“La Grecia clásica del Siglo V y IV a.C:
Entre la consolidación de las Polis y un belicismo
constante”
Andrés Sáez
Geoffroy.
Pedagogía
en Historia, Geografía y Ed. Cívica.
Ayudante de
Modelos Fundacionales de Organización Social
“¡Ominosas veinte naves y
armada fatal que fueron el principio común ruina de los griegos y de los
barbaros!”[1]
1.- APROXIMACIÓN
A LA IDEA DE GUERRA EN LA GRECIA
ANTIGUA.
Cuando Heródoto de Halicarnaso pronunciaba
aquellas palabras en sus historias no imaginó que dicha frase siguiera teniendo
efectos cien años después de los sucesos que el describía. La verdad es que
Grecia al inicio de las llamadas guerras médicas el 494 a.C estaba consolidando
su modelo de organización política que conocemos como Polis. Dicho conflicto provocó
un proceso de aceleración en la conformación de las ciudades estado clásicas
sobre todo para los casos más conocidos de Atenas y Esparta, pero también dio
inicio a un ciclo de belicismo constante en toda Grecia, ciclo que se extendió
fácilmente por el espacio de un siglo en el cual se reafirmaron los modelos
políticos señalados, pero así mismo terminaron por agotarlos en luchas
fratricidas por la ostentación de la hegemonía, la que un primer momento
ostento Atenas en un segundo Esparta, en un tercero Tebas y en un cuarto las
potencias extranjeras que tendrán a la Hélade bajo su dominio desde el 330 a.C
hasta 1830 d.C.
Pero con lo ya señalado tampoco es menos
cierto que el conflicto es parte integrante
de la cultura griega antigua, eso son las olimpiadas, pero también lo es
lo que se ha denominado stasis[2],
así mismo y derivándose de dicho conflicto se encuentra la visión del mundo
como mutable y cambiante: “Lo que si haré, puesto que según noticias he
indicado ya quien fue el primero que injurió a los griegos, será llevar
adelante mi historia, y discurrir del mismo modo por los sucesos de los estados
grandes y pequeños, visto que muchos antiguamente fueron grandes, han venido
después a ser bien pequeños, y que, al contrario, fueron antes pequeños los que
se han elevado en nuestros días a la mayor grandeza.” este cambio tenía su
expresión concreta en el combate, en la guerra, en el conflicto interno o
externo de las Polis, (que justamente describe Heródoto) este que es el que nos
interesa en este caso particular, tenía su raigambre desde el mismísimo periodo
heroico descrito por Homero en sus relatos de la Ilíada y la Odisea, pero
también hunde sus raíces en la llamada época oscura, época de migraciones e
invasiones donde la aristocracia basaba su poder en el control de la tierra y
del aparato militar, Tucídides rememora dicha fase de la siguiente manera “De
aquella antigua costumbre de robar y saltear, quedó la de usar armas, porque
todos los de Grecia las llevan, a causa de tener las moradas no fortalecidas, y
los caminos inseguros. Acostumbran pues a vivir armados, como los bárbaros; y
esta costumbre que se guarda en toda Grecia es señal de que en otro tiempo
vivían todos así.”[3]
Con la generación de nuevos pactos políticos
en el siglo VI a.C y la aparición del ejército hoplítico, así como de regímenes
oligárquicos, tiránicos y democráticos que significaron la fusión del ejército
con el elemento ciudadano, lo que implicó que el ciudadano y el soldado eran
sinónimos y que cualquier conflicto en que se viera envuelta la comunidad
política el destino estaría intrínsecamente ligado al ejército para bien o para
mal. He aquí entonces que se rebasaban los límites del periodo oscuro, ya no
era la lucha familiar o de bandas armadas que se enfrentaban guiadas por los
dioses en los campos de batalla donde la caballería ocupaba un gran papel sino
que se pasaba a un modelo de enfrentamiento entre ciudadanos de distintitas
Polis cada cual con sus propias proyecciones pudiendo aplicar el principio
clausewitziano donde “La guerra no es más que un duelo en una escala más amplia. Si quisiéramos concebir como una
unidad los innumerables duelos residuales que la integran, podríamos representárnosla como
dos luchadores, cada uno de los cuales trata de imponer al otro su voluntad por medio de la
fuerza física; su propósito siguiente es abatir al adversario e incapacitarlo para que
no pueda proseguir con su resistencia.”[4]
Una vez propasados los límites del
enfrentamiento arcaico así como copados los espacios de colonización y por
tanto de descompresión interna, a lo que se suma la instalación de regímenes
políticos clásicos significaron el paso de los problemas internos a un plano
externo como ya se comenzaba a vislumbrar en el siglo VI entre algunas polis, donde
“las diferencias sociales y las luchas políticas que de ellas se derivan,
constituyen una causa permanente de emigración. Con frecuencia, un partido
político vencido renuncia a la lucha y abandona la ciudad. Las discordias
civiles que agitaron violentamente a Mégara fueron una de las causas
determinantes de la expansión colonial de esta ciudad”[5] o
el caso de Atenas como narra un ya clásico Cohen “En el interior, Atenas no ha
encontrado la paz. Mientras queden ciudadanos tan pobres que no tengan siquiera
lugar para ejercer los derechos que el legislador les ha conferido, las
reformas de Solón y Clístenes correrán el riesgo de no producir todos sus
felices efectos”[6].
Por otro lado los conflictos al interior de la Hélade fueron frenado por
aparición del gigante persa en el levante situación que crearía nuevos focos de
poder y por tanto de conflictos y pondrán a prueba el ejército de ciudadanos
guerreros.
2.- GUERRA
MÉDICAS:
Cuando el 550 a.C aparece en escena Ciro el
grande en Oriente y comienza un proceso expansionista constante del imperio
persa; En la Hélade mientras tanto se estaba configurando un sistema de
relaciones entre las polis que habían consolidado sus pactos políticos con los
grupos sociales lo que implicaba el rebasamiento de los límites de lo local y
la mirada hacia nuevos espacios de expansión que podían ser o bien polis más
pequeñas o las colonias. Este sistema de relaciones inter polis asumía un
marcado carácter multipolar vale decir múltiples núcleos de poder que pugnaban
por establecer hegemonías en sus respectivos hinterland: Larissa en Tesalia,
Atenas en Ática y el Egeo, Esparta en el Peloponeso, Tebas en Beocia, Delfos en
la Fócida, Corinto en istmo homónimo y el mar Jónico, pero también había
conflictos entre ciudades como Atenas contra Egina, Tebas contra Platea, y Esparta contra Argos. Es en este marco de
enfrentamiento y por qué no de
competencia entre las Polis mencionadas cuando aparece en escena en las
poblaciones griegas de Jonia el Imperio Persa, iniciando un proceso de
relaciones dinámicas entre los jonios y los aqueménidas.
Si adoptamos la idea de Heródoto de que el
conflicto se debe a la ocupación persa de las colonias atenienses en la Jonia
(Mileto), así como a la acción de hombres inescrupulosos; indicaría que el
conflicto hundiría sus raíces en el expansionismo persa que había
desestabilizado todo el sector, lo que habría llevado a la Hélade (específicamente
Atenas y Esparta) a luchar por su libertad contra la tiranía persa. Pero
Heródoto junto con describir dicho conflicto olvida una serie de cuestiones
esenciales la primera es creer que el imperio persa basaba su expansionismo en
la solamente expansión territorial – lo que no quiere decir que no existiera-
pero la verdad es que más bien su orientación estaba en la percepción de
tributos de las unidades territoriales, por lo que a estas últimas el gran rey
dejaba en paz la existencia de múltiples culturas, así como modos de
producción, religiones, pueblos y ciudades, etc[7]. Pues
los persas eran un pueblo comercial lo que los llevaba a comprender que
disturbios internos agotaban el intercambio económico, tal cual como lo
demostró el modus operandi con el cual sofocaron la revueltas de Jonia:
“Los persas no hicieron en aquel año otra hostilidad ni violencia en
castigo de los jonios, antes tomaron acerca de ellos, unas providencias muy
útiles y humanas, pues aquel año fue cuando Artafernes, virrey de Sardes, convocando
a los diputados de las ciudades de la Jonia, les obligó a que hiciesen entre
ellos sus estatutos y tratados a fin de ajustar en juicio las diferencias
mutuas y no valerse en adelante del derecho de las armas unos contra otros
pasándolo todo a sangre y fuego[22]. Obligado que los hubo a convenir en estos
pactos, mandó Artafernes medir sus tierras por parasangas, medida persa así
llamada que contiene 30 estadios. Medido así todo el país, señaló en particular
los tributos, que se han mantenido hasta mis días en aquella regulación de
Artafernes, la misma casi que ya de antes estaba impuesta.”
El imperio persa desde sus inicios se
transformó en un imperio de amplios márgenes territoriales (el más grande hasta
ese entonces) pero también multicultural donde los epítetos de tiranía así como
de destruir las libertad carecían de fundamento. No obstante la visión
anterior - encarnada en Heródoto- nos
permite entender la lógica de que la guerra para los griegos significó la lucha
del ciudadano – guerrero libre contra los oprimidos, poniendo a prueba a los
primeros.
Volviendo a la cuestión de los orígenes,
Heródoto no se equivocaba al señalar que Jonia era importante ya que los
atenienses tenían colonias y grandes intereses comerciales en el área. Es por eso
que Atenas provoca el conflicto (ver la cita referente a la ominosas galeras)
tenía varias razones para aquella resolución, primero por que permitía
consolidar su organización política en base la mayor percepción tributaria a
través de su control geo político del Egeo, segundo por que establecía un
paréntesis en nombre de Grecia, a los conflictos con otras polis lo que le
daría a Atenas el tiempo suficiente para fortalecer su posición militar
defensiva contra Esparta y ofensiva en el Egeo. Es por eso que aprovechó el
ofrecimiento que les hizo Aristágoras, instigador de la rebelión:
“Allí, en una asamblea del pueblo, dijo en público Aristágoras lo mismo
que en Esparta había dicho por lo tocante a las grandes riquezas y bienes del
Asia, y también a la milicia y arte de la guerra entre los persas, tropa débil
y fácil de ser vencida, no usando ni de escudo ni de lanza en el combate. Esto
decía por lo concerniente a los persas; pero respecto a los griegos, añadía que
siendo los Milesios colonos de Atenas, toda buena razón pedía que los
atenienses, a la sazón tan poderosos, les librasen del yugo indigno de la
Persia. En una palabra, tanto supo decirles Aristágoras y tanto se atrevió a
prometerles, como quien se hallaba en el mayor apuro, que al cabo les hizo condescender
con lo que pedía; y lo que había imaginado que más fácil le sería deslumbrar
con buenas palabras a muchos juntos que a uno sólo, esto fue lo que logró allí
Aristágoras, pues no habiéndole sido posible engañar al lacedemonio Cleomenes,
le fue entonces muy hacedero arrastrar de una vez con su artificio a treinta
mil atenienses”[8]
Los atenienses encontraron por medio de
Aristágoras la forma de intervenir por la fuerza y enfrentarse al persa y
lograr así todos los objetivos mencionados, por otro lado explicaría como el
ideal persa de conquistar Grecia no era
tal, que no se basa en reconquista alguna de las colonias recuperadas por
Atenas sino que hay que recordar que cuando los jonios conjunto sus aliados
atenienses incendian Sardes y una serie de templos fue el casus belli que llevó
a Darío a cruzar el Helesponto e ir hacia Grecia, es decir Persia fue provocada
y Atenas perfectamente podía ser considerada por el hecho de incendiar templos
como una potencia agresora.
El conflicto en sus inicios, es decir cuando
aun no intervenían otras polis se desarrollo bajo el contexto de que la guerra
para los persas era casi de orden periférico[9],
lo demuestra el hecho de que Jerjes al
sumir el trono tras la muerte de Darío quisiera fortalecer la unidad interna del
Imperio, siendo Grecia un objetivo secundario, en cambio para la ciudad del
Ática era más importante, era vital pues estaba en juego su supervivencia misma
y su posición en relación a otras Polis, y es por eso que se generó este
pretexto que Heródoto como buen jonio hace suyo “Era, en efecto, el pretexto de
aquella expedición el hacer la guerra a las dos ciudades mencionadas; pero el
intento principal no era menos que el de conquistar para la corona todas las
ciudades de la Grecia que pudiesen.”[10]
Retomando el conflicto en sí, sus inicios se
remontan al 494 a.C cuando estalla la sublevación de la Jonia, revuelta instigada por una serie de tiranos (ya se ha
visto a Aristágoras) que culminan con el incendio de Sardes. El 493 dicha
rebelión había sido derrotada con la consecuencia que Jonia dejaba de ser un
mercado para Atenas, y pasaba a depender ahora enteramente del gran rey. Darío
ante estos hechos inicia de inmediato los preparativos para la ocupación de
nuevas áreas estratégicas para los atenienses: el Helesponto y Tracia, lugares
de donde Atenas se abastecía de trigo y hierro, así como eran lugares de paso
obligado para los navíos que iban y venían del Ponto Euxino. Así mismo la
diplomacia persa obtuvo el apoyo de Polis rivales de Atenas y Esparta; Tesalia,
Argos, Tebas y Egina, mientras el Ática y el Peloponeso se unían para
defenderse a pesar de que un primer momento Esparta se mantuvo alejada del
conflicto.
El 490 tiene lugar la primera invasión
persa, en Atenas el triunfante partido belicista dirigido por los estrategas
Milcíades y Temístocles decide enfrentar al persa no retrocediendo si no
atacando, de estos Temístocles era el que más relevancia había alcanzado ya que
“teniendo los atenienses mucho dinero público, producto sacado de las minas de
Laurion, y estando ya para repartirlo a razón de diez minas por cada uno, supo
persuadirles Temístocles que, dejado aquel reparto, prefiriesen hacer con aquel
dinero 200 naves para la guerra que traían con los de Egina. Y en efecto,
emprendida ya dicha guerra, fue la salud de la Grecia, por haberse visto
obligados en ella los atenienses a hacerse una potencia marítima, habiendo
sucedido la cosa de manera que aquellas naves, sin servir al fin para que se hubieran
fabricado, pudieron ser muy del caso a la Grecia en la ocasión presente. Ni se
contentaban los atenienses con las naves ya hechas, sino que al mismo tiempo
iban fabricando otras en sus astilleros, puesto que habían determinado, después
de recibido aquel oráculo, salir al encuentro al bárbaro que contra ellos
venía”[11],
Temístocles se convertía así en un político que había ayudado a construir el
potencial ateniense y por tanto era su propia obra la que estaba en juego,
Temístocles decidió presentar batalla en Maratón, pero el mando no recaía en el
sino en otros 10 estrategas, como en la discusión estaba empatados quienes
querían retirarse y los que querían atacar se decidió recurrir al polemarca
(general en jefe) Temístocles le habló de este modo:
“En tu mano está ahora, Calímaco, o el reducir a Atenas a servidumbre, o
conservarla independiente y libre, dejando con esto a toda la posteridad un
monumento igual al que dejaron Harmodio y Aristogitón. Bien ves que es este el
mayor peligro en que nunca se vieron hasta aquí los atenienses: si caen bajo de
los medos, conocido es lo que tendrán que sufrir entregados a Hipias; pero si
la ciudad vence, llegará con esto a ser la primera y principal de las ciudades
griegas. Voy a decirte cómo cabe muy bien que suceda lo que dije, y cómo la
suma de todo ello viene a depender de tu arbitrio. Los votos de los generales,
que aquí somos diez, están encontrados y empatados: quieren los unos que se dé
la batalla; los otros lo resisten. Si no la damos, temo no se levante en Atenas
alguna gran sedición que pervierta los ánimos y nos obligue a entregarnos al
medo; pero si la damos antes que algunos atenienses se dejen corromper, espero
en los dioses y en la justicia de la causa, que podremos salir del combate
victoriosos. Dígole, pues, que todo al presente estriba en ti, y depende de tu
voto: si votas a mi favor, por ti queda libre tu patria, y por ti vendrá a ser
la ciudad primera y la capital de la Grecia; pero si sigues el parecer de los
que no aprueban el choque, sin duda serás el autor de tanto mal cuanto es el
bien contrario que acabo de expresarte.”[12]
Convencido el polemarca con esta muestra de
realismo en la cual se nota el ánimo imperialista atenienses en boca de
Temístocles se decidió dar batalla en la cual los persas son aplastados de
manera fulminantes: 192 atenienses muerto y unos 6.000 persas ¿qué factores
permitirán explicar la victoria? Para Heródoto sería el espíritu de combate, y
esto era lógico, su público eran los ciudadanos atenienses:
“Iban por fin los atenienses libres creciendo en poder de
cada día, pues cosa probada es, no una sino mil veces, por experiencia, que el
estado por sí más próspero y conveniente es aquel en que reina la isegoria o
derecho y justicia igual para todos los ciudadanos. Vióse bien esto en los
Atenienses, que no siendo antes, cuando vivían bajo el yugo de un señor,
superiores en las armas a ninguna de las naciones, sus vecinas, apenas se
vieron libres e independientes en un gobierno republicano, que se mostraron los
más bravos y sobresalientes de todos en sus negocios y empresas de guerra.” [13]
Es decir una parte de la victoria se debía a
la existencia de la relación entre ciudadano y guerrero, se luchaba por la
misma polis, vale decir el régimen de donde el sujeto era ciudadano y tenía los
derechos políticos aparejados, es decir la libertad actuaba como resorte para
luchar mejor, pero por otro lado y que
no se desprende del relato de Heródoto es que los griegos contaban con la
ventaja táctica que implicaba la existencia del ejército hoplítico, costeado
por los mismos soldados – ciudadanos y compuesto por materiales metálicos
altamente defensivos en contraposición a la ninguna armadura que llevaban los
persas así como su armamento ligero. Como consecuencia de dicho triunfo
ateniense podría preguntarse ¿acaso no se había convertido Atenas aquella
ciudad que nunca había sido superior en armas a sus vecinas en una potencia
militar?
El rol que jugarían los maratonomacos
posteriormente permite responder afirmativamente dichas interrogantes en el
sentido que permitieron a Atenas fortificarse para repeler un ataque terrestre,
hecho que acontecería después de la guerra, el interés por crear una potente
flota, mejorar el nivel de las tropas terrestres y crear una visión prospectiva
de la polis ateniense basado con el objetivo de recuperar el mercado egeo y de
ahí expandirse a otras áreas ocupando el vacío de poder que dejaba la derrota
de los persas, en definitiva la guerra médica a través de esta sola batalla
implicó el triunfo de Atenas en la guerra, así mismo de dicha batalla se
desprende otro hecho ¿qué había pasado con las otras polis? Esparta llegó un
día después de concluida la batalla lo que nos permite formularnos dos
interrogantes ¿Los espartanos no quisieron arriesgarse en combate campal y
utilizaron a los atenienses para saber la verdadera composición y modos de
combate persas? ¿Decidieron los atenienses librar la batalla con fuerzas
propias teniendo fe en el éxito y que del triunfo de sus fuerzas no sería la
victoria de Grecia sino la de Atenas y de esta sola sería la que libró a la Hélade de la esclavitud? Sobre dichas
interrogantes pocas luces nos arrojan las fuentes – salvo el ya mencionado
discurso de Temístocles-, pero lo que queda claro es que la respuesta que se
hayan podido dar en la época (que los espartanos no querían arriesgarse y que los
maratonomacos corrió con colores propios) dieron inicio a una serie de
desavenencias entre espartanos y atenienses después de la guerra, más que mal
Atenas ahora podía permitirse aquellos y Esparta debería actuar con mayor
detenimiento, Atenas ya no era la ciudad donde espartanos habían entrado para
apoyar a partidos políticos.
Podría pensarse que después de dicha
victoria los persas no enviarían expediciones pero ocurrió lo contrario, Jerjes
suceso e hijo de Darío decidió no cometer los mismos errores de su padre,
fortaleció su poder interno reprimiendo una serie de revueltas, reorganizó la
flota y el ejército pero aún no se mostraba decidido a invadir Grecia “Por la
muerte de Darío pasó el cetro a las manos de su hijo Jerjes, quien no mostraba
al principio de su reinado mucha propensión a llevar las armas contra la
Grecia, preparando la expedición solamente contra el Egipto”[14] .
Pero finalmente convencido por sus generales
así por Hipias antiguo tirano de Atenas se inició un nuevo avance el 480 a.C, en
un primer enfrentamiento en las
Termopilas mueren 300 espartanos intentando frenar el avance persa para que la
confederación helénica pudiera retroceder a posiciones más favorables, murieron
los 300 espartanos en una batalla que hasta el día de hoy suena como épica.
Espartanos y peloponesios ante el avance persa decidieron fortificar el istmo
dejando a su suerte a Atenas que tuvo que ser evacuada por la flota antes de
ser saqueada, pero a pesar de aquella derrota los atenienses al mando de
Temístocles logran destruir la flota persa en Salamina, victoria decisiva por
cuanto tuvo que ser retirado la mayor parte del ejército persa por no poder
recibir suministros, pero aun quedaba una parte del ejército persa atrincherado
en Tesalia que al año siguiente (479 a.C) Se iniciaba un claro resentimiento
entre atenienses y espartanos por el hecho de retirarse estos últimos al Peloponeso
y fortificarse “Vosotros, [señalan los atenienses] si bien estabais temblando
entonces de miedo, y por extremo recelosos de que no conviniéramos en pactos
con el persa, viendo después claramente, por una parte, que de ninguna manera
éramos capaces por nuestras opiniones de ser traidores a la Grecia, y teniendo
ya, por otra, concluida en el istmo vuestra muralla, no contáis al presente ni
mucho ni poco con los atenienses, pues no obstante de habernos antes prometido
que con las armas en la mano saldríais hasta la Beocia a recibir al persa, nos
habéis vendido, faltando a vuestra palabra, y nada os importa ahora que el
bárbaro tenga el Ática invadida. Los atenienses, pues, se declaran altamente
resentidos de vuestra conducta, la que no conviene con vuestras obligaciones:
lo que al presente desean, y con razón pretenden de vosotros, es, que con la
mayor brevedad posible les enviéis un ejército que venga en nuestra compañía, a
fin de poder salir unidos a oponernos al bárbaro en el Ática, pues una vez perdida
por vuestra culpa la mayor oportunidad de recibirlo en la Beocia, la llanura
Triasia es en el Ática el campo más a propósito para la batalla.”[15]
Finalmente los espartanos se apresuraron en acudir en apoyo de los atenienses se
estos enfrentaría contra el remanente persa en Platea (479 a.C) reforzado por
sus aliados tebanos siendo totalmente derrotado el ejército aqueménida,
justamente ese año en Micale los atenienses destruían un ejército y flota
persas de reserva en jonia, a su vez Tebas aliado de los persas era reducida.
La guerra se había saldado en los campos de batalla con 3 triunfos griegos,
cada invasión fue definida con una batalla, simbolismo como el de los tiempos
heroicos.
Con el fin de la guerra los atenienses y el
sistema democrático salieron fortalecidos, era la victoria de ciudadano
guerrero, de la comunidad política. Atenas inició un proceso de control del
Egeo e inclusive de ataque al imperio persa (batalla de Eurimedonte), en cambio
Esparta que otrora tantas veces había intervenido en Atenas y otras polis sin
contrapeso se veía obligada a solidificar aun más su posición en el
Peloponeso a costa de ceder a Atenas el
poder en el egeo. De hecho Tucóidides lo da a conocer como un antecedente de
las guerras del Peloponeso “Poco tiempo después, todos a una y de común
acuerdo, echaron a los bárbaros de Grecia. Los griegos que se habían rebelado
contra el rey de Persia y los que se unieron para resistirle, se dividieron en
dos bandos y parcialidades, los unos favoreciendo la parte de los lacedemonios,
y los otros siguiendo el partido de los atenienses, porque estas dos ciudades
eran las más poderosas de Grecia: Lacedemonia por tierra y Atenas por mar. De
manera que muy poco tiempo estuvieron en paz y amistad, haciendo la guerra de
consuno contra los bárbaros, porque empezó enseguida la guerra entre estas dos
ciudades poderosas, y sus aliados y amigos”[16] El anterior sistema multipolar había pasado a
ser bipolar, Tebas estaba derrotada, Corinto se supeditó a Esparta, Mégara a
Atenas y las ciudades de Jonia y el Egeo a Atenas pues la guerra políticamente
no había terminado.
Con el fin de las invasiones, resurgieron
las rivalidades anteriores a la misma y a las creadas durante la misma, Esparta
y Atenas las grandes ganadoras arrastraron a sus aliados a enfrentamientos
intermitentes entre ellos en el proceso que ha venido denominarse
pentecontecia.
3.-
PENTECONTECIA.
Con el fin de las guerras médicas el sistema
de las polis se dividió en dos grandes bloques: La liga de Delos regida por
Atenas y la liga del Peloponeso liderada por Esparta. “Tenían estas dos
ciudades diversa manera de gobernar sus súbditos y aliados, porque los
lacedemonios no hacían tributarios a sus confederados, solamente querían que se
gobernasen como ellos, por sus leyes y estatutos, y a su costumbre, es decir,
por cierto número de buenos ciudadanos, cuya gobernación llaman oligarquía, y
significa mando de pocos. Mas los atenienses, poco a poco, quitaron a sus
súbditos y aliados todas las naves que tenían, y después les impusieron un
tributo, excepto a los habitantes de Quíos y de Lesbos. Con tales recursos
hicieron una armada la más numerosa y fuerte que jamás pudieron reunir todos
los griegos juntos desde el tiempo que hacían la guerra coligados.”[17]
Como se ha señalado Atenas consolidó su
posición en el Egeo, mientras comenzaba
a intervenir en otras áreas. El 464 a.C un terremoto devastaba Laconia y los
mesenios de donde Esparta se proveía de ilotas iniciaron una sublevación
aprovechando la debilidad del cuerpo político – guerrero espartano. Esparta
acomplejada solicita apoya ateniense que después rechaza, Atenas deshonrada
decide apoyar a los mesenios y otras ciudades para sublevarse, ya sea contra
los espartanos en el Peloponeso y contra los persas en el Mediterráneo oriental.
Por otro lado Tebas se había recuperado y se había hecho con el control de la
confederación Beocia aliándose con
Esparta para recuperar la ciudad de Platea aliada con Atenas. “ El
panorama de estados aislados, políticamente autónomos y económicamente autosuficientes
deja paso al de las organizaciones supe estatales, en la que las poleis pierden
autonomía lo que ganan en protección frente a la posible injerencia de otros
estados vecinos en sus asuntos internos.”[18]
Con todo la guerra con Persia no terminaba,
Esparta viendo que Atenas era la única beneficiada con la guerra así como el
desgaste que significaba la guerra, decidió promover una firma de un tratado de
paz, Atenas también accedió pues ya había logrado el control de recursos y
áreas que le significaban un positivo reparto de influencia en así
conversaciones. La paz se firmó el 445 a.C llevando el nombre de paz de Calias
y confirmaba las áreas hegemónicas, Atenas en el Egeo y Jonia, Esparta en el
Peloponeso y Persia se retiraba de la costa jónica, situación ya confirmada por
la paz de los treinta años firmada por atenienses y espartanos el 448 a.C.
Las paces sirvieron para potenciar los
ejércitos y el poderío político militar, Atenas aprovechando los tributos
generados por la liga délica y el rol jugado por los marotonomacos se fortifica
(460-457 a.C) “por consejo suyo, se habían reedificado a toda prisa las casas
destruidas por los persas, pero también construido con cuidado murallas para
que la ciudad estuviese al abrigo de un golpe de mano. De buen grado se habían
servido de su astucia para engañar a Esparta, envidiosa, mientras las
edificaban. A su voz se habían vuelto a abrir los talleres esbozados en el
Pireo y fortificado el puerto”[19]. Mientras esto ocurría Esparta firma tratados
defensivos bilaterales con las ciudades del Peloponeso que después sirven para
formar la liga homónima que luchará
contra Atenas. Las tensiones irán in crescendo hasta que un conflicto colonial
servirá como excusa para desatar el conflicto.
Hacia el 430 a.C las comunidades políticas
habían sacrificado parte de su antigua autonomía con el fin de potenciar
alianzas defensivas lo que implicaba el paso de objetivos locales a de lago
plazo, donde los aliados y otros objetivos entre polis jugarían un factor
central, por tanto cualquier asunto pequeño podía desencadenar una guerra al
activarse los mecanismos de alianzas.
Las guerras médicas que habían consolidado
la ya enunciada fusión del ciudadano con los guerreros por el hecho de enfrentarse a una potencia extranjera
pero una guerra griega implicaría la
devastación de la producción sin una externalidad positiva como lo era la
posibilidad de esclavizar a los prisioneros, la destrucción de los espacios
productivos, las muertes harían disminuir el número de ciudadanos, una guerra
de bloques implicaba salir de los estrechos márgenes de Laconia y Ática para ir
al combate en otras áreas del mediterráneo lejanas de los nodos productivos y
de control político por lo que la guerra necesariamente debería periferizarse,
por otro lado la evolución del arte militar favoreció la fortificación, la
defensa por sobre el ataque por tanto se hacían necesario la creación de
técnicas de asedio. En la Pentecontecia estos factores se consolidaron y
aflorarían en un futuro conflicto que se
ha venido en denominar guerra entre griegos o del Peloponeso.
4.- LA GUERRAS
DEL PELOPONESO.
La pentecontecia marcó el punto de inflexión
dentro de Grecia, como señala Cohen “Atenas tiene súbditos, dinero, una marina
numerosa y excelente; detrás de las murallas largas que la unen al Pireo, es
invulnerable. O debe renunciar a la hegemonía, o debe apoderarse de ella ahora
y para siempre, y asegurar al mismo tiempo el triunfo de la democracia”[20]
las polis habían ya alcanzado el máximo control sobre su hinterland y por tanto
cualquier nuevo intento de consolidar su hegemonía se haría sobre su
superposición sobre todo ateniéndose a los más nimios motivos para la misma,
pero ya la cuestión no descansaba sobre los cimiento entre dos polis, sino
entre las symaichias y ya no entre comunidades familiares políticamente
organizadas sino entre varios estados con su organización política distintiva y
por tanto entre diferentes tipos de ciudadanos dejando atrás el antiguo
conflicto entre súbdito y ciudadano, este enfrentamiento entre varios
ciudadanos sólo podría traer el desajuste mismo de los pilares sobre los cuales
descansaba la ciudadanía en la antigua Grecia: vale decir el ciudadano así comolos
pactos políticos y sociales sobre los cuales descansaba el aparato político.
Es así que una serie de conflictos entre
colonia y metrópolis derivó en una guerra total dentro de la Hélade. Una vez
consolidada la marina ateniense sólo quedaba una ciudad que podía rivalizar con
dicha flota. Corinto. Corinto poseía la segunda mayor flota mercante de Grecia
a lo que se sumaba su ubicación en una
zona geopolíticamente estratégica, se ubicaba en una encrucijada comercial
tanto naval como terrestre. En lo naval su localización en la entrada
occidental del istmo de Corinto permitía una acceso tanto al mar Jónico y de
aquí al Mediterráneo o al mar Adriático de donde se traían metales como el
Estaño y trigo de Sicilia, pero por otro lado también le daba un acceso hacia
el mar Egeo de Creta hacia donde podía re exportar los productos occidentales y
con lo cual rivalizar directamente con Atenas, así mismo Corinto era la llave
de entrada y salid de las vías comerciales terrestres que entraban y salían del
Peloponeso, condiciones que quizá ninguna otra ciudad de la antigua Grecia
reunía en sí misma. Pero así como poseía estas condiciones también el hecho de
tener colonias en enclaves estratégicos aumentaba aun más el poder comercial
que Corinto podía poner en juego, era el caso de la Isla de Corcira desde donde
se podía dominar el mar Jónico y Adriático con sus recursos madereros,
salíferos y metálicos además de agrícolas y Potidea en la Calcídica desde donde
podía proveerse de metales argentíferos. Justamente conflictos suscitados en
estas dos colonias corintias intentaron
ser aprovechados por Atenas para minar el poder de Corinto y su ciudad aliada
de Mégara ubicada en el mismo istmo.[21]
En Corcira se suscitó un problema con una
colonia de esta ciudad ubicada en el Adriático: Epidamno el año 435 a.C.
Corcira que a su vez como se ha dicho era colonia de Corinto decidió invocar a
la metrópoli para ayudarla en sus problemas, pero Corinto decidió intervenir
tanto en Corcira – cuestión que iba contra la costumbre- y además intervenir en
Epidamno con el fin de tranquilizar este sector para así no interrumpir los
suministros. Los ciudadanos de Corcira logra destruir las fuerzas de Corinto y
denunciando la intervención de que iba a ser víctima decide acudir al Atenas la
cual decide firmar con ella un tratado defensivo lo cual aun no significaba una
ruptura de la paz de los treinta años, en palabras de Tucídides “Parecerále a
alguno que nuestro consejo es útil y provechoso, pero temerá y sospechará que
si lo sigue romperá la paz y confederación con los amigos; éste tal sepa que
vale más, para poner temor a los contrarios, no confiarse mucho en la
confederación y alianza de otros, sino procurar el aumento de su poder, que no
confiados de aquélla dejarnos de recibir por compañeros y aliados, y quedar por
esta vía más flacos y débiles contra vuestros enemigos, que fuertes y
poderosos. Los corintios, si nos vencen, quedarán seguros, y os tendrán menos
temor y miedo que antes. No se trata, pues, solamente del bien y provecho de
los de Corcira, sino también de los de Atenas, considerando que esta guerra es
prefacio de la que para el tiempo venidero se prepara. Por ello no debéis de
dudar de recibirnos en vuestra amistad, pues veis lo que os importa tener esta
nuestra ciudad por amiga o enemiga, considerando la situación de Corcira”[22]
Tal como se desprende del comentario, Atenas ya estaba orientada a enfrentarse
a la liga del Peloponeso, nuevamente así como hace 60 años, se le daba el
pretexto para hacerlo, nuevamente su hegemonía era puesta en jaque, la asamblea
ateniense decidió:
“Hacer alianza con los corcirenses, no de la manera que ellos pensaban,
es a saber, para ser amigos de amigos, y enemigos de enemigos, porque haciendo
esto y juntándose con los corcirenses para ir contra los corintios, rompieran
la confederación o alianza que tenían con los peloponenses: sino solamente para
ayudar a una parte y a la otra, si alguno les quisiese hacer algún agravio a
ellos y a sus aliados. Porque no haciendo esto, les parecía que tendrían guerra
con los peloponenses; y tampoco querían dejar a Corcira en manos de los
corintios, que tenían tan poderosa armada, sino que pelearan unos con otros
para que así se disminuyesen sus fuerzas, y fuesen más débiles; y después si
les pareciese tomarían partido en la guerra contra los corintios, o contra los
otros que tuviesen armada”[23]
Con esto Corinto decidió acudir a la Liga
del Peloponeso en respuesta a la intervención Ateniense ya que “Todo era mejor
que asistir a un proceso por el que Adriático y Jónico se conviertan en mares
cerrados de los atenienses, como ya lo era el Egeo. Aquí, como en tantas otras
ocasiones, la decisión adoptada por la oligarquía dirigente obligará de forma
más o menos coercitiva al resto de la comunidad”[24].
Pero una nueva intervención peloponesia es derrotada por fuerzas coligadas de
Atenas y Corcira, la primera decide bloquear
a Mégara además en respuesta. El 432 a.C Potidea colonia de Corinto pero
que además formaba parte del bloque ateniense – demostrando la idea de
autonomía de las polis coloniales- era presionada por Atenas para retirar a las
autoridades corintias existentes, pero un cambio de política interna en dicha
ciudad hizo que solicitará apoyo a la
metrópoli, a Macedonia y a Esparta estos
“estuvieron de acuerdo según la votación en que había habido ruptura del pacto,
y que la guerra era necesaria, no tanto convencidos por los argumentos de sus
aliados, como porque temían que los atenienses se engrandecerían aún más, al
ver que la mayor parte de Grecia estaba ya en su poder”[25]
Cuando esto ocurría Tebas ataca a Platea,
ganado esta última ciudad la batalla pero matando a los prisioneros lo que
significaba un nuevo casus bello válido para la liga del Peloponeso, Atenas no
quería evitar la guerra pues tarde o temprano esta vendría, Esparta en cambio
quería evitar el conflicto pero la presión de Corinto, Tebas, Mégara y otras
ciudades fue lo suficiente como que las hostilidades se iniciaran el 431 a.C.
La guerra suele dividirse en 3 fases, La
guerra de Arquidamo o de los 10 años (431-421 a.C), en la cual los resultados
mantienen en igualdad las condiciones anteriores a la guerra, los atenienses
decidieron retirarse detrás de los muros de la ciudad y evitar el combate
abierto, por otro lado una epidemia que invadió el a Atenas (sobre aglomerada
por lo anterior) y en la cual muere Pericles y cientos de ciudadanos lo que
obliga a aumenta r el phoros Délico y el descontento de los coligados de
Atenas, a este le sigue el Periodo de la paz de Nicias y la expedición a
Sicilia (421 – 413 a.C) donde atenienses intentan generar un cambio en la
periferia del conflicto, la Guerra de Decelia y Jonia (413 -411 a.C) la cual
marca la hora final de Atenas al perder las minas de Laurión y la fase
final y de cambio político (411-404 a.C)
donde Atenas debe enfrentar una serie de convulsiones internas que se saldan en
la batalla e Egos Potamos, la guerra se resumen en la siguiente tabla:
Periodo
|
Hechos
Relevantes
|
Guerra
de Arquidamo o de los 10 años (431 -421 a.C)
|
· Atenas evita el conflicto
terrestre y refugia toda su población detrás de sus muros.
· Esparta evitar el conflicto
naval, rapiñas sobre el Ática
· Rebeliones contra Atenas en
su liga
· Peste en Atenas, muerte de
Pericles (429 a.C)
· 425 a.C Atenas pierde
Anfípolis pero gana en Pilos
· Aumento de Phoros délico
· 421 Cansancio paz de Nicias.
|
Paz
de Nicias y expedición a Sicilia (421 – 413 a.C)
|
· Esparta y Atenas aliados
momentáneos contra Argos, Corinto y Mégara las cuales no aceptan la paz por
ser poco favorable a los vencedores
· Batalla de Mantinea 418 a.C
Esparta recobra sus aliados, nuevo enfrentamiento Ateniense – Espartano
· 415 Alcibíades y Nicias
expedicionan sobre Sicilia, aprovisionadora de trigo hacia el Peloponeso,
pero son totalmente derrotados (se pierden 30.000 soldados)
· Oro Persa financia una flota
Espartana, victoria de esta el 413 a.C
|
Guerra
de Decelia y Jonia (413 – 411 a.C
|
·
Ocupación de Decelia por Esparta, cierre de las minas de Laurión.
·
Defección de Jonia de la liga de Delos por el aumento de Phoros, aprovechando
debilidad ateniense e instigada por persas y peloponesios.
|
Fase
final y cambio político (411 – 404 a.C)
|
· Tratado de Mileto entre
Esparta y Persia, rechazo de Atenas a conceder a Persia el dominio del Egeo.
· División de Atenas entre
oligarcas y demócratas, golpe de los primeros.
· Éxito ateniense en Cízico,
presión Thete por el restablecimiento democrático, victoria de las islas
Arginusas, gobierno en el exilio.
· Batalla de Egos Potamos: fin
de la flota y del imperio ateniense
· Paz del 404: Destrucción de
los muros, destrucción de las flota (salvo 12 navíos), reconocimiento
hegemonía de Esparta, traspaso de las colonias de Atenas a Esparta
(decarquía)
|
Con el fin del enfrentamiento en Egos
Potamos sonaba la hora final de Atenas, como lo demuestra Jenofonte:
“En Atenas, después de la llegada de la nave Paraliana por la noche,
circuló y se extendió la noticia de la catástrofe, y una consternación general salida
de El Pireo corrió a través de los Largos Muros de la ciudad, propagándose de
unos a otros. Nadie durmió aquella noche, pues no lloraban tan sólo por la
suerte de los desaparecidos, sino más bien por su propio destino. Pensaban que
les tocaría sufrir los mismos tratos que infligieran a los habitantes de Melo,
colonia lacedemonia, a la cual habían reducido después de un asedio; a los de
Histiea, de Eskioné, de Toroné, de Egina, así como a muchos otros pueblos
griegos. A la mañana siguiente, la Asamblea se reunió y acordó cerrar los
puertos con un dique, menos uno, reparar las murallas, establecer en ellas centinelas,
y hacer en la ciudad todos los preparativos necesarios para prevenir un posible
ataque.(…) Sitiados
los atenienses por mar y por tierra, hallábanse sin saber qué hacer, pues ya no
tenían ni naves ni aliados, ni les quedaba trigo. Pensaban que no les sería
posible escapar al trato que ellos mismos habían infligido, no a manera de
castigo, sino por una injusticia fundada en un abuso de autoridad, a los
habitantes de las pequeñas ciudades, y ello por la única razón de que éstos
eran aliados de los otros. Habiéndolos decidido estas mismas razones a
devolver sus derechos cívicos a los que habían sido privados de ellos,
armáronse de valentía, y no hablaban de capitulación a pesar de los que morían
de hambre. Sin embargo, llegó el momento en que carecían completamente de
trigo; entonces enviaron delegados a Agis.”[26]
La Guerra había concluido y había
significado un triunfo espartano, triunfo en realidad a medias, pues como se
verá la guerra entre los griegos trajo una serie de consecuencia sobre la polis
clásica ya que la guerra implicó una serie de cambios de mentalidad así como de
prácticas que terminarían hacer entrar en crisis a las diferentes comunidades
políticas en lo inicial Atenas tenía que conceder “ La Destrucción de los
largos muros y los del Pireo, entrega de todas las naves, menos doce y regreso
de los exiliados. Los atenienses tendrán los mismos amigos y enemigos que los
lacedemonios y los seguirán en tierra y en mar
a donde aquellos conducirán”[27]
El primer aspecto que llama la atención es
que con esta guerra dejó de ser un conflicto entre dos ciudades para ser un
enfrentamiento entre estados de diversas proporcionalidades y con modelos
políticos opuestos pero cuyo poder había llegada a sobrepasar los límites
regionales tradicionales, tampoco era un enfrentamiento entre dos culturas como
lo fue el conflicto con los persas sino de dos tipos de organizaciones
políticas: Oligarquía y democracia, ya se sabe que la tendencia de Esparta era
alejar todo lo posible la influencia de aquel modelo pensando siempre que
dichas ideas podrían significar la ruina misma del sistema político oligárquico
de corte espartano, “Ello obligó a Esparta a emprender una política «realista»
atendiendo a la situación particular de cada «polis» en relación con el vínculo
existente entre ambas. En este sentido, se observan sin embargo dos claras
tendencias. Una, respecto a las ciudades, que habían intervenido en la
contienda como aliadas de Atenas. En principio, Esparta liberó a éstas del
vínculo imperialista impuesto por los atenienses, pero les asignó una
contribución anual de 1.000 talentos destinados a la reconstrucción y
mantenimiento de su propia flota. Además les obligó a elegir un gobierno local
de carácter oligárquico y pro espartano constituido por diez miembros
(<<decarquía»), que a menudo fue reforzado con una guarnición espartana
en la ciudad.”[28]
En el fondo su papel de Estado hegemón
se circunscribía al mismo papel que había jugado Atenas, solamente cambiaban la
formas de gobierno, pero en el fondo del asunto las antiguas polis autónomas
sacrificaban la misma por la “defensa” de sus intereses dejando aquella función
a la Polis del momento. Para el caso espartano significaba en todo caso una
condición cuasi natural a su política interna situación remontable hacia el 510
a.C cuando los espartanos intervinieron una serie de veces en Atenas para
alejar a Clístenes del poder.
Por otro lado el conflicto a pesar de
intentar solucionar dicha dicotomía no lo logró, esto porque, que haya
triunfado el bloque pro oligárquico no
impidió que este no quedara tan desgastado como la democracia. Si tuviéramos
que realizar comparaciones para el caso de Atenas, el hecho de haber perdido su
poder colonial marítimo con la consecuente merma del phoros délico significaban
la pauperización de los grupos pobres de ciudadanos (thetes) en este sentido la ciudadanía dejaba de ser
un status que pudiera garantizar algún bienestar, el conflicto socio político
se trasladaría de lo político a los social, del pobre contra el rico[29],
a su vez esta pobreza y la falta de un Estado que pudiera actuar como
redistribuidor para limitar la pauperización de estos grupos, ya sea dando
trabajo en las obras públicas o en la marina, significaba el fin del ciudadano guerrero
de tipo democrático del modelo ateniense
pues este se convertía en alguien que pudiera costearse su equipo
militar vale decir la clase más pudiente. [30]
Para el caso de Esparta el desgaste provenía
en cuanto la muerte del ciudadano guerrero (Homoioi) implicaba un vacio que no
podía llenarse salvo con un hijo de otro Homoioi, “Esta escasez de hombres en
la que los antiguos ha visto y con razón el infortunio mortal de Esparta,
resulta en primer lugar de la guerra, que casi endémica, diezma la población
masculina en edad de servir.”[31] vale
decir ocurría lo contrario a Atenas (estaba lleno de ciudadano pero pobres)
pues en Esparta faltaba ciudadanos, esto era gravísimo por cuanto todo el
aparato militar cuya orientación se dedicaba tanto al control interno (ilotas)
como al externo (las colonias adquirida en la guerra) requerían cada vez un
contingente mayor de hombres, es así que la expansión significaba un grave
riesgo sobre la base de la economía y sociedad espartana. En el fondo la guerra
representó el fin de las tradiciones, y el sacrifico de las autonomías consagrándolas
a la política exterior.
Un segundo cambio o consecuencia, es el
cambio de un sentido totalmente táctico de la guerra y la expansión hacia un
sentido totalmente estratégico de la misma, entendido lo táctico como lo a
corto plazo (la batalla) y lo estratégico como de largo plazo (Una serie de
batallas, acciones ofensivas – defensivas, financiamiento de divisiones
internas, etc.) Esto es lo que puede visualizar cuando Pericles decide refugiar
a la población detrás de las murallas escapa de la concepción clásica del combate
directo entre formaciones de hoplitas, tal como nos señala Tucídides “antes:
prepararse para la guerra, y que transportaran al interior los enseres que tuvieran
en los campos; que no tomaran la iniciativa de plantear la batalla, sino que
acudieran a la ciudad y la guardaran, y que equiparan la flota, que era donde
residía su fuerza, y que tuvieran bajo control el asunto de los aliados,
diciéndoles que de ellos, de su contribución en dinero, dependía su fuerza, y
que la mayoría de las veces las guerras se ganan con inteligencia y con
abundancia de dinero.(…) En el asunto de las finanzas, pues, era así como les
daba ánimos. Además tenían trece mil hoplitas, sin contar los que estaban en
los fuertes, y los dieciséis mil de las murallas. A tal número ascendían los
que se encargaban de la vigilancia al principio, cuando el ataque de los
enemigos, entre los más viejos y más jóvenes y los metecos que eran hoplitas”[32] Esto nos lleva a cree que piensa a largo plazo
en una guerra de desgaste marítima que inhabilite el abastecimiento lacedemonio
y por otro obliga a sus rivales a inventar el modo de asediar dichas
fortificaciones y que elementos a usar, factores que darán inicio a la
poliorcética[33].
El inicio de los asedios requirió un soldado altamente especializado y pagado,
lo que unido a la muerte de los ciudadanos guerreros inició un proceso de
mercenarismo de la sociedad griega, esto debido a que era a la vez el productor
urbano o rural lo que impedía su total participación en la largas temporadas de
asedio y guerra constante, es lo que le ocurrió a los atenienses en el sitio de
Potidea donde los hoplitas áticos demoraron tres años rendir la ciudad, tres
años en que dichos soldados no pudieron ser empleados en otros sectores. Así
mismo surge la cuestión del tiempo mientras una o dos batallas definían la
suerte del conflicto (como el caso de las guerras médicas) un asedio en cambio
requería tiempo y soldados que dispusiesen del mismo, por lo mismo los
espartanos no asediaron Atenas hasta entrada la guerra, ya que años de asedio
podrían provocar nuevas rebeliones de los ilotas y mesenios. De esto se deriva
la creación de una clase militar altamente especializada o la idea de la
necesidad de disponer de las mismas y que fuera su función específica lo
militar (léase separar la función del ciudadano del guerrero)[34].
Un tercer cambio fue que la guerra trajo
consigo un desgaste total de las estructuras productivas tradicionales. Por una
parte la rapiña y los saqueos significaron la destrucción de los bienes
materiales como las haciendas, olivos y viñedos; e inclusive la muerte de
esclavos, debemos recordar que la costumbre griega impedía esclavizar a otros
griegos por lo que esta guerra no tuvo la externalidad que tuvo las guerras pérsicas de utilizar
prisioneros como esclavos, esto se puede ver en los relatos de Jenofonte
respecto a la no existencia de esclavos para trabajar la mina de Laurión
“Yendo directamente al asunto, ¿quién ignora que están en actividad
desde hace mucho tiempo? Nadie busca ya descubrir la época en que fueron abiertas.
A pesar del mineral sacado y de que se sigue buscándose todavía, pensad un
momento en cuán poco considerables son después de tanto tiempo los escombros de
esas colinas donde la plata es engendrada. En vez de separar del terreno las
gangas del mineral, éstas van creciendo cada día. Incluso en la época en que se
empleaba más número de brazos, ni un solo hombre quedose sin trabajo. Y dicha
labor excedía siempre la proporción de los obreros. Los propietarios de minas
que dan ocupación a tantos esclavos, piensan hoy todavía menos en disminuir su
número que a aumentado lo más posible. y verdaderamente, si hay pocos brazos
empleados en la excavación se sacará sin duda menos plata, pero si se da
ocupación a gran número de hombres podrá retirarse mucho mineral. La única
empresa donde un nuevo contratista no hace sombra a los demás es, a mi
entender, la de las minas. Un campesino nos dirá exactamente el número de
trabajadores que necesita, así como los pares de bueyes, y si tiene más de los
suficientes, el excedente es para él un verdadero perjuicio. Al contrario, los
que explotan las minas nos dicen todos que carecen de obreros.”[35]
Al decaer la esclavitud también decayó la
estructura social pues los más pobres podían participar de la comunidad
política siempre y cuando los esclavos suplieran los trabajos de los
ciudadanos, en Atenas el thete es
reemplazado – o ayudado- en el campo por un esclavo y en la ciudad los
talleres se nutren de esclavos antes que thetes, dándoles el tiempo para
participar en la armada, de ahí que sin esclavos y sin armada los thetes
tuvieran que volver a trabajar y perder la prerrogativa de ejercer su
ciudadano, situación peor por cuanto ya no lograban los ingresos requeridos
para dicha participación cívica. Pero no todo fue sombras, la guerra abrió
nuevas áreas al comercio y los flujos comerciales se intensificaron pero al
Estado al haberse transformado en un instrumento en manos de la Oligarquía (el
caso atenienses) estas tendieron a engrosar las ganancias de dicho grupo por
sobre otros.
Por último desde lo geopolítico la hegemonía
paso de Atenas a Esparta (401 al 386 a.C) esta última aprovecho de invadir Persia con un ejército comandado por su rey Agesilao
aprovechando divisiones internas dentro de la dinastía aqueménida. Pero el oro
persa le granjeo una nueva alianza en su contra formada por Corinto, Atenas,
Tebas y otros ciudades peloponesias que querían deshacerse del yugo espartano,
alianza que se ha denominado II confederación ateniense o segunda liga délica
cuya diferencia central que ya Atenas no podía subyugar a sus aliados si no que
participaban estos en un estado de igualdad, este conflicto se denominó como
guerra de Corinto (395 -386 a.C) el desgaste general de Esparta implicó que
todas estas ciudades allanaran sus diferencias y se firmase la paz de
Antálcidas el 386 a.C teniendo como garante al rey Persa “«El rey Artajerjes estima
justo que las ciudades de Asia le pertenezcan, así como también las islas de Clazomenes
y Chipre, y que, por contra, se reconozca la autonomía las otras ciudades griegas,
grandes y pequeñas, excepto a Lemnos, Imbros y Esciros, las cuales, como en el
pasado, pertenecerán a los atenienses. A aquellos que no estén de acuerdo con
estos condiciones de paz, yo les haré personalmente la guerra con la ayuda de
los que las acepten, por mar y por tierra, con mi armada y con mi tesoro.»[36]
Ante estas amenazas, ambos bandos desgastados decidieron pasar a la paz, a
sabiendas que la paz en la Grecia antigua era circunstancial.
5.- EL ÚLTIMO
INTENTO HEGEMÓNICO DESDE LA HÉLADE.
Con el agotamiento del poder espartano en
las periferias de la Hélade y la fallida expedición de Agesilao a Persia, así
como la inutilidad de la expedición de los 10.000 en Cunaxa surge nuevamente
Atenas y Tebas como contrapesos de Esparta en Grecia. Como se señaló la II
liega délica obligó a Esparta a retirarse de Jonia, una vez conseguido aquello
dejó de financiar a Atenas, y la paz de Antálcidas del 387 a.C devolvió algunas
islas a Atenas, reconoció una hegemonía terrestre espartana y Persia se quedó
con la Jonia, y se garantizó la autonomía de las polis, la gran perjudica fue
Tebas a la cual no se le permitió hegemonizar Beocia en virtud de la cláusula
de la autonomía.
Tebas aprovechó la calma, restauró la
confederación Beocia no sin antes mejorar sus ejércitos y tácticas militares
para derrotar a Esparta, liderado por Epaminondas este ejército derrotó a una
ya desgastada Esparta en Leuctra el 371 a.C:
“Pero cuando fueron muertos el polemarca Deinón y Esfodrias, de la
tienda real, con su hijo Cleónimo, los oficiales del Estado Mayor y la llamada
escolta del polemarca, entonces los demás fueron rechazados, atropellados por
el número; y, viendo retroceder el ala derecha, cedió el ala izquierda de los
lacedemonios. No obstante, a pesar del número de muertos y de su derrota, una
vez pasado el foso natural que tenían ante su campamento pusieron el arma al
pie en el mismo sitio desde donde habíanse puesto en movimiento. Por otra parte,
el campamento no estaba emplazado completamente en la llanura, sino antes un
poco hacia la pendiente. Hubo varios
lacedemonios que, encontrando este desastre intolerable, declararon que era
preciso impedir a los enemigos que levantaran su trofeo, así como también
probar de recoger los muertos, no por medio de una convención, sino por las
armas. Pero los polemarcas veían que entre todos los lacedemonios había más de
mil muertos, y que de los espartanos propiamente dichos, que habían sido
presentes unos setecientos, cerca de cuatrocientos estaban muertos. Se daban
cuenta de que ningún aliado tenía ganas de combatir, e incluso algunos de ellos
no estaban descontentos por lo que había sucedido. Entonces reunieron a los
principales jefes para deliberar sobre lo que tenían que hacer. Todos
estuvieron de acuerdo en firmar una convención para recoger los muertos, y
enviaron un heraldo para establecer una tregua.”[37]
Esta victoria selló el fin de la hegemonía
espartana, Epaminondas el 369 a.C invadió el Peloponeso, independizó a Mesenia
y Megalópolis de Esparta y creó la liga arcadia con el único motivo de
perjudicar a Esparta. En un postrer intento desesperado los espartanos libran
la batalla de Mantinea el 362 a.C nuevamente son derrotados, “y a
pesar de la victoria que cada uno pretendía haber conseguido, nadie fue
visiblemente más rico ni en ciudades, ni en territorios ni en autoridad que
antes de la batalla; y la incertidumbre y la confusión fueron más grandes
después que antes en toda Grecia Para mí, mi obra se detiene aquí. Otro se
encargará quizá de escribir la continuación.” Señalaba Jenofonte, con el final
de su relato también finalizaba una época, la muerte de Epaminondas en la misma
lid, deja a Beocia sin líderes y se retira , la amenaza ahora venía del norte, Macedonia tras siglos
de acecho se alzaba ahora como potencia y en veinte años conquistaría la Hélade
(357 a.C -338 a.C) fácil presa por 200 años de guerras que condujeron a la
época de oro pero también a su declive final, desde ahí hasta 1830 Grecia
estará en manos de “extranjeros”: macedonios, diadocos, romanos, bizantinos, y
turcos.
BIBLIOGRAFÍA
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Bravo, Gonzalo,(1997) Historia del mundo
antiguo: una introducción crítica, Barcelona: Alianza Editorial,
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JENOFONTE (1965) Helenicás Editorial Iberia S.A
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JENOFONTE (1965) Las Rentas del Ática Barcelona:
Editorial Iberia S.A.
·
TUCIDIDES, (1989) Historia de la Guerra del Peloponeso,
Madrid: Alianza Editorial.
[1] HERÓDOTO DE
HALICARNASO,(1960) Los Nueve Libros de la
Historia, Barcelona: Editorial Iberia S.A, Traducción del P. Bartolomé Pou,
Libro 5, XCVII. (De ahora en adelante 5,XCVII)
[2] Es decir el conjunto de conflictos
a nivel interno (de clases) y externo (entre Estados) en que se vio envuelta la
polis durante su existencia histórica y que guarda relación con los equilibrios
o desequilibrios de los pactos políticos y sociales contraídos durante de la
época.
[3] TUCIDIDES, (1989) Historia
de la Guerra del Peloponeso, Madrid: Alianza Editorial. Libro I – nº6 De
ahora en adelante (I,6.)
[4] CLAUSEWITZ, K. (2002) Der krieg (De la guerra) en www.Librodot.com
[5] JARDÉ. A (1960) La
formación del pueblo griego, México: UTEHA. p.168
[6] COHEN, ROBERT; (1961) Atenas
una democracia; Madrid: Aymá
Editora S.A;; p.56
[7] En Heródoto encontramos la lista de las satrapías con sus
respectivos tributos. Pero además queda demostrado como al imperio persa poseía una libertad administrativa, el
objetivo de los sátrapas era reunir los tributos, antes mismos que administrar
las provincias. La libertad de los sátrapas para obrar se encuentra en toda la
obra, así como también en Tucídides y Jenofonte. (3,LXXXVI)
[8] HERÓDOTO op.cit 5, XCVII.
[9] Lo demuestra el hecho de que Grecia era una mínima parte de todo
el conjunto del imperio, así mismo lo único atrayente a los persas era su clima
según señalan los antiguos, pero en Jonia y el Cáucaso encontramos áreas muy
parecidas a Grecia así como el Mediterráneo.
[10] HERÓDOTO op.cit 6, XLIV
[11] HERÓDOTO op.cit 6, CIX
[12] HERÓDOTO Op.Cit 6,CXI
[13] HERÓDOTO Op.Cit 6,CXII
[14] HERÓDOTO 7,V.
[15] HERÓDOTO.9.VII.
[16] TUCÍDIDES, I,18
[17] Ibíd. I,19.
[18] Bravo, Gonzalo,(1997)
Historia del mundo antiguo: una introducción crítica, Barcelona: Alianza
Editorial, p.250
[19] COHEN, R. Op.Cit pp.65-66
[20] Ibíd. p.126
[21] FORNIS, César (1996) La
Sociedad Corintia en la Guerra del Peloponeso. Revista Gerión nº14,
Universidad Complutense: Madrid. 77-99. Este autor plantea que Corinto fue una
de las polis beneficiada con la guerra, como Atenas no lanzó operaciones
terrestres y como aún la flota corintia seguía siendo poderosa, Atenas no atacó
directamente a Corinto lo que le permitió de poseer estabilidad interna durante
de la guerra, pero que finalmente la victoria sobre Atenas y el paso a ser la
mayor potencia comercial-naval en desmedro de Atenas le llevó finalmente a
luchar con Esparta en la guerra de Corinto en la cual la pérdida de hoplitas
significaron la reducción del cuerpo ciudadano y la aparición del mercenarismo.
[22] TUCÍDIDES I,33
[23] Ibíd I,37
[24] FORNIS, César Op.Cit p.79
[25] TUCÍDIDES I,88
[26] JENOFONTE. (1965) Las
Helénicas, Barcelona: Editorial Iberia S.A. p.46-47
[27] Ibíd p.48
[28] BRAVO, Gonzalo. Op.Cit p.297
[29] Esta situación es una de las que refleja Platón en su República.
Señalando que esta temática puede ser quizá la más importante en la “decadencia”
de las Polis griegas, el fin de una democracia como la tradicional tendría su
fin en esto, en el ingreso de la Oligarquía. “Platón aspira en la República a la constitución de un estado ideal
basado en la justicia, es decir, en una república encarnación de esta virtud, y
por ello lo primero que hace es examinar su concepto bajo todos los aspectos.” Bergua,
Juan B, Noticia Preliminar en Platón, La
República (1960). p.40 Así mismo en parte la línea seguida por Aristóteles al
denominar a la oligarquía una clase de gobierno impura derivada de la Aristoi
(Gobierno de los mejores)
[30] Para el caso Corintio en el artículo de FORNIS (Op.Cit) señala
que la muerte de ciudadanos y la incapacidad de otras personas para suplir el
coste del armamento trajo consigo el mercenarismo en Grecia, situación válida
también para el caso de Atenas.
[31] JARDÉ. A Op.Cit p.116-117
[32] TUCÍDIDES II, 13
[33] Rama militar que es dedicada a los asedios.
[34] Nuevamente debemos remitir al lector a las obras clásicas de
Platón, Aristóteles e Isócrates.
[35] JENOFONTE (1965) Las Rentas
del Ática Barcelona: Editorial Iberia S.A. p.296
[36] JENOFONTE Helenicás Op.Cit pp.162-163
[37] Ibíd p.221
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