PRINCEPS LEGIBUS SOLUTUS:
ELEMENTOS DE LA TRANSICIÓN DE LA MONARQUÍA
FEUDAL A LA MONARQUÍA AUTORITARIA EN LA BAJA EDAD MEDIA.
Andrés Sáez Geoffroy
Ayudante Historia
Medieval
1
Palabras
Generales
Cuando se hace referencia al Estado en la edad media,
la tendencia principal es hacer alusión al Estado Feudal. El Estado Feudal en
síntesis es la fusión que se produjo entre los siglos V – VIII de los derechos
y formas estatales germánicas y romanas. Dicho modelo estatal poseía como
características esenciales el ser un Estado débilmente centralizado y donde los
reyes – figura de dicha centralización- cedían su poder a los nobles o a su comitatus debido a los servicios
prestados en la guerra. Lo anteriormente señalado se entendía en el marco del
derecho patrimonial germánico, es decir hay una personalización y privatización
del derecho, vale decir, que los
territorios, la antigua hacienda pública, las riquezas, bienes, etc. que
dependiesen del Estado ya no eran públicos como en Roma (res pública) sino que ahora pertenecían al monarca (res privata), así mismo “en un mundo
basado en la economía agraria, en que el comercio había quedado reducido a un
minium, en que la moneda había dejado de circular y en que la única riqueza era
la tierra, los reyes carecieron de instrumentos y recursos para hacer efectiva
su autoridad y el poder pasó a manos de los grandes señores, dueños y amos de
la tierra y sus hombres”[1], entonces
el Estado terminó por transformarse fruto de la transición del mundo antiguo al
medieval en un mosaico de unidades semi independientes y con poca coherencia política,
salvo la figura del monarca, se se ha debilitado fruto de esta
patrimonialización del Estado, hecho legitimado con el decreto de nobles y
obispos de Clotario II lo que les dio el ejercicio de la justicia a los nobles (611) y la asamblea de Quierzy donde los
cargos pasaron a ser heredables (877).
Se creo así el Estado feudal, que se basaba en la
división geográfica y donde el poder se asocia a al señor que ostenta la
jurisdicción territorial, el cual podía imponer sus propias normas a su
patrimonio personal, donde el rey sólo pasaba a ser finalmente un primus inter
pares. Tal como señala Perry Anderson
“el afincamiento de los condes y
terratenientes locales en las provincias por medio del naciente sistema de
feudos y la consolidación de sus dominios y de su señorío sobre el campesinado
serían los cimientos del feudalismo que lentamente se solidificó por toda
Europa en los dos siglos siguientes”[2]
En el surgimiento y consolidación del Estado Feudal,
no hubo un poder capaz de conseguir unir los territorios nuevamente, sobre todo
entendiendo que desde el siglo X, se inició un fuerte proceso de contraposición
y enemistad entre el poder temporal (imperial) que buscaba dominar a la iglesia y someterla a su égida,
y el poder espiritual (papado) que buscaba que todo el poder político quedara
sujeto a sus manos sea mediante la ratificación de los cargos regios o
simplemente declarando que el papa era un poder superior a cualquier otro
existente en el mundo, cuestión que logró entre los siglos XI a XIII. Estas
problemáticas tuvieron en ascuas a la nobleza y al orden religioso lo que se
vio reflejado en múltiples acciones como la llamada querella de la investidura,
el concordato de Worms, y el establecimiento del papado en Aviñón, evento el
cual produjo una división de la cristiandad occidental en tres papados en un
momento, este suceso conocido como “El gran cisma, que rompió la magnífica
organización del papado y de la iglesia, actuó como un disolvente de la
unificación tradicional y ofreció oportunidad en el ambiente fluctuante para el
aumento de las fuerzas de la monarquía y de las nacionalidades del criticismo y
la reconstrucción del individualismo y la legislación concretamente arbitraria,
de las disputas en el seno de la
comunidad cristiana”[3] dichos
actos así como la emergencia de nuevos mecanismos políticos en el fin de la
edad media como respuesta a la crisis general del feudalismo surgida en el
siglo XIV significó que el poder unificador esbozado por la iglesia durante
toda la edad media sería desde entonces traspasado paulatinamente a los reyes y
al naciente Estado.
Por otro lado había un elemento de orden ideológico,
la concepción del Estado en la época clásica era que este existía para lograr el bien común
o simplemente para superar y controlar la perversidad natural del hombre, esta
visión desaparece en la edad media. La concepción del estado en el Medioevo se
asocia a la justicia y la salvación del alma, para lograr el bien humano o
controlar la maldad del hombre ya no era necesario el Estado, pues se contaba
con la iglesia la cual era llamada a crear un clima de paz y unidad para lograr
el bienestar humano y en caso de que de la persona fuera mala, de ocurrir esto
se ejercía justicia enviándolo al infierno, esto es lo que en términos de la
ciencia política Norberto Bobbio[4] ha
venido a denominar la concepción negativa del Estado en la Edad media, y es a
lo que responde el silogismo el hombre
es malo por naturaleza, el Estado es regido por hombres, luego el Estado es
malo y debe rectificarse mediante los sacramentos y dogmas religiosos, donde el
reino de los cielos se contrapone totalmente a los reinos de la tierra
recogiendo la teoría de las dos ciudades de San Agustín.
En la baja edad media, la autoridad era conferida por
el hecho de ser propietario, el concepto de autoridad se convirtió en sinónimo
de propietario, por tanto el Estado feudal se encontraba tan subdividido como
tantos propietarios existiesen dentro de los límites nominales de un reino, por
ejemplo “La Francia de los Capetos sólo tenía una unidad nominal. El régimen
feudal le confería un aspecto dividido y anárquico. El dominio real –aquel
donde el rey ejercía un poder efectivo- alcanzaba muy poca extensión. La
diversidad de lenguas y de costumbres hacía más profundas las divisiones”[5].
El fin de dicho orden de cosas termina cuando las
disputas religiosas, el rol que comenzaba a jugar el comercio y la nueva clase
mercantil, los reyes iniciaron un proceso de unificación que alcanzó amplia
esferas del poder político. Esto les fue permitido ya que a mediados del siglo
XIV con la serie de crisis económicas y sociales se asiste al surgir de las
monarquías autoritarias como se han venido a llamar los reinos que emergen del
proceso de desintegración del Estado Feudal a fines de la baja edad media, “la
crisis económica y social entrañaba naturalmente, una crisis política que se
hizo visible desde el primer momento. Si la monarquía feudal parecía compatible
con cierto orden de cosas, la aparición de nuevos elementos sociales y
económicos desató en la corona la aspiración de centralismo y permitió entrever
las posibilidades de alcanzarlo mediante una transformación de su base de
sustentación”[6] lo cual es resultado de las profundas convulsiones
sociales de la época como el surgimiento de la burguesía, el decaimiento de la iglesia, la peste negra; así
como de trastornos económicos como el decaimiento del comercio, el agotamiento
de los circuitos comerciales por las guerras, la sobre expansión monetaria, el estancamiento
demográfico y agotamiento de los suelos, en el fondo una crisis general de la
estructura socio económica que tuvo repercusiones en el aspecto político.
Se hizo entonces necesario cada vez más definir las
fronteras territoriales con total claridad –o por lo menos intentarlo-. Desde
el punto de vista económico las múltiples barreras y límites entre los diversos
ducados, marcas, condados, etc. significaban el pago de una mayor cantidad de
impuestos en forma de peaje y una diversidad incontable de sistema de pesos,
medidas y del valor monetario por lo que la clase mercantil requería de una
unificación de criterios en cuanto al desarrollo de su ocupación profesional y
la maximización de ganancias. Desde el punto de vista geopolítico la diseminación
de territorios de los monarcas hacía mucho más difícil su administración y
utilización sobre todo cuando fruto de la evolución cultural e idiomática se
habían ido consolidando territorialmente grupos homogéneos de población con
características culturales similares lo que hacía mucho más fácil su control y
dominación, así como el aprovechamiento económico de las regiones, la recopilación
de impuestos y su defensa. Por último se hacía necesario la unificación desde
el punto de vista judicial para aplicar criterios similares a toda una corona y
que no dependiese de las arbitrariedades de un señor que podía ser o no leal al
rey. Los únicos que podían realizar la tarea de unificación fueron los reyes
por el poder patrimonial que aun poseían y habían ido logrando mediante
diplomacias y matrimonios hábilmente concertados, en síntesis “hubo así,
durante la baja edad media, una lucha sostenida y casi constante por el ajuste
de las jurisdicciones nacionales. Castilla, Aragón y Portugal, Francia e
Inglaterra, Florencia y Pisa, Aragón y Dos Sicilias, Serbia y Bizancio, fueron
en ocasiones protagonistas de estas luchas en las que se ve a las nacientes
unidades monárquicas tratando de ajustar su autoridad política y económica de
acuerdo a sus fuerzas y a sus competidores”[7]
En los países donde había una monarquía fuerte en
ciernes como era el caso inglés, francés y español esto se logró por la
emergencia de cuatro grandes elementos: el ejército, la burocracia, el sistema de
impuestos, y el derecho. Mientras los estados más débiles (Europa
Central) predominó un estado fragmentario que siguió siendo feudal,
predominando las asambleas feudales y el poder de la iglesia, en Alemania e
Italia el poder papal y siglos de administración feudalizada detuvieron el
movimiento que tuvo que esperar unos 400 años, tal como señala Romero “Así se
comenzaron a insinuar las monarquías nacionales en los albores de la baja edad
media. Como antes los feudos, los reinos aspiraban a ser ámbitos cerrados tanto
en lo económico como en lo político, en los que la soberanía residía en modo
incontestable en el rey”[8],
el cuadro siguiente sintetiza los elementos de la conformación del Estado y sus
objetivos:
2
EL EJÉRCITO
Una de las instituciones o elementos que surgen fruto
de estos cambios, en respuesta al constante belicismo de los siglos finales de
la baja edad media es la creación de un ejército profesional donde ya no tenían
cabida los nobles en el sentido clásico del “auxilium et consilium” sino que el
rey como mayor propietario y primero entre sus pares podía por medio de las
ganancias extraídas de su propio patrimonio junto con los préstamos que le
pudiesen otorgar los comerciantes, crear un ejército profesional de mercenarios
que no dependiese de las vicisitudes de las lealtades de sus vasallos como
tantas veces ocurría en los conflictos bélicos de la Edad media. Georg Duby en
su “El siglo de los caballeros” menciona a los mercenarios dentro de lo que
denomina la guerra nueva y señala que “Eran mercenarios porque, bajo el mando
de un capitán, constituían una tropa estrechamente unida que se alquilaba por
una temporada. Eran profesionales que trabajaban por dinero. Reclutados entre
los marginados, en las regiones pobres, iban a pie, como los campesinos y los
burgueses. Equipados como éstos con armas que los caballeros despreciaban
emplear, picas, hachas y, por supuesto, ballestas, se mostraban en el combate
más eficaces todavía que los escuadrones de jinetes armados con lanzas. La
caballería encontraba delante de si a un
adversario capaz de vencerla y que, no respetando sus costumbres ni combatiendo
lealmente, suponía un peligro real”[9]
El conflicto de la guerra de los cien años será donde
esta institución cobre su forma, ya que durante la guerra se desacreditó
totalmente la caballería nobiliar, Inglaterra y Francia “se lanzaron en la
primera mitad del siglo XIV a una larga guerra que debía contribuir a modificar
sensiblemente su fisonomía”[10].
Los franceses, paradigma de este tipo de ejércitos de nobles feudales a caballo
y levas feudales, fueron totalmente derrotados en Crecy, Agincourt, la batalla
de las espuelas de oro y el sitio de Calais durante la primera fase del
conflicto por simples campesinos y ciudadanos bien armados, por lo que los
reyes de Francia decidieron iniciar la
creación de un ejército que fuera capaz de derrotar a los ingleses, sentimiento
que después de la batalla de Poitiers (1356) significó que “la intensa quietud
que dormía en el reino estalló de pronto y la situación social adquirió un
intenso dramatismo debido a la insurrección de la burguesía y de los
campesinos. En París, los burgueses, adquirieron la convicción de que el
fracaso militar debíase a la incapacidad de la nobleza a la que perdieron el
antiguo y tradicional respeto”[11].
En definitiva al final del conflicto en 1453, el ejército francés había pasado
de ser un ejército de levas feudales, a un ejército profesional, se establecieron 6 divisiones
permanentes denominadas compagnies d’ ordennance[12]
(1445) las cuales con sus respectivos servicios conformarían un ejército
permanente por lo cual el rey dejaría de acudir a los señores y los
mercenarios, así mismo la caballería se transformó en un cuerpo profesional con
los cuerpos de nobles denominados Gens d’ armee (de donde proviene la palabra
gendarme), lo que significaba un ejército leal y siempre dispuesto a luchar por
las órdenes del rey. Al final de la guerra la corona francesa “se habría
librado de su vasallo más conflictivo y había incorporado nuevos territorios a
su reino. En los estadios finales de la guerra consiguió también imponer
tributos a sus vasallos y mantener un ejército estable, todo lo cual lo dotó de
un poder sin precedentes”[13]
Carlos VII y Luís XI monarcas del periodo
una vez finalizado el conflicto se encontraron con un poder casi
absoluto con potestades legislativas y económicas que no se podían igualar en
otra parte de Europa, mientras en Inglaterra triunfaba una vía contraria mucho
mas parlamentaria derivada de la carta magna de 1215 que otorgaba derechos a
los nobles.
Ahora bien la necesidad de pagar a estos soldados,
mantener el avituallamiento así como la logística. Requerían fondos, recursos
que sólo podían ser adquiridos mediante la aplicación de impuestos continuos y
permanentes sobre la totalidad de los territorios del reino. El ejército
tendría como funciones la coerción de elementos disidentes dentro de la
monarquía, y la conquista de nuevos territorios desde donde adquirir nuevas
ganancias, era en el fondo el mismo mecanismo aplicado a realidad fragmentaria
durante los siglos X al XII para capturar excedentes sólo que aumentada su
escala, ya no eran las fronteras interiores el objetivo de su actuación sino
territorios que iban más allá de dichas fronteras, generándose conflictos con
otros estados por el dominio de nuevas zonas económicas, se iniciaba así el
diplomacia entre estados dinásticos.[14]
Algunas Guerras de la edad media:
Conflicto
Actores
Resultado
Inicio Fin
|
||||
Guerras de los cantones
|
Suiza contra Imperio Germánico
|
Conformación Suiza
|
1291
|
1516
|
Guerras de los 100 años
|
Francia e Inglaterra,
incluye Borgoña,
España
|
Estado moderno
en Francia e Inglaterra
|
1339
|
1453
|
Guerra de las dos rosas
|
Guerra civil Inglesa
|
Entronización de los Tudor
|
1455
|
1485
|
Reconquista Española
|
Reinos Ibéricos y Musulmanes
|
Estado moderno en España
|
1100
|
1492
|
Invasiones Mongolas
|
Mongoles contra Islám
y Europa oriental
|
Debilitamiento Otomano, Bizantino y del Islam
|
1222
|
1405
|
Guerra de Chioggia
|
Venencia contra Génova
|
Venecia control
de comercio
|
1371
|
1381
|
Guerra Suizo - Borgoña
|
Borgoña contra Suiza
|
Triunfo Suizo
|
1475
|
1493
|
Guerra de las liga de ciudades
|
Italia y Alemania
|
Perdida del poder
imperial
|
1120
|
1389
|
Guerra Danesa - Hansa
|
Dinamarca y Hansa
|
Triunfo Hansa,
control marino
|
1361
|
1370
|
Guerra Escandinava
|
Dinamarca, Noruega y Suecia
|
Unión de Kalmar
|
1389
|
1397
|
Guerra Polaco - Orden teutónica
|
Polonia y Orden Teutónica
|
Derrota de la orden
|
1409
|
1466
|
Invasión Otomana
|
Turcos Otomanos
contra cristiandad
|
Control Otomano de los Balcanes
|
1405
|
1683
|
3
LA BUROCRACIA REAL
Un segundo elemento es la creación de la burocracia,
con el fin de centralizar la variedad de instituciones particulares dependientes
de los nobles locales, con el fin de organizar mayor y racionalmente la administración, en
definitiva se trataba de destruir los particularismos que actuaban como fuerza
centrifuga del estado feudal. Con la burocracia los nuevos monarcas querían así
introducir nuevos principios de administración que comenzaban a mostrar un
espíritu racional en las cuestiones del Estado, la burocracia tenía como
funciones el mejor cobro de impuestos y su utilización inicialmente “entre en
los principales estados señoriales tiene una evidente justificación,
directamente relacionada con la extensión del estado, el número de sus habitantes
y sus potenciales conflictos, y sobre todo el volumen de rentas de los titulares,”[15]
Esta burocracia se asocia al surgimiento de los
municipios y al surgimiento de las universidades las cuales bajo la égida
eclesiástica iniciaron un proceso de formación de individuos de extracción
social mercantil aptos para el desempeño de otras funciones más allá de las
comerciales “La formación de universidades en Italia y el sur de Francia abrió
camino a los laicos para emprender unas cuantas profesiones estimadas, como
leyes y medicina (…) Sólo a finales del siglo XI los estudios eclesiásticos
aspiraron a algo más aparte del dominio de la cultura antigua. Los debates
sobre cuestiones sobre cuestiones conflictivas sobre el derecho eclesiástico
obligaron al clero a estudiar las leyes formales del imperio romano y también
permitieron descubrir que la preparación en materias tales como la lógica
formal y la argumentación tenían ventajas académicas a la vez que prácticas”[16] recordemos
que en las universidades se enseñaba latín, derecho, teología y gramática. El
derecho ante todo creó una clase de legistas aptos para desenvolverse a los
asuntos civiles así conocer el arte de la administración uniendo elementos
comerciales y de derecho.
Al crecer el poder de los reyes, así como sus
territorios, muchos comenzaron a contratar a estos nuevos elementos sociales
con el fin de mejorar la administración, superar problemas de orden legal que
pudieran suceder, así como contar con un grupo humano totalmente leal y
dependiente a los monarcas y no de señores feudales, debido a la paga,
beneficios y dádivas otorgadas a los mismos. Estas prerrogativas las
cuales serán usadas en detrimento de la
nobleza que se opone a la centralización monárquica, “la aparición de la
burocracia, que, independientemente de su impacto decisivo sobre la
organización y acción del poder, permitió el acceso a las funciones de la mayor
importancia social a los «hombres del rey» que, extraídos sin discriminación de
la base social, se constituyeron pronto en una «aristocracia de la función»
llamada a cambiar la fisonomía de la sociedad y a elaborar los conceptos
políticos fundamentales del mundo moderno”[17] No
obstante lo anterior, la nobleza nunca
fue totalmente desplazada, ya que muchos elementos de dicho orden que eran
leales al rey, fueron incorporados a este nuevo grupo administrativo sea como oficiales de los
nacientes ejércitos profesionales, gobernadores de territorios locales o
participando en la corte misma como diplomáticos, así mismo tuvieron ascendientes
y acceso a las cortes que aun seguían perviviendo desde el siglo XII y que
tenían algunas prerrogativas. Para Perry Anderson la burocracia fue una forma
de integración de la nobleza feudal derrotada o bien para cooptarla mediante la
adquisición de cargos, práctica que se desarrollo hasta bien entrado el siglo
XVIII y en la cual los nobles compraban un cargo para después usufructuar los
mismos mediante una sistema de corrupción más menos legalizada.[18]
La burocracia en definitiva no fue “sólo un instrumento eficaz que ha
dotado al Estado de una organización funcional adecuada, sino, sobre todo, el
elemento que de modo más decisivo ha contribuido a formar el carácter objetivo
de sus instancias de poder y de autoridad.”[19] Es decir la burocracia fue la personalización
directa de la autoridad y poder de los monarcas.
4
SISTEMA DE IMPUESTOS Y DE MERCADO UNIFICADO.
Los dos elementos estatales mencionados anteriormente
requerían de recursos para su funcionamiento, el Estado requería de bienes monetarios
para pagar a los mercenarios y demás tropas en su haber y la burocracia
requería de dinero para la paga de los funcionarios, tal como señala Norman
Pounds “lo gobiernos empezaron a tener una actitud más positiva hacia la
política económica. Hay que considerarlo un reflejo del poder creciente y de
las tendencias centralizadoras que prefiguraban el Estado-nación de la Edad
Moderna. La creciente actividad bélica, la progresiva complejidad de las
relaciones políticas, el aumento demográfico, creaban nuevas obligaciones a los
gobierno. De todos estos factores, el
que más influencia tuvo en el cambio en las obligaciones gubernamentales fue el
incremento de las proporciones de la actividad bélica”[20].
El origen del surgimiento del sistema de impuestos se
asocia directamente al convulsionado que era el siglo XIV en cuanto al
enfrentamiento bélico y a la transición del feudalismo al capitalismo. Para el
caso de lo primero los primeros impuestos surgieron como forma de costear los
ejércitos permanentes, de hecho el impuesto francés conocido como la Taille
tiene su origen en un gravámen necesario para sufragar la guerra de los cien
años y en España los servicios tienen ese mismo origen bélico en el contexto de
la reconquista. Por otro lado la transición al capitalismo desde el feudalismo
implicaba la desaparición del pago en especie y su reemplazo por el pago en
metálico, surgía así la idea de un presupuesto nacional “Se había llegado ya a
generalizar la idea de un presupuesto anual, de un balance entre el ingreso y
el gasto, así como de prever los el gasto del año próximo.”[21]
En este sentido la actividad económica comenzaba a utilizar principios
racionales ya no necesariamente basados en la economía natural sino en una
economía capitalista mercantil.
Al no existir la concepción de ciudadano como la
época clásica o como en la actualidad, sino la de órdenes privilegiados y no
privilegiados, el peso de estos cobros recayó totalmente en las clases no
privilegiadas sean pobres del campo, pobres urbanos y la burguesía,“
Prácticamente en todas partes, el tremendo peso de los impuesto – la taille y
la gabelle en Francia, los servicios en España- cayó sobre los pobres. La clase
señorial, en la práctica y en todas partes, estaba realmente exenta del
impuesto directo. Porshnev ha bautizado con razón a las nuevas contribuciones
impuestas por el Estado absolutista con el nombre de <renta feudal
centralizada>”[22] en
el fondo se trataba de cambiar el eje de los mismos dispositivos que utilizaban
los señores feudales pero ya de manera centralizada por el monarca y la
burocracia en la figura del tesoro nacional. De hecho este cambio de la
recopilación local de recursos a la centralizada provocó una serie de revueltas
campesinas en Flandes, Francia e Inglaterra durante la guerra de los cien años,
ya que a las cargas tradicionales a las que eran sometidos el campesino ahora
se sumaban las cargas por guerra, por rescate de los reyes y señores capturados
en guerra y los enfrentamientos que deprimían la economía a fines de la edad
media.
Como se ha señalado el Estado nacional o la monarquía
autoritaria cambiaron su concepción respecto del ejercicio territorial del
poder pasando de una local a una nacional o central donde el concepto de
frontera significaba todo lo que se encontraba dentro de límites demarcados.
Con el decaimiento comercial de fines de la edad media por la gran crisis
general así como del belicismo constante de la época comienzan a aplicarse
medidas de tipo proteccionista de la economía mediante la imposición de
aranceles a la entrada de productos, “se
da por aceptado que la consecución del poder era un elemento central del
pensamiento mercantilista. En la baja edad media la mayoría de los otros
aspectos de la política económica se subordinaron a este fin. Los grandes
préstamos y las pesadas cargas impositivas que caracterizaron la acción de casi
todos los gobiernos, en su mayoría tenían objetivó el mantenimiento de los
ejércitos y campañas bélicas. Lo que se pretendía, como objetivo principal, era
la ampliación territorial y el asunto del poder político”[23], el ejemplo típico de este caso es Inglaterra
donde la guerra de los cien años bloqueó sus mercados de lana de Flandes por lo
que tuvo que desarrollar internamente una economía de paños, lo que tuvo por
consecuencia que Inglaterra dejara de comprar paño en Flandes y que Flandes no
tuviera acceso a la materia prima de su industria, algo similar ocurre con el
caso de España y la mesta, se buscaba así acrecentar el poder de un Estado
mediante el control del comercio internacional.
Así mismo los reyes para obtener recursos establecen la
creación de monopolios cuya explotación era concedida a terceros que actuaban
como financistas de estas monarquías, se crearan una serie de gravámenes con el
fin de que los monarcas pudieran obtener el dinero necesario para satisfacer
las cada vez más demandantes instituciones y servicios que debía mantener,
nuevos impuestos, aranceles sobre aduanas debido a la nueva concepción
territorial del Estado como nacional, y los impuestos sobre las rentas en los
municipios, y patentes comerciales. “Al mismo tiempo, la esfera de actuación
gubernamental se amplió en otra dirección. El crecimiento económico requería
que se hicieran excepciones en el nexo de las relaciones y obligaciones
personales que conocemos como feudalismo”[24]. Esto
tuvo como consecuencia la creación del capitalismo mercantil que se
desarrollará a partir del siglo XV, sobre todo debido a la conciencia que se
había tomado respecto a las fronteras como espacio de intercambio. Se
unificaron así criterios de comercio interno eliminándose peajes, pagos
diferenciados en las diferentes localidades, etc. con el fin de estimular los
intercambios nacionales al interior de los Estados y así estimular el
crecimiento de la economía, y aumentar de esa forma a la vez el nivel total de
impuestos percibidos para así crear ejércitos y expandirse, maximizando las
ganancias y el control. La segunda fase se llevará en el siglo XVI y tendrá que
ver con la búsqueda de mercados y la adquisición de metales preciosos con los
cuales aumentar la capacidad importadora de las naciones.
5
EL DERECHO Y LAS IDEAS POLÍTICAS
El siglo XIII es un punto culmine de la civilización
medieval y marca el inicio del surgimiento de las grandes universidades así
como el inicio de la pugna entre la realeza y la nobleza por el dominio
político, así mismo el accionar económico, junto con el aumento del poder de la
corona dio inicio a un proceso de cambio respecto a la concepción de la ley, ya
que “La ley limita la vigencia de la costumbre, que en la alta edad media había
sido la fuente principal del derecho, y comienza a restituir el derecho
territorial su predominio sobre el local, favoreciendo esto la unificación
jurídica”[25]
A fines del siglo XI, los contactos con medio
oriente, la apertura de Bizancio y la creación
de múltiples escuelas de traductores (donde destaca la escuela de traductores
de Toledo en España), renacerá el estudio por el derecho romano y de las
teorías políticas aristotélicas, proceso asociado al surgimiento de la
Universidad de Bolonia en la cual se comenzó un proceso de reconstrucción,
estudio y análisis de los elementos intelectuales mencionados, tanto así que
sirvió de justificación en la emancipación del poder temporal al espiritual “El
derecho romano, con su concepción de la autoridad jurídica centralizada del
emperador, constituyó un argumento no menos importante para defender la
posición adoptada por el rey de Francia que para sostener las pretensiones del
papa. En el siglo XIII había aparecido la concepción enteramente nueva para la
edad media, de que la validez de la ley depende de la promulgación por el
príncipe, cosa debida, casi con seguridad, al estudio del derecho romano”[26]. De
las grandes recopilaciones de derecho romano realizadas en la alta edad media
por Justiniano, se tradujeron el Digesto y el Corpus Iurius Civilis, resultado
de esto fue la publicación en el siglo XIII por Aco de Bolonia de la Suma
Codicis, recopilación definitiva del derecho romano y obra de consulta para los
glosadores en los vacíos del derecho germánico. Por otro lado la iglesia
católica en la búsqueda del domino mundi
también había creado un estructura de derecho centralizado iniciándose
el siglo XIII una unificación de los códigos canónicos la cual culminaría en 1441
durante el concilio de Basilea donde se adoptaría el Corpus Iuris Canonici como
recopilación de derecho canónico para los asuntos eclesiásticos.
Nuevamente en el siglo XIII, y con el surgimiento de
la Universidad de Paris auspiciada por la corona fracesa, y “la controversia
sostenida entre el papado y el reino de Francia desde 1296 hasta 1303, acaba
por completarse la teoría del imperialismo papal, ya bien desarrollada en el
derecho canónico. Durante la misma época, la teoría fue decisivamente derrotada
por la cohesión nacional del reino francés, y comenzó a tomar forma y dirección
definidas la oposición a aquella, poniendo límites al poder espiritual y
planteando las pretensiones de independencia de los reinos como sociedades
políticas independientes”[27] inició
una tendencia en que el poder temporal comenzó cada vez a desapegarse del poder
espiritual, tomando rumbos propios, cobrando significado la frase Digesto Princeps legibus solutus es decir el rey no
está sujeto a la ley, o sea no está sometido a la iglesia misma y al papa
debido a que la única ley que se creía posible era la divina, sino que tiene la
potestad para legislar por sí mismo en y hacia una comunidad nacional.
Estas tendencias anteriormente enunciadas junto con
tener un contexto geográfico disímil,
así como hacer referencia a instituciones de diferente índole y origen, tienen
en común ser el punto de partida de una directriz unificadora del derecho
teniendo como ejemplo el romano lo que terminaría por generar codificaciones afines
al derecho romano el cual otorgaba en su tiempo potestad legislativa, ejecutiva
y judicial a los emperadores romanos de antaño, pero también derechos y
procedimientos a los habitantes y ciudadanos, ese es el mensaje de las 7
partidas de Alfonso X de España y del Doomesday book Inglés. Ahora bien si dichos
preceptos se trasladaban al ideal imperial medieval, esta autoridad recaía en
los monarcas los cuales así, veían legitimado su accionar de manera legal e
ideológica, ante las pretensiones de dominio de la iglesia católica sobre el
mundo temporal y por otro legitimaba su ideal centralizador por sobre el ánimo
localista de los señores feudales ya que la potestad recae en los reyes y no en
los señores “La idea complementaria de que los reyes estaban ad legibus
solutus, o libres de las obligaciones legales anteriores, proporcionó las bases
jurídicas para anular los privilegios medievales, ignorar los derechos
tradicionales y someter las libertades privadas”[28].
Se destruía así la tradición surgida en el siglo X respecto de la colaboración
que debe haber entre poder temporal al espiritual.
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[1]KREBS, RICARDO;(1979)
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[2] ANDERSON, Perry (1990)
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[3]PREVITÉ-ORTON C.W. (1967)
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[4] BOBBIO, NORBERTO (1987) La
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[5] TOUCHARD, JEAN (1993)
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[6] ROMERO, JOSÉ LUÍS (1998) La
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[7] Ibíd. p.197
[8] Ibíd. p.79
[9] DUBY, GEORGE, (1995) Siglo
caballeros, Madrid: Alianza Editorial; p.143
[10] ROMERO op.cit p.81
[11] Ibid p.83
[12] Reforma militar realizada en
1439,1444,1445,1448 y 1451 las cuales dieron poder solamente al rey de
reclutamiento, con 12.000 hombres de caballería permanentes establecidos en
provincias, se estableció una leva de infantería profesional cada un número
determinado de viviendas, a lo que se agregaron piezas de artillería necesarias
para derribar las murallas de los nobles rebeldes.
[13] MATTHEW, Donald. (1994)
Atlas Culturales del Mundo: La Europa Medieval, raíces de la cultura moderna. 2
Vols. Barcelona: Ediciones Folio S.A p.198
[14]Desde fines de la edad media,
la guerra asoló Europa ininterrumpidamente hasta 1815, Guerra de los 100 años,
guerras de religión, guerras de los treinta años, guerras de los siete años,
…etc.
[15] CALDERÓN ORTEGA José Manuel (1996)El gobierno y la administración de un
Estado señorial: El consejo de los Duques de Alba (1484-1531), en Revista la
España medieval, nº19 p.312, pags. 311-346
[16] MATTHEW, Donald Op.Cit p,150
[17] FUEYO ALVAREZ J.F (1956),
La morfología .del
poder político y la burocracia, en Revista de administración pública, , Nº 20,
1956, p.17-18
[19] FUEYO, J.F Op.Cit p.18
[20] POUNDS, Norman. (1981)Historia económica de la Europa
medieval. Editorial crítica. España p.500
[21] HALE J.R (1993) La Europa
del renacimiento, Madrid: Siglo XXI editores p.186
[22] ANDERSON, El Estado…..
op.Cit p.30
[23] POUNDS Op.Cit p.507
[24] POUNDS Op.Cit p.499
[25] EYZAGUIRRE, JAIME,(1983)
Historia del derecho, Santiago: Editorial Universitaria. p.87
[26] SABINE, GEORGE (1994) Historia
de la teoría política, México : Fondo de Cultura Económica, p.209
[27] SABINE GEORGE op.Cit p.201
[28] ANDERSON, El Estado…..
op.Cit p.22
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