Bienvenido

Bienvenido
Bandera Imperial Andresiana

viernes, 21 de septiembre de 2012

Notas respecto al origen y conformación del Imperio Persa.


Notas respecto al origen y conformación del Imperio Persa.


Andrés Sáez Geoffroy.
Pedagogía en Historia, Geografía y Ed. Cívica. UFRO.
Magister en Estudios Históricos. Historia Antigua. Univ.Barcelona
Segundo semestre del 2012

D
entro de los pueblos orientales los persas fueron la primera civilización que crearon un Imperio de tipo universalista, que pervivió en el tiempo y que además por su relación con los griegos juega un papel fundamental en el desarrolló político helénico y posteriormente romano. Por los avatares de su desarrollo histórico, los persas, alcanzaron grados superiores de cultura y organización hacia los siglos VII y VI a.C;  marcados con un fuerte carácter expansionista poseían un Imperio que se extendía desde Jonia al Indo, siendo frenado su avance en occidente en el siglo V a.C en las guerras Médicas. Muchos contemporáneos de aquellos sucesos, especialmente Heródoto de Halicarnaso, y otros posteriores  señalan que este contacto bélico y la derrota de los persas equivalía a la salvación de occidente – este argumento igualmente será usado en Chalons y Poitiers- pero la verdad es que el contacto, basado en la expansión, trajo como consecuencias el trasvasije inmediato de ideas, elementos culturales, instrumentos, bienes económicos, etc.

Igualmente la conformación del imperio persa al cual se refiere  el presente escrito, da cuenta de la creación de la más grande primera unidad territorial en el mundo conocido, por lo mismo conviene detenerse un poco en el concepto de Imperio:

“Los imperios, se supone, son en cierta forma creaciones artificiales. Se alumbraron mediante conquista, y los conquistadores siempre pretenden mantener a los conquistados en una situación de servilismo. Para ello han usado una mezcla de fuerza bruta y una cierta base ideológica (…) Por su magnitud y su carácter infatigablemente expansivo, los imperios han sojuzgado pueblos que cultivaban una amplia variedad de creencias y costumbres, y que, a menudo, hablaban una diversidad de lenguas igualmente extensa. Ha sido en esta ingente multiplicidad, tanto como en su enorme tamaño, donde han basado su identidad y su gloria. (…)[1]
En este sentido como menciona  Pagden el elemento de la expansión militar recurrente en toda la historia  de los persas, junto con la ideología de servir a un gran imperio universal bajo el mando del Gran rey, que además es tolerante con las diferentes culturas y credos regionales, permite la conformación de este Imperio y su pervivencia a lo largo de tres siglos. Así mismo las campañas militares de los persas, le significaron el dominio sobre vastos pueblos: indios, gandarios, egipcios, griegos, fenicios, asirios, medos, etc., cada uno con tradiciones y culturas propias que en cierta medida determinaron la configuración del Imperio, bajo Ciro y  Darío el Grande.

1.     El origen de la civilización persa: demografía y elementos político-territoriales.

L
as características físicas del Irán ó Persia[2] guardan relación con una zona de Clima seco y por tanto una zona de difícil acceso, agreste y alta, ubicada sobre una meseta que tiene del orden de los 1.200 mts y en la cual se hace difícil el cultivo extensivo de cereales y otras plantas arbóreas tan típicas como las de olivo y vides en el mediterráneo, el algodón en las selvas del Indo o las plantaciones de arroz y cereales en China. Este terreno es tan inhóspito, que en ciertos sectores existen pantanos y zonas de arenas movedizas, lo que implicó un mayor trabajo cooperativo para la disecación y transformación agrícola de dichas tierras.

No obstante lo anterior,  existieron  ríos montañosos y canales subterráneos que permiten en ciertas áreas, el cultivo de pequeños huertos y vergeles, lo que a su vez permitió el desarrollo de la ganadería, actividad predominante desde tiempos prehistóricos en los primeros pueblos que se encontraban en esta zona – y que actualmente lo sigue siendo-. En lo referente al clima posee veranos cálidos e inviernos fríos, con muy escasa precipitaciones haciendo más agreste lo que existe en esta zona. Quizá la mejor descripción de aquel paraje lo realiza Clement Huart, profesor de del Instituto de Francia que  estuvo de misión en esta zona:

“El clima de esta región es extremadamente seco; el desierto central es el punto más seco de la Tierra; las altas montañas detienen las nubes. En Teherán y en Mechehed, sólo caen anualmente 25 cm de agua, menos aún en Ispahan y en Djask; en Buchir, al borde del mar, la cifra se eleva apenas a 30 cm (…) pero desde tiempos muy remotos, se ha desarrollado  maravillosamente la irrigación artificial. Las fuentes son captadas en las montañas, y los arroyos que de ellas proceden son conducidos a los terrenos cultivables por canales subterráneos.[3]

En los extremos de Persia, se encuentran los Río Araxes, Río Oxus, y las márgenes superiores del Tigris y Éufrates, estos permiten la agricultura en sus cuencas, no sin antes exigir a los habitantes originarios y antiguos un gran esfuerzo de control de los ríos, propiciando la emergencia de una civilización que podría tener como factor explicativo la teoría hidráulica de Wittfogel, lo que a su vez explicaría el poder despótico tan típico de oriente [4]. Bajo este prisma no es de extrañar que al instalarse los medos junto con otras tribus nómadas en esta región en la época de las grandes migraciones del 1.500 a.C adoptarán los exitosos mecanismos de control hidráulico que la larga generaron una sociedad compleja en lo político y lo económico.

Los primeros núcleos de posibles habitantes originarios podemos remontarlo al 4.000 a.C  debido a las evidencias arqueológicas encontradas en las aldeas de  de Tepe Sialk, Tepe Giyan y Susa, en las cuales se han podido comprobar mediante estelas y restos arqueológicos, la existencia de ciudades amuralladas,  con dominio de la alfarería y control de los pequeños cursos de agua  superficiales y subterráneos. Esto habría permitido y condicionado cierta actividad agrícola complementaria a la ganadería que era – y sigue siendo – la principal fuente de sustento alimentario de estas ciudades. Estas arcaicas aglomeraciones humanas tenían un gobierno de tipo ciudades estado, con instituciones y muestras culturales propias, tal cual como es el caso de las ciudades de orillas del Indo. Los habitantes poseían características raciales diversas y heterogéneas y reciben el nombre de proto iranios.

Estas ciudades estado, no tuvieron un gobierno  independiente en materia exterior a su hinterland de su influencia,  pues desde su aparición  y en un periodo que va del 4.000 – 1.500 a.C fueron controlados por los diversos reinos mesopotámicos, Guti, kasitas, babilonios, y asirios. No obstante este dominio nunca fue real sino nominal, en estas zonas por lo general se refugiaban los rebeldes y resistentes que continuamente descendían al Tigris y Éufrates  a hostigar al Imperio Babilonio y Asirio, por lo que esta región fue un continuo dolor de cabeza para los gobernante de los ya citados reinos mesopotámicos, sobre todo para los asirios. Estos contactos no siempre fueron bélicos y basándome en la teoría de la difusión cultural, me atrevó a juzgar que los proto iranios adquirieron técnicas de disecación de pantanos, ganaderas y agrícolas, pues como señalan diversos autores Mesopotamia fue un foco de irradiación cultural bastante poderoso en los cuatro puntos cardinales.

El gran cambio en la región del extremo oriental de Mesopotamia está estrechamente ligado a los fenómenos migratorios que se dan en los siglo XV al X . Mediante un proceso de fusión cultural y política,  los proto iranios se fundirán con estos grupos migratorios que provienen de la estepa euro asiática, dando origen a los persas y medos. A esto se sumaran invasiones posteriores “A inicios del siglo VIII, incluso antes de la muerte de Sargón II de Asiria, aparecen en el Próximo Oriente unos recién venidos, temibles saqueadores: los cimerios y los escitas”[5] Estos cambios crearon un gran vacío político, que generó una fuerte inestabilidad entre Asirios, Neobabilonios, medos-persas y otros pueblos, por el control de los recursos del sector, estos conflictos hacia el 600 habían generado un desgaste general de todas las estructuras políticas de Mesopotamia y el Medio oriente.

Por otro lado, y en dirección oeste la llegada de los pueblos del mar -otra ola migratoria- hacia la zona de las franja de Gaza y Siria, tuvieron como fin un salto al interior del continente asiático  quedando detenido su movimiento en los montes Zagros fusionándose con los grupos allí existentes. Por otro lado la llegada de los Iranios, pertenecientes a la misma familia de los invasores arios de la India, proviniendo desde la vertiente oriental de las estepas euroasiáticas, se establecerán en la zona denominada Parsu, Gonzalo Bravo señala que “La confrontación final entre griegos y persas a comienzos del siglo y en el área egea, lo que se conoce tradicionalmente con el nombre de Guerras Médicas, fue tan sólo el final de un largo proceso de aproximaciones y tensiones entre dos pueblos que participaban del mismo origen etnolingüistico, como elementos milenarios del grupo indoeuropeo. Pero mientras que los precursores griegos (aqueos) se dirigieron hacia el Oeste estableciéndose en los Balcanes, sus contemporáneos persas, en dirección opuesta, alcanzaron el valle del Indo y bajando hacia el Sur se establecieron entre el Cáucaso y los Zagros, al norte de la llanura irania.[6]

Estas migraciones dieron inicio a la conversión Nómade – Agrícola en los nichos ecológicos favorables para aquella conversión como lo era la zona del Tigris y Éufrates, por otro lado significó  el ingreso del caballo así como del hierro que es fácil de obtener en los montes Zagros de donde eran originarios estos grupos,  por lo que el aumento de la potencia militar de estos grupos fue algo obvio,  pudiendose crear mejores armas y obtener mayor movilidad hacia las zonas inhóspitas, tal como lo destacan Huart y Delaporte que hacen referencia a los mismos grupos migratorios a los que se refiere Bravo “mientras que unos marchan al Este hacia el valle del Indo [ Los Arios que ya se ha analizado en otra oportunidad], otros ocupan Tepe Sialk y de alli, irradian a las llanuras y los valles del Zagros. Entran en contacto con las civilizaciones de la llanura, de Asiria, Babilonia y el Elam, perfeccionan su armamento y desarrollan su civilización. [7] De esta fusión de pueblos, razas y culturas, surgen los Medos y Persas, que serán el grupo que alcance mayores cuotas de poder y expansión, poniendo bajo su dominio los grupos dispersos de esta región.

2.     Factores Geopolíticos: la caída de los Imperios mesopotámicos tradicionales.

C
omo se enunció anteriormente Persia, y los pueblos que la habitaban a saber, los medos y los persas siempre estuvieron dominados por los reinos mesopotámicos especialmente por Babilonia y Asiria. Entre los siglo IX  hasta el siglo VI tiene lugar el dominio de Persia por parte de los asirios bajo los reyes Salmanasar III (c.830), Adad Nirari III (c.812– 782) y Sargón II  (c.712). Tanto Bravo como Huart y Delaporte coinciden en que “Salmanasar III realizó varias campañas contra Parsua, sin duda Persia, en 843,835 y 828, () según la crónica asiria en este caso una inscripción del Obelisco Negroen la segunda de estas campañas el rey asirio recibió tributo de los 27 reyes de Parsua, por lo que es evidente que el país no estaba unificado políticamente. Por entonces los persas son ya vecinos de los medos y ambos pueblos están situados al O. y SE. del lago Urmia, respectivamente”[8] los persas aun no estaban maduros como pueblos para sacudirse del yugo de otros pueblos.

Los asirios se constituyeron entre los citados siglos en la potencia hegemónica y dominante de todo el sector, dominando Mesopotamia, la franja Sirio-Palestina, parte del país de los Hititas y conquistando Egipto, alcanzado con Sargón II su máxima extensión, amparados en el arte militar de las armas y armaduras de hierro, del caballo, del arco compuesto y del terror psicológico. No obstante el carácter expansivo enunciado, se sumaron medidas impopulares al generar deportaciones masivas y destrucción de aldeas –el caso bíblico de los judíos por ejemplo-, así como su alta animosidad belicosa estimularon la sublevación de varios pueblos sometidos, dentro de los cuales podemos encontrar a los medos, tribu emparentada con los persas pero que en esta época les dominaba,  una vez sublevados, conjunto una segunda oleada de invasiones escitas y cimerias logran la dislocación del imperio Asirio conformando una macro unidad territorial adoptando los mismos patrones bélicos de los asirios.


 La creación del reino medo, en un sentido unificado, está asociado según Heródoto a la necesidad de los medos de tomar un rey entre sus habitantes, pues según creen ellos la monarquía es la única forma capaz de asegurar el bienestar pero por sobre todo el orden, es así que eligen por rey a  Deioces mediante sus cualidades, un tema recurrente en la complejización de las sociedades “Hubo entre los Medos un sabio político llamado Deioces, hijo de Fraortes, el cual aspirando al poder absoluto, empleó este medio para conseguir sus deseos. Habitando a la sazón los Medos en diversos pueblos, Deioces, conocido ya en el suyo por una persona respetable, puso el mayor esmero en ostentar sentimientos de equidad y justicia, y esto lo hacía en un tiempo en que la sinrazón y la licencia dominaban en toda la Media.” (Heródoto. 1.96)   Cierta o no esta anécdota lo cierto es que Deioces existió y tuvo por obra la creación de la estructura legal meda  bajo la codificación de leyes, la creación de la ciudad capital de Ecbatana y la unión territorial de los diversos clanes bajo la monarquía.

Su sucesor Fraortes, ya dueño de un estado arcaico unificado crea un bloque con los Neo babilonios y asirios para proteger sus fronteras y consolidar la monarquía según Heródoto murió guerreando contra los asirios (Heródoto 1.102). El sucesor de Fraortes,  Ciajares creó un ejército de modelo asirio (Heródoto 1.103) y realiza una Alianza Medo – Babilonia con Nabopolassar iniciándose así una guerra de expansión que no hizo más que llevar las fronteras desde Persia hasta Cilicia y el mar Negro con la destrucción de los vestigios que quedaban del reino Asirio “Dos años más tarde, en 612, Ciajares y Nabopolassar combaten juntos contra Asiria. El asalto final contra Nínive tiene lugar en el mes de agosto, y la ciudad es destruida para siempre (…). Asiria, que veintiocho años antes se hallaba en la cumbre de su poderío y extendía su dominación desde el Elam, al Este, hasta Tebas, en el Alto Egipto, es definitivamente aniquilada. [9] En este sentido los medos-persas habían entrado en la escena política de medio oriente.

El último rey persa Astiages (584 – 558 a.C)  tiene tan oprimidos con tributos a los pueblos sometidos, que tiene lugar la revuelta de Ciro el Persa (Heródoto 1.130), jefe de la tribu de los persas dominados por los medos, así termina el dominio de los medos sobre los persas, siendo ahora la situación inversa, los persas se alzaran como dominadores y herederos del reino medo, siendo nombrado Ciro rey, y por tanto heredero del Imperio.

3.        los persas Aqueménidas: ciro, cambises y dario: el primer gran imperio del mundo antiguo.

C
iro para los persas asume el carácter de padre, de rey heroico, valiente, luchador que los liberó del dominio de los medos y los llevo a la gloria expansiva y ser la principal potencia en la zona del Asia Occidental  y de la cuenca oriental del mediterráneo. “Tuvo que ser Ciro (del cual tenemos pocas noticias, a veces contradictorias)  un profundo genio militar y organizador, para subyugar tantos pueblos y legar a sus sucesores un Estado tal, que para derribarlo, fue preciso un Alejandro, dos siglos y medio más tarde.[10]

La primera obra de Ciro como rey de los persas fue la división del pueblo en diez tribus:  seis sedentarias y cuatro nómades, todo esto con el fin de organizar la administración,  generar un sistema de tributación y obtener levas militares adecuadas, las tribus sedentarias darían al ejercito la infantería en tanto las tribus sedentarias otorgarían al ejercito hábiles jinetes arqueros que más tarde se convertirían en la piedra angular del ejército persa y sasánida, capaces de destruir  a las bravas y experimentadas legiones romanas.

Paralelamente a la época del ascenso de Ciro, junto a los cambios de medio oriente, se sucedieron en la península Anátólica el descenso del comercial reino Hitita y el ascenso del Reino de Lidia – se puede señalar que es un reino de tipo griego- ubicado en la parte occidental de la península. Así como los medos y persas aprovechaban el cambio de la situación política para desembarazarse de los asirios los lidios amparados en su potencial económico basado en la minería de oro y el comercio iniciaron un proceso de expansión hacia oriente que terminaría chocando con los intereses expansivos de los persas en la inestable región de la Mesopotamia superior.  Creso, autor de esta expansión lidia, decide invadir al imperio Persa, pero su campaña no obtuvo buenos resultados y en la batalla del Río Hallys es derrotado por los persas. Ciro por tanto  conquista Asia menor y los griegos de la Jonia por tanto aquí se enciende a largo plazo el conflicto persa – griego tal como señala Francisco Javier Gómez Espelosín las polis quedaron en una especie de encrucijada pues “Con la absorción de Lidia por los persas en el 546  las cosas se complicaron todavía más y apenas quedaba otra solución que una capitulación honrosa que les permitiera quedar integradas dentro del nuevo imperio conservando las mayores prerrogativas posibles.[11]La conquista de Lidia por parte de los persas significaba un aumento aun mayor del potencial económico persa que amenazaba con desestabilizar todo el sistema de estados del Mediterráneo occidental a través del comercio o bien la mera potencia militar.

Una vez terminadas las campañas en el Asia menor que culmina con la derrota del reino de Lidia en el 546 a.C  Ciro es nombrado rey de Babilonia bajo el título de rey de reyes, dotándosele de una legitimidad política reconocido en todo medio oriente – todo rey de un Imperio universal debía ser coronado en Babilonia una vez al año-  teniendo lugar  las restituciones de estatuas, ídolos religiosos y personas trasplantadas a esta región, tales como los Judíos que se vieron libres para volver a Jerusalén. Así con el crecimiento del imperio persa a tales magnitudes es posible entablar la correlación que puede existir entre el imperialismo persa y las odiosidades que provocará este en las polis griegas tanto así que justo estos sucesos coinciden con la llamada época de la polis griega y las exaltaran y desarrollaran dándole incluso un carácter heroíco “La época clásica se abre con la gran confrontación de las poleis griegas frente al imperio persa, que en su proceso de expansión hacia Occidente había ido engullendo de forma sucesiva todos los obstáculos intermedios que le separaban de las ciudades griegas situadas en la costa jonia de Asia Menor.”[12] Hacia el 528 muere Ciro el Grande quedando como sucesor su hijos Cambises (I para el imperio Persa y II para la tribu persa)


Con la muerte del llamado padre del Imperio Persa, le sucede su hijo Cambises que tuvo que hacer frente de inmediato entre el 529 – 526 a.C, a Revueltas provocadas por pueblos sometidos o por usurpadores del poder real, de aquí que desde esta época, los gobernantes orientales tiendan a deshacerse de los que no son sus herederos para evitar guerras internas, conducta que después también adoptaran los romanos. “El poder del nuevo rey no fue reconocido en seguida en todas partes; bubo insurrecciones en las poblaciones recientemente sometidas, que necesitaron cuatro años para apaciguarse. Subido al trono en el 529, fue en el 526 cuando pudo pensar en continuar las empresas interrumpidas por la muerte de su padre, y mirar del lado del Egipto, el único Estado civilizado del Oriente con el cual todavía no hablan chocado los persas[13] En todo caso pensemos era una forma estatal que recién se estaba instaurando.

La principal acción de Cambises es la conquista de Egipto y Libia (525 a.C)  y el  asesinato de Psamético III en la batalla de Pelusium  y por tanto la instauración en Egipto de la  dinastías Aqueménida XXVII (525 – 404 a.C). Cambises además proyecta dos Invasiones fallidas contra los Escitas y Nubios las cuales termina por debilitar al imperio.  No obstante lo anterior el golpe asestado a las polis griegas fue grande, por una parte cortaba el comercio con las colonias Jonias y por otro limitaba el comercio con el granero del mundo antiguo: Egipto. Para Cambises, su ataque a los Dioses y templos egipcios, así como a la clases sacerdotal implica que sumada a la lejanía de Persia, se sucedan varias rebeliones el 522 a.C diciendo las estelas de Persépolis que Cambises se suicidó; mueriendo sin herederos, saliendo a la palestra una serie de usurpadores por lo cual el reino tendrá durante un periodo de un año una acefalia.

Si Ciro, reviste el epíteto de padre de los persas, sin duda Darío debiera recibir el de organizador del Imperio Persa,  tuvo que librar diecinueve batallas en siete años, para derrotar a nueve pretendientes lo que es indicativo de lo que aún faltaba por organizar en el Imperio. Darío accede al poder tras un reunión de notables que lo unge como rey del imperio persa luego de derrocar al usurpador Esmerdis que se hacía pasar por el asesinado hermano de Cambises. Darío el 517 a.C logra una alianza con la clase sacerdotal de Egipto poniendo fin a las  revueltas en esta nueva provincia persa y asegurando así el suministro de grano a otras regiones del Imperio.

Darío es conocido como el organizador del Imperio y los persas le otorgaron las mismas importancia que Ciro. Una vez reunidas todas las zonas y provincias conquistadas hasta el momento,  reúne a estas en 20 Satrapías dándole a cada una determinada contribución fiscal, fijada por el mismo estado de manera proporcional a las ganancias y riqueza de cada satrapía evitándose así casos de abusos fiscal y manteniendo contentas a las satrapías más deficitarías en este aspecto. Para poder fijar la contribución en tan distintos pueblos el estado debería acuñar moneda, así Darío introdujo el uso de la moneda entre los persas cuestión tomanada seguramente de los Lidios el primer pueblo mediterráneo-mesopotámico en acuñarla a gran escala y en oro; la moneda creada recibió el nombre de Dárico ó Dórico. Cada Satrapía tenía por jefe un sátrapa nombrado directamente por el rey en su corte en Susa y era vigilado por enviados especiales del rey que se llamaban ojos del rey y que tenían potestad para enjuiciar a los sátrapas, si bien estos en materias locales tenían amplía autonomía, siempre y cuando se pagaran los tributos adecuados y se mantuviera el orden imperial vigente. Al mismo nivel provincial pervivió una amplia tolerancia cultural que permitió que los pueblos mejoraran sus relaciones comerciales, permitiéndose cultos y formas de vida no siendo alteradas por el poder central.

Otra de las obras administrativas de Darío fue la construcción de obras viales que comunicaron a todo el imperio, sobre todo para la recepción de noticias y la percepción de tributos fiscales en moneda y la transacción de bienes comerciales, entre dentro de dicho aspecto el llamado Camino real (2.400 km) que unían la capital Susa con el centro  mediterráneo de Sardes – antigua capital de Lidia – es la obra más relevante. De esta manera soldados y comerciantes se movilizaron ampliamente en dirección oeste-este o este-oeste aumentando el nivel del comercio. Junto a dicha movilidad se establecieron varias capitales de acuerdo donde se estableciera el rey, ciudades como Ecbatana, Susa, Persepolis, y Babilonia asumían dicha función de acuerdo a los problemas más acuciantes que debiera hacer frente el Imperio. A estas obras se unieron diversidad de obras de irrigación, así como fluviales la más popular la terminación del canal de Necao de época faraónica en Egipto, que unía el Nilo con el golfo de Suez colocando más en riesgo aun la supervivencia griega. (Heródoto 2.158)


En tanto un suceso que puede aparecer poco importante como la protección persa de Hippias, tirano de Atenas, será unos de los hechos que influyan en Darío para que invada Grecia en búsqueda de riquezas y nuevos territorios. Es así que se inicia la campaña occidental de Darío con el cruce del Bósforo el 515 a.C conquistando a los Tracios pero quedándose detenida por varios años, hasta que ocurran las revueltas jónicas que serán el casus belli de las guerras médicas y por la cual Darío se atreva a invadir Grecia.

La importancia de Darío radica en que “El Imperio parecía haber alcanzado sus límites naturales; el mar Caspio, el Cáucaso y el mar Negro lo limitaban al Norte; por el Oeste, el Mediterráneo bañaba sus costas; Egipto era una posesión que no se podía pensar en ensanchar (…) El golfo Pérsico abría a la navegación costera el acceso a las costas de la India. Arabia, defendida por el desierto, era inabordable[14] Así el imperialismo persa es de carácter endémico a estas alturas, y este expansionismo será la causa de su estancamiento, con Darío se asiste al último gran rey persa de la dinastía Aqueménida, no obstante los rasgos organizativos permanecerán vigentes por mucho tiempo más en la antigüedad.

4.     Los persas entran en la escena occidental: las guerras Médicas.

D
ebemos comprender que a largo plazo la causa estructural de la guerra es el  crecimiento Persa, tanto en la potencia militar que le permite eclipsar todos los reinos aledaños a los griegos cerrando y bloqueando el mediterráneo y las valiosas rutas comerciales que requerían los griegos para abastecerse de materias primas y comestibles necesarias. “Aunque los tributos eran ciertamente moderados, el control que los persas empezaron a ejercer en el Egeo, tras su conquista militar de los puestos del Helesponto y del enclave de Naucratis en Egipto, se dejó sentir con fuerza en el mundo griego. La tensión y el descontento eran evidentes, y era previsible, por ello, que en cualquier momento que pareciera oportuno surgiera un intento de rebelión. [15] Además a esto se debe unir la típica relación entre colonia y metrópoli la cual hacía necesaria ciertas intervenciones militares para ayudar a las colonias, cuestiones que invocó Mileto logrando su apoyo por parte de Atenas y que tan épicamente nos relata Cohen ““Hacia ya mucho tiempo que lamentaban la suerte de sus hermanos en Asia, jonios como ellos, pero reducidos a pagar tributo al gran rey (…) La Jonia habían suministrado a la metrópolis mercancías, artistas, ideas. Nada extraño tenía que, cuando hubo decidido rebelarse contra el rey de los reyes, pensara en pedir a la vieja Hélade un socorro de guerreros y dinero[16]Atenas al defender a la gente de Mileto no hacia más que defender sus propios intereses comerciales en el Mediterráneo.

La conquista del reino de Lidia trajo consigo  la toma de las colonias en el Ponto Euxino y Jonia por parte de Ciro. Pero lo que más dolió a los griegos fue en la toma de las colonias en el Quersoneso, Tracia e Islas del Asia menor, cuyas ciudades en gran mayoría eran colonias de Atenas y que eran vitales para el sustento de la Polis “ [Darío] emprendió la reconquista del Quersoneso, de Tracia y las ciudades griegas del Asia Menor, Darío ordenó el control de las colonias atenienses de Sigeo y Quersoneso fundamentales para el abastecimiento de la Metrópoli[17]  Esta situación se mantuvo estable hasta el 499 con la rebelión de Mileto, ciudad bajo dominio persa, esta sublevación provocó  la rebelión de toda la Jonia contra el reino persa, debiendo Darío detener su campaña en la Tracia y volver a sofocar las revueltas, no sin antes que los atenienses enviaran una pequeña flota de 20 galeras que saqueara Sardes (493 a.C) y que diera a los persas el motivo para invadir la Grecia continental, en palabras de Heródoto “[…] El pueblo de Atenas, conviene en hacer un decreto público en que ordena que vayan al socorro de los Jonios 20 naves equipadas, y se declara por general de la armada a Melantie, sujeto el más cabal y de mayor reputación que en Atenas había. ¡Ominosas veinte naves, y armada fatal, que fueron el principio de la común ruina de los Griegos y de los Bárbaros!” (Heródoto 5. 97).

Es así que Darío aprestó su ejército e invadió Grecia – la primera de tres invasiones – avanzo con increíble rapidez todo el año 490 hasta llegar a la altura de Atenas, en las cercanías de una de las aldeas cercanas a Atenas, Maratón, se libró una batalla favorable para los atenienses con un saldo de 193 muertos contra unos 6.000 persas. Los persas se vieron obligados a retirarse. Esta derrota persa puede explicarse por la táctica de Falange adoptada por los griegos, así como a su superior armamento pesado, sobre todo en armaduras. Grecia en el intertanto quedaba unida bajo la llamada “Liga helénica”. Una vez detenida la primera invasión Darío comienza los preparativos para una segunda invasión mucho más superior en hombres y naves, pero Darío muere el 485 .C y su hijo Jerjes asume esta misión. Así el 480 a.C se da inicio a la segunda invasión persa, en las Termópilas hace frente a un fuerte ejercito griego formado en parte por espartanos[18] que es derrotado y toda la Grecia central quedó en manos de los persas. No obstante este ejército persa que debe haber rondado los cientos de miles requería un apoyo naval para su abastecimiento. Mientras las tropas persas incendiaban parte de Atenas la flota persa se enfrentaba a la griega[19] siendo la flota persa totalmente derrotada y la invasión igual, Jerjes se vio obligado a detener la invasión, la segunda invasión había fracasado. Un último ejército persa se atrincheró en Grecia central, los griegos fueron a su encuentro y este último ejército persa fue completamente derrotado en batalla campal en Platea, mientras tanto la flota ateniense apoyada en una nueva sublevación de la Jonia derrotó a lo último que quedaba de la flota persa en el Cabo de Micale el 479 a.C.

La Paz definitiva se firmo con Atenas el 449 a.C y tuvo por nombre paz de Cimón. Autores como el ya mencionado Francisco Javier Gómez atribuyen a Atenas el mayor rol en la victoria:

“La victoria fue posible gracias a la flota ateniense y, sobre todo, a la estrategia que Temistocles impuso en el combate. Sin ella, sin el sacrificio de sus bienes materiales (la ciudad tuvo que ser evacuada en dos ocasiones) y sin la resistencia a las tentadoras ofertas de paz de los persas en los momentos más difíciles, el papel de los batallones peloponesios y la disciplina espartana no habrían sido suficientes para lograr la victoria contra el numeroso ejército persa.”[20]

Una de las consecuencias directas fue la creación de la flota ateniense, fuente del poderío con el cual Atenas logrará crear la Liga de Delos y generar el Imperialismo ateniense, la armada servirá con fines económicos al mantener abiertas las rutas comerciales fruto de la derrota persa –si bien los persas mediante el oro seguirían interviniendo de manera económica y bajo cuerda-. Se lograban además objetivos sociales al dar trabajo a los cientos de tetes desempleados que existían en el Ática. Desde un punto de vista político, los mecanismos de control de las ciudades que componían las liga de Delos surgieron de la victoria ante todo naval de Atenas que implicó un dominio neto del Egeo. Este poderío en el cual Atenas ira cada día creciendo más y más será una de las tantas causas que influirá en la creación de la Liga del Peloponeso y en la posterior guerra del Peloponeso.

Con la captura de cientos esclavos en las batallas tiene lugar la consolidación del modelo esclavista. Los esclavos dominan todos los trabajos, tanto el trabajo servil de una casa, como en el agro, la minería o los talleres urbanos, con las guerra , nos damos cuenta que todos poseían mano de obra esclava desde el más grande terrateniente que dominaba vastos grupos de esclavos como los pequeños artesanos y agricultores, que poseían un par o dos pares de esclavos seguramente por el rol jugado en la guerra o comprados a bajos precios por la alta oferta. De esta forma el trabajo esclavo copó los puestos laborales en la minería y el servicio doméstico así como en las grandes fincas,  de hecho en Atenas gracias a estos esclavos fue posible la explotación de las minas de plata de  Laurion, base de la economía Ateniense.

La guerra trajo el surgimiento de las Symaichias o alianzas militares, la Liga de Delos opera en torno a Atenas y el control que esta podía poseer en base a su flota de la zona Egea y que se oponía la liga del Peloponeso de fuerte carácter terrestre y cuya rivalidad será la que cause en cierta manera la guerra del Peloponeso. “Tras la victoria sobre los persas eran todavía muchas las cuestiones que quedaban sobre el tapete en Grecia. A lo largo del periodo que transcurre entre la última de las batallas decisivas, librada el año 479, y el año 462, se van a diseñar las líneas fundamentales de la historia griega del siglo v. Las dos potencias helénicas, Atenas y Esparta, se sitúan frente a frente, cada una de ellas a la cabeza de una confederación formada por otros estados y con una evolución política interna diametralmente opuesta. [21]

Otra de las consecuencias directas fue el debilitamiento del ejército Persa y el debilitamiento de la corona persa que impidió que los persas intentaran otra invasión, en el interior del imperio persa se sucedieron  a la muerte de Jerjes una serie de revueltas por ocupar el trono, y otras tantas para sacudirse del yugo de la corona. No obstante el oro persa siguió comprando mercenarios y desequilibrando a las polis helénicas, desuniéndolas a tal nivel que solamente el reino de Macedonia altamente centralizado sería capaz de realizar una invasión exitosa.

  1. Alejandro Magno y el fin del Imperio persa Aqueménida.

La aparición de los macedonios en la escena griega a raíz del debilitamiento de las poleis y la creación de una liga griega – macedonia que apoyó a Filipo II y a su hijo Alejandro III – el magno – en los proyectos políticos que impulsaron significó el cambio esencial en el Mediterráneo oriental. Una vez unificada la Hélade el proyecto político que aglutinó las diferentes ciudades al Imperio Macedonio fue la invasión del imperio Persa por parte de Alejandro Magno que en 3 batallas desintegró al imperio persa: Gránico (334), Issos  (333) y Gaugamela (331), finalmente las disensiones dentro de los últimos vestigios que quedaban del imperio persa aceleraron la desaparición de los aqueménidas, por ejemplo el último rey Darío III Codomano fue  asesinado por los nobles.[22]

Una vez conquistado el imperio persa, Alejandro Magno dejo constituido el punto máximo territorial del su imperio, y sus límites no se expandieron ni más ni menos. El imperio de Alejandro no era más que la sumativa o lo que hubiera pasado si los persas hubiesen conquistado Grecia. En cuanto Alejandro conquista el imperio persa, tampoco cambia su organización y la mantiene al cual, tienen lugar el casamiento de sus generales con mujeres persas y adoptan y asimilan las costumbres persas. “La misma política fusionadora se manifestó en cuanto a las directrices administrativas. Alejandro no podía trastornar los marcos y encasillamientos establecidos por el Imperio persa y conservó la distribuci6n de satrapías al comienzo, por ejemplo, en Asia Menor, se limitó a sustituir al sátrapa persa por el sátrapa macedonio elegido[23] Esta región a raíz de los gobiernos de los Seleucidas, de la época del Helenismo integraron todo este sector en el Mediterráneo cuestión que se mantendría con algunos cambios hasta la invasión musulmana del siglo VII d.C.

A la muerte de Alejandro sus generales se dividieron las diversas Satrapías, iniciando un proceso en Persia denominado de la dinastía Arsacida, los Aqueménidas desaparecen así conquistados por Alejandro Magno, conquistado por los mismos griegos que un día pretendieron conquistar.


Bibliografía

1.     Bravo, Gonzalo, Historia del mundo antiguo: una introducción crítica, Alianza Editorial, Barcelona, 1997.
2.        COHEN, Robert; Atenas una democracia; Aymá Editora S.A; Madrid; 1961
3.        Gómez, Espelosín F.J Introducción a la Grecia antigua, Alianza Editorial, Madrid; 2002
4.        Heródoto de Halicarnaso, Los Nueve Libros de la Historia, Editorial Iberia S.A, Barcelona, 1960, Traducción del P. Bartolomé Pou,
5.        Huart, Clement; Delaporte, Louis; El Irán Antiguo y la civilización Irania, Tomo XXVIII de la colección la evolución de la humanidad, Editorial Uteha, México D.D, 1957.
6.        Jouget. P  El imperialismo macedonio y la helenización de oriente,, Tomo XVI de la colección la evolución de la humanidad, Editorial Uteha, México D.D, 1957.
7.        Pagden, Anthony, Pueblos e Imperios, Ed. Mondadori, Barcelona.  2002



[1] Pagden, A., Pueblos E Imperios, (Barcelona.  2002),  pp.21 -22
[2] Irán es el nombre actual que se adoptó a mediados del siglo XX con el derrocamiento del Sha Rheza Pahalavi.
[3] Huart, ; Delaporte, ; El Irán Antiguo Y La Civilización Irania, Tomo XXVIII De La Colección La Evolución De La Humanidad, , (México,1957) p. 2
[4]  Wittfogel Karl, Oriental Despotism, (Yale,1967)
[5] Huart Y Delaporte, Op. Cit p.186
[6] Bravo, G, Historia Del Mundo Antiguo: Una Introducción Crítica, (Barcelona, 1997) p.243
[7] Huart Y Delaporte, Op. Cit p.143
[8] Bravo, G, Op Cit p.120, Ver Igual Huart y Delaporte Op.Cit p.156
[9] Huart Y Delaporte, Op. Cit p.191
[10] Huart Y Delaporte, Op. Cit p.193
[11] Gómez,  F.J Introducción A La Grecia Antigua, (Madrid; 2002) p.151
[12] Ibidem
[13] Huart Y Delaporte, Op Cit. p. 203
[14] Huart Y Delaporte, Op.Cit p.215
[15] F.J Gómez, Op Cit. Pp.151
[16] Cohen, R.; Atenas Una Democracia; ; (Madrid; 1961) p.56
[17] Bravo, Gonzalo, Op.Cit Pp.244
[18] Efectivamente Habían 300 Espartanos, Pero Conjunto Otros Pueblos Griegos Sumaban Un Total De 6.000 Hombres Que Se Retiraron Apenas Iniciada La Batalla Por Orden Expresa De Leónidas El Rey Espartano, Para Salvar Hombres Y Material Y Detener Un Tiempo Suficiente A Los Persas, Ese Es El Origen De Los Famosos 300.
[19] Teniendo Un 80 A 90% De Naves Atenienses
[20] Gómez, F.J. p.163
[21] Ibidem p.164
[22] “Al Frente De Cuarenta Mil Hombres, En La Primavera Del 334, Pasó El Helesponto, Sin Que Nadie Dificultase Sus Movimientos; Y Una Batalla Ganada En Las Orillas Del Granico Le Abrió El Asia Menor. Las Colonias Griegas Fueron Declaradas Libres Huart Y Delaporte, Op. Cit Pp. 228
[23] P. Jouget El Imperialismo Macedonio Y La Helenización De Oriente,, Tomo XVI De La Colección La Evolución De La Humanidad, (México, 1957).