trabajaban por dinero. Reclutados entre los marginados, en las regiones pobres, iban a pie, como los campesinos y los burgueses. Equipados como éstos con armas que los caballeros despreciaban emplear, picas, hachas y, por supuesto, ballestas, se mostraban en el combate más eficaces todavía que los escuadrones de jinetes armados con lanzas. La caballería encontraba  delante de si a un adversario capaz de vencerla y que, no respetando sus costumbres ni combatiendo lealmente, suponía un peligro real”[9]

El conflicto de la guerra de los cien años será donde esta institución cobre su forma, ya que durante la guerra se desacreditó totalmente la caballería nobiliar, Inglaterra y Francia “se lanzaron en la primera mitad del siglo XIV a una larga guerra que debía contribuir a modificar sensiblemente su fisonomía”[10]. Los franceses, paradigma de este tipo de ejércitos de nobles feudales a caballo y levas feudales, fueron totalmente derrotados en Crecy, Agincourt, la batalla de las espuelas de oro y el sitio de Calais durante la primera fase del conflicto por simples campesinos y ciudadanos bien armados, por lo que los reyes de Francia  decidieron iniciar la creación de un ejército que fuera capaz de derrotar a los ingleses, sentimiento que después de la batalla de Poitiers (1356) significó que “la intensa quietud que dormía en el reino estalló de pronto y la situación social adquirió un intenso dramatismo debido a la insurrección de la burguesía y de los campesinos. En París, los burgueses, adquirieron la convicción de que el fracaso militar debíase a la incapacidad de la nobleza a la que perdieron el antiguo y tradicional respeto”[11]. En definitiva al final del conflicto en 1453, el ejército francés había pasado de ser un ejército de levas feudales, a un ejército  profesional, se establecieron 6 divisiones permanentes denominadas compagnies d’ ordennance[12] (1445) las cuales con sus respectivos servicios conformarían un ejército permanente por lo cual el rey dejaría de acudir a los señores y los mercenarios, así mismo la caballería se transformó en un cuerpo profesional con los cuerpos de nobles denominados Gens d’ armee (de donde proviene la palabra gendarme), lo que significaba un ejército leal y siempre dispuesto a luchar por las órdenes del rey. Al final de la guerra la corona francesa “se habría librado de su vasallo más conflictivo y había incorporado nuevos territorios a su reino. En los estadios finales de la guerra consiguió también imponer tributos a sus vasallos y mantener un ejército estable, todo lo cual lo dotó de un poder sin precedentes”[13] Carlos VII y Luís XI monarcas del periodo  una vez finalizado el conflicto se encontraron con un poder casi absoluto con potestades legislativas y económicas que no se podían igualar en otra parte de Europa, mientras en Inglaterra triunfaba una vía contraria mucho mas parlamentaria derivada de la carta magna de 1215 que otorgaba derechos a los nobles.

Ahora bien la necesidad de pagar a estos soldados, mantener el avituallamiento así como la logística. Requerían fondos, recursos que sólo podían ser adquiridos mediante la aplicación de impuestos continuos y permanentes sobre la totalidad de los territorios del reino. El ejército tendría como funciones la coerción de elementos disidentes dentro de la monarquía, y la conquista de nuevos territorios desde donde adquirir nuevas ganancias, era en el fondo el mismo mecanismo aplicado a realidad fragmentaria durante los siglos X al XII para capturar excedentes sólo que aumentada su escala, ya no eran las fronteras interiores el objetivo de su actuación sino territorios que iban más allá de dichas fronteras, generándose conflictos con otros estados por el dominio de nuevas zonas económicas, se iniciaba así el diplomacia entre estados dinásticos.[14] Algunas Guerras de la edad media:

Conflicto                           Actores                                        Resultado                    Inicio     Fin
Guerras de los cantones
Suiza contra Imperio Germánico
Conformación Suiza
1291
1516
Guerras de los 100 años
Francia e Inglaterra,
incluye Borgoña,
España
Estado moderno
en Francia e Inglaterra
1339
1453
Guerra de las dos rosas
Guerra civil Inglesa
Entronización de los Tudor
1455
1485
Reconquista Española
Reinos Ibéricos y Musulmanes
Estado moderno en España
1100
1492
Invasiones Mongolas
Mongoles contra Islám
y Europa oriental
Debilitamiento Otomano, Bizantino y del Islam
1222
1405
Guerra de Chioggia
Venencia contra Génova
Venecia control
de comercio
1371
1381
Guerra Suizo - Borgoña
Borgoña contra Suiza
Triunfo Suizo
1475
1493
Guerra de las liga de ciudades
Italia y Alemania
Perdida del poder
imperial
1120
1389
Guerra Danesa - Hansa
Dinamarca y Hansa
Triunfo Hansa,
control marino
1361
1370
Guerra Escandinava
Dinamarca, Noruega y Suecia
Unión de Kalmar
1389
1397
Guerra Polaco - Orden teutónica
Polonia y Orden Teutónica
Derrota de la orden
1409
1466
Invasión Otomana
Turcos Otomanos
contra cristiandad
Control Otomano de los Balcanes
1405
1683


3    LA BUROCRACIA REAL


Un segundo elemento es la creación de la burocracia, con el fin de centralizar la variedad de instituciones particulares dependientes de los nobles locales, con el fin de organizar mayor  y racionalmente la administración, en definitiva se trataba de destruir los particularismos que actuaban como fuerza centrifuga del estado feudal. Con la burocracia los nuevos monarcas querían así introducir nuevos principios de administración que comenzaban a mostrar un espíritu racional en las cuestiones del Estado, la burocracia tenía como funciones el mejor cobro de impuestos y su utilización inicialmente “entre en los principales estados señoriales tiene una evidente justificación, directamente relacionada con la extensión del estado, el número de sus habitantes y sus potenciales conflictos, y sobre todo el volumen de rentas de los titulares,”[15]

Esta burocracia se asocia al surgimiento de los municipios y al surgimiento de las universidades las cuales bajo la égida eclesiástica iniciaron un proceso de formación de individuos de extracción social mercantil aptos para el desempeño de otras funciones más allá de las comerciales “La formación de universidades en Italia y el sur de Francia abrió camino a los laicos para emprender unas cuantas profesiones estimadas, como leyes y medicina (…) Sólo a finales del siglo XI los estudios eclesiásticos aspiraron a algo más aparte del dominio de la cultura antigua. Los debates sobre cuestiones sobre cuestiones conflictivas sobre el derecho eclesiástico obligaron al clero a estudiar las leyes formales del imperio romano y también permitieron descubrir que la preparación en materias tales como la lógica formal y la argumentación tenían ventajas académicas a la vez que prácticas”[16] recordemos que en las universidades se enseñaba latín, derecho, teología y gramática. El derecho ante todo creó una clase de legistas aptos para desenvolverse a los asuntos civiles así conocer el arte de la administración uniendo elementos comerciales y de derecho.

Al crecer el poder de los reyes, así como sus territorios, muchos comenzaron a contratar a estos nuevos elementos sociales con el fin de mejorar la administración, superar problemas de orden legal que pudieran suceder, así como contar con un grupo humano totalmente leal y dependiente a los monarcas y no de señores feudales, debido a la paga, beneficios y dádivas otorgadas a los mismos. Estas prerrogativas las cuales  serán usadas en detrimento de la nobleza que se opone a la centralización monárquica, “la aparición de la burocracia, que, independientemente de su impacto decisivo sobre la organización y acción del poder, permitió el acceso a las funciones de la mayor importancia social a los «hombres del rey» que, extraídos sin discriminación de la base social, se constituyeron pronto en una «aristocracia de la función» llamada a cambiar la fisonomía de la sociedad y a elaborar los conceptos políticos fundamentales del mundo moderno”[17] No obstante lo anterior,  la nobleza nunca fue totalmente desplazada, ya que muchos elementos de dicho orden que eran leales al rey, fueron incorporados a este nuevo grupo  administrativo sea como oficiales de los nacientes ejércitos profesionales, gobernadores de territorios locales o participando en la corte misma como diplomáticos, así mismo tuvieron ascendientes y acceso a las cortes que aun seguían perviviendo desde el siglo XII y que tenían algunas prerrogativas. Para Perry Anderson la burocracia fue una forma de integración de la nobleza feudal derrotada o bien para cooptarla mediante la adquisición de cargos, práctica que se desarrollo hasta bien entrado el siglo XVIII y en la cual los nobles compraban un cargo para después usufructuar los mismos mediante una sistema de corrupción más menos legalizada.[18]

La burocracia en definitiva  no fue “sólo un instrumento eficaz que ha dotado al Estado de una organización funcional adecuada, sino, sobre todo, el elemento que de modo más decisivo ha contribuido a formar el carácter objetivo de sus instancias de poder y de autoridad.”[19]  Es decir la burocracia fue la personalización directa de la autoridad y poder de los monarcas.

4   SISTEMA DE IMPUESTOS Y DE MERCADO UNIFICADO.


Los dos elementos estatales mencionados anteriormente requerían de recursos para su funcionamiento, el Estado requería de bienes monetarios para pagar a los mercenarios y demás tropas en su haber y la burocracia requería de dinero para la paga de los funcionarios, tal como señala Norman Pounds “lo gobiernos empezaron a tener una actitud más positiva hacia la política económica. Hay que considerarlo un reflejo del poder creciente y de las tendencias centralizadoras que prefiguraban el Estado-nación de la Edad Moderna. La creciente actividad bélica, la progresiva complejidad de las relaciones políticas, el aumento demográfico, creaban nuevas obligaciones a los gobierno. De todos  estos factores, el que más influencia tuvo en el cambio en las obligaciones gubernamentales fue el incremento de las proporciones de la actividad bélica”[20].

El origen del surgimiento del sistema de impuestos se asocia directamente al convulsionado que era el siglo XIV en cuanto al enfrentamiento bélico y a la transición del feudalismo al capitalismo. Para el caso de lo primero los primeros impuestos surgieron como forma de costear los ejércitos permanentes, de hecho el impuesto francés conocido como la Taille tiene su origen en un gravámen necesario para sufragar la guerra de los cien años y en España los servicios tienen ese mismo origen bélico en el contexto de la reconquista. Por otro lado la transición al capitalismo desde el feudalismo implicaba la desaparición del pago en especie y su reemplazo por el pago en metálico, surgía así la idea de un presupuesto nacional “Se había llegado ya a generalizar la idea de un presupuesto anual, de un balance entre el ingreso y el gasto, así como de prever los el gasto del año próximo.”[21] En este sentido la actividad económica comenzaba a utilizar principios racionales ya no necesariamente basados en la economía natural sino en una economía capitalista mercantil.

Al no existir la concepción de ciudadano como la época clásica o como en la actualidad, sino la de órdenes privilegiados y no privilegiados, el peso de estos cobros recayó totalmente en las clases no privilegiadas sean pobres del campo, pobres urbanos y la burguesía,“ Prácticamente en todas partes, el tremendo peso de los impuesto – la taille y la gabelle en Francia, los servicios en España- cayó sobre los pobres. La clase señorial, en la práctica y en todas partes, estaba realmente exenta del impuesto directo. Porshnev ha bautizado con razón a las nuevas contribuciones impuestas por el Estado absolutista con el nombre de <renta feudal centralizada>”[22] en el fondo se trataba de cambiar el eje de los mismos dispositivos que utilizaban los señores feudales pero ya de manera centralizada por el monarca y la burocracia en la figura del tesoro nacional. De hecho este cambio de la recopilación local de recursos a la centralizada provocó una serie de revueltas campesinas en Flandes, Francia e Inglaterra durante la guerra de los cien años, ya que a las cargas tradicionales a las que eran sometidos el campesino ahora se sumaban las cargas por guerra, por rescate de los reyes y señores capturados en guerra y los enfrentamientos que deprimían la economía a fines de la edad media.

Como se ha señalado el Estado nacional o la monarquía autoritaria cambiaron su concepción respecto del ejercicio territorial del poder pasando de una local a una nacional o central donde el concepto de frontera significaba todo lo que se encontraba dentro de límites demarcados. Con el decaimiento comercial de fines de la edad media por la gran crisis general así como del belicismo constante de la época comienzan a aplicarse medidas de tipo proteccionista de la economía mediante la imposición de aranceles a la entrada de productos,  “se da por aceptado que la consecución del poder era un elemento central del pensamiento mercantilista. En la baja edad media la mayoría de los otros aspectos de la política económica se subordinaron a este fin. Los grandes préstamos y las pesadas cargas impositivas que caracterizaron la acción de casi todos los gobiernos, en su mayoría tenían objetivó el mantenimiento de los ejércitos y campañas bélicas. Lo que se pretendía, como objetivo principal, era la ampliación territorial y el asunto del poder político”[23],  el ejemplo típico de este caso es Inglaterra donde la guerra de los cien años bloqueó sus mercados de lana de Flandes por lo que tuvo que desarrollar internamente una economía de paños, lo que tuvo por consecuencia que Inglaterra dejara de comprar paño en Flandes y que Flandes no tuviera acceso a la materia prima de su industria, algo similar ocurre con el caso de España y la mesta, se buscaba así acrecentar el poder de un Estado mediante el control del comercio internacional.

Así mismo los reyes para obtener recursos establecen la creación de monopolios cuya explotación era concedida a terceros que actuaban como financistas de estas monarquías, se crearan una serie de gravámenes con el fin de que los monarcas pudieran obtener el dinero necesario para satisfacer las cada vez más demandantes instituciones y servicios que debía mantener, nuevos impuestos, aranceles sobre aduanas debido a la nueva concepción territorial del Estado como nacional, y los impuestos sobre las rentas en los municipios, y patentes comerciales. “Al mismo tiempo, la esfera de actuación gubernamental se amplió en otra dirección. El crecimiento económico requería que se hicieran excepciones en el nexo de las relaciones y obligaciones personales que conocemos como feudalismo”[24]. Esto tuvo como consecuencia la creación del capitalismo mercantil que se desarrollará a partir del siglo XV, sobre todo debido a la conciencia que se había tomado respecto a las fronteras como espacio de intercambio. Se unificaron así criterios de comercio interno eliminándose peajes, pagos diferenciados en las diferentes localidades, etc. con el fin de estimular los intercambios nacionales al interior de los Estados y así estimular el crecimiento de la economía, y aumentar de esa forma a la vez el nivel total de impuestos percibidos para así crear ejércitos y expandirse, maximizando las ganancias y el control. La segunda fase se llevará en el siglo XVI y tendrá que ver con la búsqueda de mercados y la adquisición de metales preciosos con los cuales aumentar la capacidad importadora de las naciones.

5    EL DERECHO Y LAS IDEAS POLÍTICAS


El siglo XIII es un punto culmine de la civilización medieval y marca el inicio del surgimiento de las grandes universidades así como el inicio de la pugna entre la realeza y la nobleza por el dominio político, así mismo el accionar económico, junto con el aumento del poder de la corona dio inicio a un proceso de cambio respecto a la concepción de la ley, ya que “La ley limita la vigencia de la costumbre, que en la alta edad media había sido la fuente principal del derecho, y comienza a restituir el derecho territorial su predominio sobre el local, favoreciendo esto la unificación jurídica”[25]

A fines del siglo XI, los contactos con medio oriente, la apertura de Bizancio  y la creación de múltiples escuelas de traductores (donde destaca la escuela de traductores de Toledo en España), renacerá el estudio por el derecho romano y de las teorías políticas aristotélicas, proceso asociado al surgimiento de la Universidad de Bolonia en la cual se comenzó un proceso de reconstrucción, estudio y análisis de los elementos intelectuales mencionados, tanto así que sirvió de justificación en la emancipación del poder temporal al espiritual “El derecho romano, con su concepción de la autoridad jurídica centralizada del emperador, constituyó un argumento no menos importante para defender la posición adoptada por el rey de Francia que para sostener las pretensiones del papa. En el siglo XIII había aparecido la concepción enteramente nueva para la edad media, de que la validez de la ley depende de la promulgación por el príncipe, cosa debida, casi con seguridad, al estudio del derecho romano”[26]. De las grandes recopilaciones de derecho romano realizadas en la alta edad media por Justiniano, se tradujeron el Digesto y el Corpus Iurius Civilis, resultado de esto fue la publicación en el siglo XIII por Aco de Bolonia de la Suma Codicis, recopilación definitiva del derecho romano y obra de consulta para los glosadores en los vacíos del derecho germánico. Por otro lado la iglesia católica en la búsqueda del domino mundi  también había creado un estructura de derecho centralizado iniciándose el siglo XIII una unificación de los códigos canónicos la cual culminaría en 1441 durante el concilio de Basilea donde se adoptaría el Corpus Iuris Canonici como recopilación de derecho canónico para los asuntos eclesiásticos.

Nuevamente en el siglo XIII, y con el surgimiento de la Universidad de Paris auspiciada por la corona fracesa, y “la controversia sostenida entre el papado y el reino de Francia desde 1296 hasta 1303, acaba por completarse la teoría del imperialismo papal, ya bien desarrollada en el derecho canónico. Durante la misma época, la teoría fue decisivamente derrotada por la cohesión nacional del reino francés, y comenzó a tomar forma y dirección definidas la oposición a aquella, poniendo límites al poder espiritual y planteando las pretensiones de independencia de los reinos como sociedades políticas independientes”[27] inició una tendencia en que el poder temporal comenzó cada vez a desapegarse del poder espiritual, tomando rumbos propios, cobrando significado la frase Digesto Princeps legibus solutus es decir el rey no está sujeto a la ley, o sea no está sometido a la iglesia misma y al papa debido a que la única ley que se creía posible era la divina, sino que tiene la potestad para legislar por sí mismo en y hacia una comunidad nacional.

Estas tendencias anteriormente enunciadas junto con tener un  contexto geográfico disímil, así como hacer referencia a instituciones de diferente índole y origen, tienen en común ser el punto de partida de una directriz unificadora del derecho teniendo como ejemplo el romano lo que terminaría por generar codificaciones afines al derecho romano el cual otorgaba en su tiempo potestad legislativa, ejecutiva y judicial a los emperadores romanos de antaño, pero también derechos y procedimientos a los habitantes y ciudadanos, ese es el mensaje de las 7 partidas de Alfonso X de España y del Doomesday book Inglés. Ahora bien si dichos preceptos se trasladaban al ideal imperial medieval, esta autoridad recaía en los monarcas los cuales así, veían legitimado su accionar de manera legal e ideológica, ante las pretensiones de dominio de la iglesia católica sobre el mundo temporal y por otro legitimaba su ideal centralizador por sobre el ánimo localista de los señores feudales ya que la potestad recae en los reyes y no en los señores “La idea complementaria de que los reyes estaban ad legibus solutus, o libres de las obligaciones legales anteriores, proporcionó las bases jurídicas para anular los privilegios medievales, ignorar los derechos tradicionales y someter las libertades privadas”[28]. Se destruía así la tradición surgida en el siglo X respecto de la colaboración que debe haber entre poder temporal al espiritual.


Bibliografía.

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[1]KREBS, RICARDO;(1979) Historia universal: 1º año medio, Ed. Universitaria, Santiago de Chile, 1979 p.151
[2] ANDERSON, Perry (1990) Transición de la Antigüedad al Feudalismo, España: Siglo XXI editores p.143
[3]PREVITÉ-ORTON C.W. (1967) Historia del Mundo en la Edad Media. Tomo III. Barcelona: Ed. Ramón Sopena. p.1275
[4] BOBBIO, NORBERTO (1987) La teoria de las formas de gobierno en la historia del pensamiento politico: año académico 1975-1976. México: FCE.
[5] TOUCHARD, JEAN (1993) Historia de las ideas políticas, Madrid: Tecnos. p.124
[6] ROMERO, JOSÉ LUÍS (1998) La edad media, Santiago: FCE p.77
[7] Ibíd. p.197
[8] Ibíd. p.79
[9] DUBY, GEORGE, (1995) Siglo caballeros, Madrid: Alianza Editorial;  p.143
[10] ROMERO op.cit p.81
[11] Ibid p.83
[12] Reforma militar realizada en 1439,1444,1445,1448 y 1451 las cuales dieron poder solamente al rey de reclutamiento, con 12.000 hombres de caballería permanentes establecidos en provincias, se estableció una leva de infantería profesional cada un número determinado de viviendas, a lo que se agregaron piezas de artillería necesarias para derribar las murallas de los nobles rebeldes.
[13] MATTHEW, Donald. (1994) Atlas Culturales del Mundo: La Europa Medieval, raíces de la cultura moderna. 2 Vols. Barcelona: Ediciones Folio S.A p.198
[14]Desde fines de la edad media, la guerra asoló Europa ininterrumpidamente hasta 1815, Guerra de los 100 años, guerras de religión, guerras de los treinta años, guerras de los siete años, …etc.
[15] CALDERÓN ORTEGA José Manuel  (1996)El gobierno y la administración de un Estado señorial: El consejo de los Duques de Alba (1484-1531), en Revista la España medieval, nº19 p.312, pags. 311-346
[16] MATTHEW, Donald Op.Cit p,150
[17] FUEYO ALVAREZ J.F (1956), La morfología .del poder político y la burocracia, en Revista de administración pública, , Nº 20, 1956,  p.17-18
[18] ANDERSON, PERRY (1987) El Estado Absolutista, España: Siglo XXI editores p.143
[19] FUEYO, J.F Op.Cit p.18
[20] POUNDS, Norman.  (1981)Historia económica de la Europa medieval. Editorial crítica. España p.500
[21] HALE J.R (1993) La Europa del renacimiento, Madrid: Siglo XXI editores p.186
[22] ANDERSON, El Estado….. op.Cit p.30
[23] POUNDS Op.Cit p.507
[24] POUNDS Op.Cit p.499
[25] EYZAGUIRRE, JAIME,(1983) Historia del derecho, Santiago: Editorial Universitaria. p.87
[26] SABINE, GEORGE (1994) Historia de la teoría política, México : Fondo de Cultura Económica, p.209
[27] SABINE GEORGE op.Cit p.201
[28] ANDERSON, El Estado….. op.Cit p.22

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