LAS
CUATRO JULIAS DE LA DOMUS SEVERIANA: JULIA DOMNA, JULIA MESA, JULIA SOEMIAS Y
JULIA MAMEA ¿MUJERES CON PODER O COYUNTURA FAVORABLE?
Por Andrés Sáez Geoffroy[1]
Introducción
La
presente investigación versará sobre el rol que ocuparon las mujeres de la
domus severiana desde el ascenso de Septimio Severo hasta la muerte de
Alejandro Severo. Las fuentes nos informan que existieron cuatro Julias (Domna,
Mesa, Soemias y Mamea) que ocuparon posiciones predominantes dentro de la elite
política de la época.
Por
tanto como objetivo propuesto el presente trabajo tendrá como Caracterizar la
participación femenina de la dinastía Severa en la coyuntura del 193 al 235 en
el periodo de pre crisis del siglo III. Por lo mismo a modo de hipótesis de
trabajo se sostiene que si bien estas mujeres alcanzaron cuotas de poder en
ningún minuto este fue refrendado socialmente (autorictas) ni jurídicamente
(potestas) y que su influencia se debió esencialmente a determinadas acciones
que resultaron exitosas por la coyuntura política en la cual se produjeron por
lo que no puede referirse a estos casos como mujeres con poder y por tanto
generalizable a otras mujeres romanas sino que sólo obedecen a circunstancias o
en su defecto a acciones políticas concretas de estas emperatrices. Así mismo
la imagen de mujer romana no cambió puesto que se siguió asociando las imágenes
como espéculos de los hombres potentes, lo anterior reflejado que nunca una de
estas mujeres ascendió al puesto de emperatriz sine collegia a pesar de tener
la potencia para hacerlo.
El
trabajo se divide en 4 grandes partes, la primera se refiere a las fuentes
historiográficas, la segunda al contexto, la tercera a las actuaciones de Julia Domna, Julia Mesa, Julia Soemias y
Julia Mamea en el periodo de estudio, y por último unas palabras finales donde
se sintetizan y relacionan los factores derivados de las actuaciones de estas
mujeres.
1.
Las
fuentes
Las
fuentes principales de donde podemos extraer referencias respecto al rol que
ocuparon las mujeres de la domus severiana
son las que tradicionalmente se conocen para el periodo de fines del
siglo II e inicios del siglo III. Las fuentes por otro lado son escasas y
entregan generalmente testimonios discordantes entre sí y donde obviamente las
mujeres no cumple un rol importante.
Por
una parte, disponemos de Herodiano[2]
que presumiblemente compuso su obra durante el gobierno de Filipo el Árabe a
mediados del siglo III, se presupone de acuerdo a su mismo testimonio en el
interior de la obra pues señala “Yo he escrito una historia sobre los hechos posteriores
a la muerte de Marco que vi y escuché durante toda mi vida. Y en algunos de
ellos participé directamente en mis puestos de servicio imperial y público.”[3]
Esto sólo permite desprender que Herodiano se encontraba inserto dentro de la
estructura pública, pero es plausible creer que puedo haber alcanzado el rango
ecuestre o en su defecto liberto ya que no presenta grandes conocimiento en las
temáticas relativas al senado y otras estructuras de poder, lo contrario por
ejemplo de Dion Casio que si pertenecía al orden senatorial. A través de su
narración se ponen a disposición nuestra intrigas palaciegas, anécdotas y la
actuación del pueblo frente a estos hechos, relatos que cuentan con mayor
cantidad de detalles que las acciones políticas en general.
Por
otro lado disponemos, si bien, con menor extensión, con la Historia Romana de
Dión Casio[4],
senador que ocupó diversos roles en la época convulsa que le correspondió vivir
a la cual opone la idea de orden y estabilidad, por lo que cuando se refiere a
la dinastía de los Severos relata con mayor cantidad de detalles referidos a
Septimio Severo al cual en cierto busca ensalzar por la instauración del orden
perdido con Cómodo, en tanto los sucesores de Severo ocupan un lugar secundario
tanto por la animadversión a Caracalla como por que durante los reinados de
Heliogábalo o de Alejandro Severo se encontraba ya en periodo de retirada para
justamente escribir sus historias.
Así
mismo, otra fuente es la Historia Augusta[5],
se duda de si su composición fue
realizada por una sola persona o bien es una obra colectiva, lo mismo ocurre en
cuanto su datación si bien por las dedicatorias a Diocleciano y Constantino es
posible inferior que se escribiría entre fines del siglo III e inicios del
siglo IV. Igualmente se le acusa de poseer errores, por tanto, hay que
manejarla críticamente, a pesar de la gran cantidad de detalles que ofrece
sobre la vida de los emperadores romanos mediante la narración de sus res
gestaes.
Disponemos
igualmente, de referencias menores y simples en el Breaviario de Eutropio[6] y
de Aurelio Víctor[7]
de fines del siglo IV, autores que al contrario de los anteriores no habrían
sido testigos directos de los hechos sino más que nada compiladores de otras
fuentes sobre todo de la Histora Augusta.
Al
analizar vidas femeninas a través de estas fuentes, debemos comprender que se
tratan necesariamente de fuentes centradas en hombres, la historia augusta como
señala Momsem relata la vida de vitas maiores e iunores dentro de la cual no
caben las mujeres, lo mismo ocurre con Herodiano que agrupa su relato en torno a libro de acuerdo
a los diferentes reinados, en tanto Dión Casio relata y distribuye su obra en
cuanto situaciones y hechos políticos, por tanto es un historia de hombres donde
las mujeres aparecen en la medida que
tienen alguna influencia – casi siempre negativa- en los hechos.
En
este sentido, las mujeres que aparecen en estas obras reflejan a los emperadores
u hombres relevantes que poseen una res gestae digna de mención. Por tanto los
reflejos que tengan las mujeres dependerán de cómo sea visto el hombre, si el
gobierno de un emperador es nefasto lo más posible sería que las mujeres que
aparecen en la historia por su relación con él también sea nefasta, la
percepción por tanto dependerá en cuanto su relación con los hombres o
inclusive como culposa de determinadas malas acciones de los hombres.
2.
Marco
geográfico-histórico
Con
la muerte de Marco Aurelio el 180 en Vindobona y el ascenso de su hijo Cómodo
se produce un cambio esencial dentro de la dinastía de los antoninos y en la
administración imperial. Para los autores de tipo senatorial (Dion) o las obras
de tipo moralizante (Historia Augusta) el gobierno de Cómodo representa la
antítesis de un gobierno moderado, lo que habría iniciado la crisis imperial de
fines del siglo II. Pero más allá de la culpabilidad o inocencia de Cómodo
respecto a la crisis romana de fines del siglo II, la llamada época de oro de
los gobiernos Antoninos llegaba a su fin y la muerte de Cómodo a fines del 192
sólo acrecentaba los problemas. Por un lado las guerras contra los germanos y
los persas desde los tiempos de Marco Aurelio desgastaban los recursos del
tesoro imperial dejándolo agotado, de hecho es bastante probable que al ascenso
de Cómodo al trono el tesoro imperial pudiera encontrarse vacío y por tanto
debiera aplicar impuestos a la clase senatorial la cual obviamente protestó.
La
política antisenatorial de Cómodo implicó la potencialización de los cargos de
tipo ecuestre como por ejemplo el prefecto del pretorio y otras prefecturas las
que permitieron que el orden ecuestre pudiera ascender mediante la adlectio
(elevación del órden por parte del emperador) a la púrpura senatorial. La
elevación de estos hombres provocó que en el senado surgieran muchos homini
novis de rango ecuestre como Septimio Severo, Pertináx, y Pescenio Níger los
que desempeñaron importantes roles en el ejército y en la administración
imperial provincial y los cuales a la muerte de Cómodo a fines del 192
ocuparían roles de primera fila en los sucesos futuros, de hecho “Las profundas
mutaciones que tuvieron lugar durante el resto del siglo III en los diversos
órdenes de la existencia individual y colectiva van a hallar su origen y punto
de partida en esta etapa en la que se asienta la dinastía severiana”[8]
Cuando
Cómodo es asesinado, Pertinax es elevado al trono por la guardia pretoriana el 1º
de enero de 193 a la cual ofreció un donativum
de 3.000 denarios los cuales apenas pudo cubrir, siendo asesinado tres meses
después de su ascenso porque supuestamente no logró pagar por completo el
donativo. El trono fue subastado al mejor postor siendo comprado por Didio
Juliano quien habría ofrecido 25.000 de sestercios por soldados. Estos dos
hechos provocaron que surgiera una guerra civil conocida como el año de los
cinco emperadores donde Septimio Severo en Panonia, Pescenio Níger en Siria,
Clodio Albino en Britania, Julio Didiano en Roma y el asesinado Pertinax fueron
proclamados emperadores; esta guerra civil se decidiría el 197 cuando Septimio
Severo haya vencido a los restantes pretendientes a la púrpura imperial.
Fruto
de lo anterior, se origina una nueva dinastía además de una nueva forma de
comprender y ejercer el poder que ha venido a denominarse monarquía militar.
Por una parte el poder que tienen el prefecto del pretoriano y la guardia
pretoriana para deponer y aupar emperadores esperando los donativum
correspondientes, por ejemplo entre 190-200 recibieron donativos en 193,194 y
197. Junto a la guardia pretoriana el ejército también cobró mayor importancia,
se elevaron los sueldos de los legionarios pasando de 375 de la época de Cómdo
a los 500 denarios bajo Septimio Severo en tanto las legiones garantizaban el
orden externo e interno del Imperio siendo el mecanismo de dominio tradicional
bajo Septimio Severo y su sucesor Caracalla. Por otro lado el tesoro imperial
fruto de los elementos anteriores se encontraba vacío y por tanto la necesidad
de recursos era evidente y la crisis también, si un emperador no lograba
contentar al ejército era finalmente depuesto lo que provocó muchos periodos de
gobiernos cortos e inestables, todo esto “configuró una estabilidad basada en
una profunda militarización y orientalización del Imperio, dando lugar a
profundas mutaciones en diversos órdenes de la existencia individual y
colectiva del mundo romano. Esta dinastía, sirio-africana, supondrá una ruptura
definitiva con la tradición itálica y oligárquica”[9]
Por
último al ascender Severo al poder, derrotar a todos sus enemigos, restaurar en
algo el tesoro imperial y la fortuna personal de los emperadores, así como
mantener contentos a legionarios y pretorianos se sumaba la necesidad de
legitimar y crear una dinastía que se extendiera por los tiempos, por los mismo
deificó a Cómodo y adoptó el cognomen Antonino para él y para sus hijos, al
mayor Caracalla le nombró Augusto y al menor Geta le dotó del título de César[10].
Junto a aquellas labores realizó una serie de reformas, por una parte dividió
el patrimonio personal de la casa imperial (res privata) del patrimonio del
estado (fiscus) pasando las confiscaciones a engrosar el tesoro privado del
emperador[11],
por otro lado creó mayores procuradurías, recorrió el imperio, creó la Anona
militar y defendió eficazmente las fronteras del Imperio hasta su muerte el 211
en Ebocarum York.
Le
sucedieron sus hijos Caracalla y Geta, en una imitación del gobierno de Marco
Aurelio y Lucio Vero, pero el hijo mayor asesinó a Geta proclamándose emperador
en solitario el mismo año 211, el 212 mediante la Constitutio Antoniana
decretaba la ciudadanía romana para todos los habitantes del imperio, creó una
nuevo sistema monetario y se embarcaba en campañas militares en todos los
frentes hasta su asesinato instigado por Macrino su prefecto del pretorio que
le sucedió entre el 217-218. Impopular Macrino entre los soldados fue sucedido
por Heliogabalo oriundo de Siria el 218, odiado por sus conducta y carácter
oriental pronto fue asesinado y aupado al poder como emperador su primo
Alejandro Severo el 222, el que gobernaría hasta el 235 cuando fue asesinado
por un grupo de soldados en el limes renano. Es en esta época donde vivirían
las Julias de la dinastía Severa y presumiblemente participarían en estos
movimientos políticos pues como hemos dicho eran de acuerdo a los relatos espéculos
de la acción a los hombres a los cuales se asociaban, si bien es posible
encontrar motivos de su accionar de manera independiente.
Así
mismo no podemos dejar de mencionar los cambios que se habían producido en la
base de la sociedad romana y que debemos visualizar su influencia dentro de la
presente temática. Por un lado en el siglo II el vínculo agnaticio familiar y
el poder ilimitado del pater familias eran cosas que ya se había perdido en su
sentido tradicional, como lo demuestra el hecho de que Septimio Severo retomó
los esfuerzos de la Lex Julia de matrimonio de época de Augusto y reformada por
Domiciano. Por otro lado “mientras que
en la antigüedad el único parentesco legitimo era el que creaba la descendencia
masculina o agnatio en la época en que nos situamos también estaba legalizada
la cognatio o parentesco de la rama de la mujer”[12]
esto sería importante puesto que Julia Domna dejaría herederos en su línea
familiar, inclusive el matrimonio dejó de ser jurídicamente impuestos aunque
obviamente existirían presiones ya que el matrimonio siguió siendo en las elite
romana una alianza política[13].
3.
Las
4 Julias en su contexto: Julia Domna, Julia Mesa, Julia Soemias y Julia Mamea.
aa) Julia
Domna y Septimio Severo
Cuando
Septimio Severo ascendió al trono ya había contraído matrimonio con Julia
Domna, mujer que según indican las fuentes ejercería una poderosa influencia
durante el gobierno de Severo, así como el de su hijo Caracalla. Igualmente con
Julia Domna se iniciará el 193 hasta el 235 la influencia de una serie de
matronas de origen sirio, parientes directas de esta emperatriz.[14]
Septimio
Severo, había contraído primeras nupcias con Paccia Marciana la que había
muerto a poco iniciar el matrimonio, por lo que en una fecha que iría entre el
185-187 mientras ejercía el cargo de legado al frente de la legio IV Scythica
en Siria conocería a Julia Domna con la cual contraería matrimonio. Las fuentes
coinciden en que el matrimonio se celebró por que el horóscopo le había
señalado a Severo casarse con dicha mujer, siendo además esta uno de los mecanismos
para legitimar la asunción de Septimio Severo[15].
La historia augusta al respecto señala que Severo “Como deseaba casarse de
nuevo al haber perdido su primera esposa, se informaba del horóscopo de las
prometidas, pues el mismo era también muy versado en astrología, y cuando oyó
que había una mujer en Siria con un horóscopo tal, que le destinaba a casarse
con un rey la pidió por esposa – se trata de Julia- y se desposó con ella
gracias a la mediación de sus amigos. Esta la hizo padre enseguida”[16].
No podemos establecer con claridad si estas narraciones son verdad o mentira,
pero si tomamos como ejemplo todos los matrimonios de la aristocracia desde la
plena República pasando por todo el Imperio hasta fines del siglo II, el
matrimonio siempre fue visto como una manera de consolidar alianzas políticas[17],
y creo que este caso no fue la excepción. ¿Cuál entonces es la importancia
entonces de la mención de la astrología? Creo que es la de ocultar o en
realidad poner el centro de atención en otros asuntos menos relevantes además
de poner el centro de atención en el Severo buscando esposa en vez de la futura
mujer de él. Lo anterior porque en primer lugar para la fecha en que se
conocieron, Septimio Severo no pasaba de ocupar un cargo senatorial básico[18]como
legado legionario en la mencionada IV Scythica que inclusive no era considerada
de fuerte valor combativo[19], mientras
Pertinax era el gobernador de la provincia de Siria, en tanto Domna pertenecía
a un linaje emparentado con la realeza Siria – de ahí que estuviera llamada a
ser Reina- ya que su familia monopolizaba los cargos sacerdotales de Emesa y
era a su vez heredera del linaje de la
familia real de Emesa que se convirtió a
fines del siglo II a.C en reino cliente de Roma y posteriormente el 64 a.C en
provincia romana. Quizá por eso el texto de la historia augusta podría hacer a
la mediación de amigos para la consecución del enlace.
En
segundo lugar podría existir un elemento patrimonial, Septimio Severo aún no se
convertía en un personaje con un gran poder adquisitivo ni tampoco era un gran
millonario, en tanto Julia Domna hija de un riquísimo sacerdote poseía
relaciones de tipo comercial y económicas mucho más patentes e importantes que
Severo[20],
esto explicaría por qué las fuentes señalan que el matrimonio se llevó a cabo
en la Lugdunense a mediados del 187 cuando ya Severo ocupaba un cargo dentro
del cursus honorum mucho mayor y donde seguramente Julia Domna debe haberse
movido en una caravana hasta Lugdunum desde Siria, ya que el cargo de
gobernador impedía a Severo moverse de su jurisdicción territorial.
En
este sentido seguía coexistiendo la tradicional práctica matrimonial como
alianza política, en este sentido la mención astrológica tendría por fin
desviar el foco de atención sobre los asuntos de fondo del matrimonio, como
sería la educación de Julia, su ascendiente político y linaje, contrastado al
de Severo que prácticamente era un recién llegado y por último la riqueza de
ambos cónyuges. Como sea el matrimonio se desarrolló el 187, y pronto rendiría los
frutos que se esperaba de una matrona romana tradicional esto es en el caso de
una naciente dinastía tener hijos, pues como se vanagloriaba Septimio Severo su
situación “era mejor en su caso, porque Antonino había dado a la República
romana como emperadores a hijos adoptivos, mientras que él había entregado a s
su hijos legítimos: a Antonino es decir, Basiano, que le había nacido de su
primer matrimonio, y a Geta, de su segunda esposa Julia.”[21] El
188 nacía Lucio Septimio Basiano (Caracalla) y
Publio Septimio Geta en 189, la adopción del nombre de Basiano para el
primogénito ya es indicativo de cuán importante era el suegro de Severo, este
cognomen solamente le sería cambiado cuando “Al mayor, cuyo verdadero nombre,
antes de entrar en la casa imperial, era Basiano, Severo, cuando alcanzo la
dignidad de emperador, lo llamo Antonino, porque quería que llevara el nombre
de Marco;”[22]
es decir solamente cuando la dignidad
otorgada superara a la anterior, en este sentido Julia cumplía en un inicio la
principal labor de la matrona romana esto es criar niños para conformar un
linaje político.
El
matrimonio, al parecer habría funcionado bien, ambos según las fuentes eran
preocupados por la filosofía y conocían bien el griego y el latín[23],
ambos compartían antepasados semíticos ya que Severo era de origen libio-púnico
en tanto ya hemos mención a los orígenes sirios de Julia Domna[24].
Se ha señalado que Julia Domna poseía un entorno personalizado de juristas,
médicos, historiadores y filósofos[25]
que seguramente fueron protegidos por ella[26] y
con los cuales ejerció una política de mecenazgo como lo revela el caso de
Filostrato quien compuso una obra sobre la vida del filósofo Apolonio por
encargo de Julia Domna, seguramente el círculo de estos personajes debe haber
sido compartido por el matrimonio pero además estos personajes educarían a los
hijos del mismo, en tanto accederían y permanecerían en el concilium princeps
durante la mayor parte del periodo de la dinastía de los Severos. Podemos encontrar
en Domna una mujer culta y educada, la diferencia con otras matronas
aristócratas de la época es que no se limitaba a su rol dentro de la alianza
matrimonial sino que participaría en las discusiones e influiría, en un rol más
parecido a Livia que de las restantes emperatrices del siglo I y II d.C que se
limitaban principalmente al juego político mediante las alianzas matrimoniales.
En
los primeros años de reinado de Severo, de acuerdo a las diversas titulaciones
que obtuvo puede hablarse de una mujer que se equiparó rápidamente a
emperatrices anteriores, sobre todo con Faustina, ya que así como Severo se
decía heredero de Marco Aurelio su esposa debía también por tanto estar al
nivel de la esposa de Marco Aurelio. Es así que fue nombrada en concordancia
con este pasado como por las victorias de Septimio Severo como Mater castrorum[27],
en este sentido es una de las expresiones – si bien Faustina también fue mater
castrorum- que se forjaron durante la dinastía Severa para demostrar esa
constante relación entre ejército y dinastía iniciada bajo los severos como lo
atestiguan las fuentes y monedas acuñadas[28]
el 198 con la leyenda matri castrorum. Igualmente se le concedieron otros
epítetos como feliz, alegre, representante de la pudicitia, pero también y
sobre todo la relación con la maternidad, hecho que hemos mencionado tenía
conexión con el inicio de una nueva dinastía.
Un
suceso que configuraría la participación de Julia Domna en acciones políticas
sería el ascenso de Plautiano como prefecto del Pretorio y el casamiento de la
hija de este Fulvia Plautilla con Caracalla el 202. Plautiano era originario de
Cartago como Septimio Severo y pertenecía a la gens Fulvia, amigo y primo de
Severo, fue escalando posiciones hasta alcanzar la del prefecto del pretorio el
año 197, la posición de mayor fuerza en la política romana debido al rol que
jugaba la guardia pretoriana, este ascenso permitió el posterior casamiento
mencionado así mismo según Herodiano “la
crueldad y la violencia estuvieron presentes en todos sus actos”[29]
esta conducta que también es señalada en la historia Augusta no gustaban ni a
Caracalla ni a Julia Domna a lo que se agrega que Plautiano atacaba a amigos de
la familia en Siria donde quiso perseguir los aliados de Pescenio Níger, según
la historia Augusta “Mientras tanto por instigación de Plauciano perseguía a
los partidarios de Pescenio Nigro que quedaban, de tal manera que atacaba
incluso a algunos de sus propios amigos [de la domus severiana], achacándoles
que había atentados contra su vida [de Severo]”[30].
Caracalla
y Domna, o bien esta antes que su joven hijo ya que como también señalaba
Severo “porque tenía hijos de muy corta edad aún”[31]
no era posible aún asegurar el linaje se
vio preocupada por este poder del prefecto del pretorio. En definitiva lo más
seguro es que a Domna, su círculo cercano y posiblemente Caracalla previeron
que Plautiano quería tomar el control del futuro imperial ya que Septimio
Severo se encontraba enfermo y comenzaba a evidenciar los síntomas de la gota[32].
Si atendemos a la formación de Julia y a su participación cercana a Severo , debe
haberle manifestado su opinión a este, así como a sus hijos y al círculo de
protegidos que poseía, lo que la convertían en un blanco directo de los ataques
de Plauciano quien no podía atacar al emperador. Por lo que Plauciano hizo
penar sobre Domna la infamia de que había cometido adulterio, una práctica
típica para deshacerse de los enemigos, cuyo eco podemos encontrar en la Historia
Augusta pues en esta se señala que “Sin embargo en su propia casa fue poco
precavido [Severo], puesto que mantuvo en ella a su esposa Julia que se había
deshonrado por sus adulterios e incluso era cómplice de una conspiración”[33],
Aureliano Víctor también adopta dicha versión (de hecho la misma), yendo aún
más lejos pues declara que “las vergonzosas acciones de su esposa disminuyeron
la enorme gloria de este hombre, tan grande en el interior como en el exterior,
pues estuvo unido a ella de manera tan infamante que la retuvo incluso tras
conocer su libertinaje y siendo rea de una conspiración. Esto es vergonzoso
tanto para los hombres humildes como las poderosos”[34]
estos rumores (verdades a pie juntillas para algunos) obligaron a Julia a
aislarse dentro de la casa real donde se refugió finalmente en la filosofía,
Severo se vio atrapado entre dos fuegos lo que seguramente impidió su
tradicional y eficaz respuesta. Julia Domna seguramente incitó a sus hijos el
odio a Plauciano pues lo que estaba en disputa era la pervivencia misma de la
dinastía de los Severos como lo vislumbraron Domna y Caracalla, y al estar en
riesgo la dinastía en peligro su propia forma de vida.
Julia
se retiraba así de escena por los rumores de adulterio, en tanto Plauciano no
lograba su objetivo, ya que aspiraba que fuera ejecutada como lo señalaban las
leyes por alta traición para así controlar a su yerno, pero Severo no hizo nada
al respecto así como tampoco hizo algo contra Plauciano debido obviamente al
poder que tenía como prefecto del pretorio. Para Herodiano en cambio los
problemas serían lios femeninos ya que ni Julia y por su intermedio Caracalla,
querían a la hija de Plautiano. Plautiano, viendo que no lograba concretar su
estrategia por tanto, comenzó a mostrarse poderoso y altivo ante la debilidad
de Septimio Severo, decidió actuar primero e intentó asesinar a la familia real
(según Herodiano a Geta y Caracalla) para el alzarse con el poder, para aquello
urdió un plan, pero fue desenmascarado y asesinado el 205 por el mismo
Caracalla si hemos de creerle a Herodiano.
Con
la desaparición de Plautiano y su hija, Julia fue rehabilitada y la domus
severiana se embarcó en una campaña el 208 camino a Britania. La vida de Severo
ya estaba llegando a su fin. Julia Domna se había casado con Severo el 187,
cuando tenía 17 años en tanto Septimio Severo tenía ya 40 años cumplidos, por
tanto el emperador fue envejeciendo en un ritmo mucho mayor que su mujer siendo
aquejado por enfermedades, sobren todo Gota, cuando muere el 211 en Ebocarum.
Julia con 41 años se transformaba en la madre de los proclamados emperadores
Caracalla con 23 años y Geta con 22 años sobre los cuales tendría lo más seguro
un influjo importante por el papel que había jugado en su educación y en la
participación de los consilium principis.
Al
morir Severo, dejaba como herederos a sus dos hijos, Caracalla y Geta ambos con
los mismos poderes, inclusive en este sentido intentaba imitar a los Antoninos
mediante la copia de la fórmula que había ocupado Marco Aurelio con Lucio Vero.
No obstante el enfrentamiento fue inmediato entre ambos hermanos si bien
francamente abierto entre ellos a partir de la deificación de Septimio Severo.
Según las fuentes, ya que coinciden en esto el palacio imperial fue dividido en
un sector para Caracalla y otro para Geta, Herodiano señala que “Antonino, tan
pronto como su padre hubo muerto, tomo el poder, e inmediatamente empezó a llenar
de muertes la casa de su padre; eliminó a los médicos porque le habían
desobedecido al madarles que cometieran un error y precipitaran la muerte del
anciano y a quienes habían cuidado de su educación y de la de su hermano por su
insistencia en rogarle que se reconciliara con Geta”[35]el
enfrentamiento era inevitable. Ambos augustos reunidos en el consilium princeps
propusieron como posible solución un proyecto de división imperial, similar al
que practicaría Diocleciano posteriormente, según Herodiano, Julia Domna habría
jugado un papel central destacándose por su oratoria: “Convocaron pues, a los
consejeros de su padre y, en presencia de su madre, decidieron que el imperio
fuera dividido (…) Mientras ellos dos tomaban estos acuerdos, todos los demás
con las caras sombrías miraban al suelo. Entonces Julia les dijo:
<<Habeís hallado, hijos míos, el medio de repartir la tierra y el mar, y
es cierto que el Ponto separa continentes. ¿Pero como cómo ibais a repartir a
vuestra madre?¿y cómo, mísera de mi, sería partida y distribuida a cada uno de
vosotros? Matadme, como es natural primero, y que cada uno separe su parte y la
entierre en su territorio. Así, también yo sería repartida entre vosotros, lo
mismo que la tierra y el mar>>. Dijo estas palabras entre lágrimas y
gemidos y luego tendió sus brazos en torno a los dos y los estrecho en un
abrazo, en un intento de reconciliarlos. La piedad se adueñó de la situación y
la reunión fue disuelta; se rechazó el proyecto y los dos hermanos volvieron a
palacio, cada uno a sus propias dependencias”[36] Por un lado este discurso de ser cierto lo
señalara Julia, sea textual o no, tiene dos implicancias por una parte está
presente en el consejo de príncipes con derecho a la palabra y opinión, por
otra dominaría elementos de retórica que demostrarían su formación cultural e intelectual.
A pesar de estas actuación materna, esta paz no duraría mucho ya que coinciden
las fuentes que Caracalla le tendió una emboscada a Geta en los aposentos de su
madre donde sería asesinado en los brazos de Julia Domna, en tanto Domna
tendría la prohibición de recordar al menos en público su hijo muerto.
Es
aquí, donde en el gobierno en solitario de Caracalla las fuentes deforman la
imagen de Julia Domna. Por un lado Caracalla fue un emperador impopular dentro
de la clase senatorial pero popular al parecer en las clases pobres, Eutropio
señala que “Fue un hombre paciente, afable y tranquilo (…) Sus restos fueron
llevados a Roma en medio de público dolor y fueron enterrados entre los de los
Antoninos”[37]
en tanto según Herodiano cometió incontables excesos como el asesinato de su
hermano, de su esposa, el enterramiento de vestales, y masacró a Alejandría,
entre otros tantos imponderables crímenes[38]
junto a esto se suma la promulgación de la llamada constitutio antoniana que
daba plena ciudadanía a los habitantes del imperio por lo que aumentó ciertos
impuestos junto a una devaluación monetaria, junto con la, lo que le hizo impopular
frente a los senadores. Para estos era de su agrado Geta, del cual se exagera
su moderación para así contraponerlo a Caracalla (recurso literario típico en
época romana) por tanto Julia Domna se veía como aliada del dictador al cual
incluso se le compara con Calígula y Nerón. Las monedas de la época de
Caracalla habla de una Julia Domna cuya cualidad esencial era ser la “Venerici
Genetrici”[39]
estos es la madre del emperador donde ya no se recuerdan sus cualidades
políticas. En este sentido a esto nos referíamos cuando hacíamos referencia a
la mujer como espéculo imperial, puesto que como la imagen presentada de
Caracalla es negativa y se le acusa de múltiples excesos así como de
degeneración también la mujer asociada a
él, en este caso su madre, debía sufrir la reflexión, a esto se sumaba
que Caracalla no había vuelto a contraer nupcias desde su divorcio con
Plautilla, acentuando la falta de no poseer herederos y por tanto de prolongar
la dinastía.
Por
lo mismo, todas las fuentes sin excepción alguna, mencionan que Caracalla y
Julia Domna tenían una relación como Yocasta con su hijo, para Herodiano se
trata de que “Imaginaron por tanto numerosas burlas sobre el emperador, que
hacían referencia al asesinato de su hermano y a su vieja madre, a la que
llamaba Yocasta” para este por tanto era rumores, para Eutropio Julia Domna
incitó a Caracalla a tomarla por esposa, lo que generó en Caracalla “fue tan irrefrenable pasión que
se casó con su propia madrastra Julia”[40] la
historia Augusta en tanto declara que “Interesa saber cómo dicen que se celebró
el matrimonio con su madrastra Julia. Dicen que un día que esta bellísima mujer
se presentó casi completamente desnuda, simulando que se trataba de un
descuido, y Antonino la dijo: «Te querría, si fuera lícito», ella le replicó
diciendo: «Si quieres, es lícito. O ¿acaso no sabes que tú eres emperador, y
que tú das las leyes y no las recibes?». Al oír esto, su pasión desordenada se
vio azuzada a cometer el crimen y celebró unas bodas que él más que nadie
debería haber prohibido, si hubiera sido consciente de que era él a quien le
competía legislar. Tomó, pues, como esposa a su madre (a la que no se la
desearía llamar con otro nombre) y sumó a su fratricidio un incesto, ya que se
unió en matrimonio a aquélla a cuyo hijo había asesinado poco antes.”[41] en
tanto Aurelio Víctor[42] cree
lo mismo que la historia ausgusta la cual seguramente usaría como fuente. Los
historiadores romanos que aceptan esta versión del incesto, coinciden en ver en
Julia Domna una mujer instigadora que incita al joven Caracalla para que la
tomara por esposa, no obstante lo más seguro ante la deformación de los años se
trataría simplemente de rumores que estos historiadores lo hicieron pasar por
ciertos pues como se ha mencionado la historia augusta ensalza a Geta y desdeña
a Caracalla y por tanto se crean hechos para desacreditarlo y para aquello se
utilizan las mujeres como discurso retórico y agregado a los demás, la misma
Historia remata “En suma, los dos hermanos no se parecían en nada”[43]
Lo
cierto es que lo más seguro se trate de una maniobra para desacreditar a
Caracalla vía femenina, esto es que su madre lo habría corrompido, así incitado
seguramente por esta que era una mujer avariciosa a asesinar a su hermano Geta
para así ella casarse con él y permanecer con todo el poder en sus manos[44],
por tanto las fuentes que señalan el matrimonio entre hijo y madre se hacen eco
seguramente de rumores los que son usados como forma para desacreditarla
señalando bajezas en su comportamiento moral, pues Julia Domna en la medida que
su hijo iba de campaña y se acentuaban su enfermedades mentales habría
adquirido un mayor poder de influencia sobre las decisiones que se debían tomar
via concilium principis.
Cuando
Caracalla es asesinado por Macrino, su prefecto del pretorio, en la campaña
contra los persas el 217 d.C, Julia Domna se encontraba en Antioquía, enferma,
puesto que sufría un cáncer de mama, rodeada aunque “Macrino incineró el
cadáver [de Caracalla] y, después de colocar las cenizas en una urna, la envió
a la madre de Antonino, que se encontraba en Antioquía, para que le diera
sepultura. Habiendo perdido a sus dos hijos en parecidas circunstancias, ella
se suicidó; no sabemos si lo hizo voluntariamente o forzada por una orden.”[45]
Las fuentes señalan que se dejó morir por inanición, consecuencia seguramente
lógica de la muerte de sus dos hijos y por tanto la eliminación directa del
linaje, seguramente Macrino no quiso asesinarle tomando en cuenta su precaria
situación ya que fue proclamado por los soldados a los cuales recortó sus
sueldos, fracasó en la campaña partica y no contó con el apoyo del senado por
lo que seguramente quería contemporizar como lo relatan las fuentes. Otra
hipótesis posible sería que se suicidó para evitar que su hermana y familia
fueran perseguidas por Macrino facilitando su sucesión vía este medio, para
Dion Casio esta se suicidó porque no quería volver a la vida privada[46].
Es
con la muerte de Julia Domna que su hermana Julia Mesa cobrará importancia,
como señalare Herodiano “Había una mujer llamada Mesa, una fenicia de Emesa.
Tal es el nombre de una ciudad de fenicia. Era hermana de Julia, la esposa de
Severo y madre de Antonino. En vida de su hermana, vivió en la corte imperial
todo el tiempo, durante el largo periodo en el que Severo y Antonino fueron
emperadores. Después de la muerte de su hermana y del asesinato de Antonino,
Macrino ordenó que Mesa, regresara a su patria y se quedara a vivir entre los
suyos, conservando todos sus bienes”[47] esta
que la acompañó lo más seguro desde el momento de su casamiento hasta su muerte
fue testigo y aprendiz de las intrigas palaciegas así como de la importancia de
la soldadesca, cobraría en los dos reinados posteriores un rol similar al de su
hermana.
bb)
Julia
Mesa y sus hijas Julia Soemias y Julia Mamea.
Como
se ha hecho mención Julia Mesa era la hermana mayor de Julia Domna, casada con un equite, Julio
Avito, originario de Emesa, tuvo con este dos hijas, Julia Soemias madre del
futuro emperador Heliogabalo y Julia Mamea madre del futuro emperador Alejandro
Severo. Septimio Severo tuvo en alta estima a su cuñado Julio Avito y ya en el
194 le nombrada pretor por lo que Julia Mesa y sus hijas se trasladaron a Roma
y habitaron en el palacio imperial junto a su hermana la emperatriz Julia Domna
donde fueron testigos de todas las acciones políticas mencionadas. Así mismo el
197 fue nombrado legado legionario y ya en el 200 era nombrado cónsul, jugando
un papel importante en las campañas de Severos, su ascenso habría sido frenado
por Plautiano. Se estima murió entre el 216-217 antes que Caracalla fuera
asesinado[48].
Por tanto Mesa se vio influenciada o bien se vio envuelta en estos contextos
por su hermana la emperatriz de la cual seguramente sería una mujer de confianza,
cuñada del emperador y esposa de un equite, que al igual que Severo había
escalado posiciones gracias al patronazgo del emperador como señala Gasco “Sus
recursos, su influencia, conocimiento de la zona y clientelas fueron heredadas
de forma decisiva por Julia Mesa”[49]
Según
Herodiano y la Historia Augusta, Macrino fue lento e inseguro en su toma del
poder por los factores ya enunciados sin contar que se tardó en llegar a Roma
donde el senado romano no le fue adepto a su usurpación. Para peor, la guerra
en oriente se había terminado haciendo que los legionarios disminuyeran sus
perspectivas de botín y además Macrino al encontrarse con el tesoro vacío
disminuyó como consecuencia lógica el sueldo de los legionarios. En este
contexto Julia Mesa, que “era dueña de una inmensa fortuna puesto que había
estado ligada durante largo tiempo al poder imperial. La anciana regresó y
vivió en su casa. Tenía dos hijas; la mayor se llamaba Soemis y la otra Mamea,
cada una tenía un hijo; el de la mayor se llamaba Basiano y el de la menor
Alexiano. Ambos habían sido educados por sus madres y su abuela. Basiano tenía unos
catorce años y Alexiano andaba en los diez. Los dos muchachos eran sacerdotes
del dios del Sol, a quien veneran los habitantes de aquella región con el
nombre fenicio de Elagábalo.”[50]
Con una gran fortuna junto a su avaricia y codicia decidió por medio de su
patrimonio ofrecer un donativum a los
soldados, propalando antes el rumor que su nieto, el hijo de Julia Soemias, el
sacerdote de Emesa Heliogábalo, (nacido el 203)
era hijo de Caracalla fruto de las supuestas relaciones que este habría
tenido con sus primas cuando eran habitantes de palacio. Frente al ejército “Mesa,
o Varia, les dijo que Basiano era hijo de Antonino, lo que se divulgó poco a
poco entre todo el ejército. La propia Mesa era además inmensamente rica
(gracias a lo cual también Heliogábalo vivía con gran lujo) y consiguió
mediante sus promesas a los soldados que las legiones abandonaran el partido de
Macrino.”[51]
El contexto era propicio el padre del muchacho había muerto por tanto no podría
reclamar, en tanto estas mujer y sus
nietos eran los únicos con alguna relación directa con la dinastía Severa,
según algunos historiadores esta estratagema habría sido propuesta por un
general eunuco Gannys. No debe extrañar por tanto que el 218 Heliogábalo fuera
proclamado emperador por las tropas de oriente – como antaño Pescenio Níger-
librándose una batalla favorable a Heliogábalo.
El
nombramiento de Heliogábalo, como sucesor dinástico de Caracalla fue aceptado
por el senado debido al apoyo militar que Julia Mesa le había levantado a su
nieto, como reseña Herodiano “Después que todo el ejército se hubo pasado a
Antonino y lo hubo proclamado emperador, él se hizo cargo del Imperio. Su
abuela y los consejeros que la asistían le resolvieron los asuntos urgentes de
oriente, pues él era joven y sin experiencia de gobierno ni formación
suficiente. Pero no demoró mucho tiempo su salida, debido sobre todo a la
impaciencia de Mesa por llegar al palacio imperial de Roma, al que estaba acostumbrada.
Cuando el senado y el pueblo romano fueron informados de lo sucedido,
todos escucharon las noticias a
disgusto, pero se sometieron a la decisión del ejército.”[52]
la importancia de su madre y su abuela estaría patente en que en su aclamación
senatorial tendrían un asiento en el Senado cuestión que por ejemplo se le
había negado a Livia como lo recuerda la historia augusta “Después, el primer
día que el senado celebra asamblea 12, ordenó que convocaran a su madre Cuanto
ésta se presentó, la llamaron para que ocupara un lugar junto al escaño de los
cónsules y asistió a la firma, es decir, actuó como testigo en la redacción del
decreto del senado, siendo así el único de todos los emperadores bajo cuyo
gobierno fue admitida en el senado una mujer, ocupando el rango propio de un
hombre, como si fuera preclarísima.”[53]
Así mismo esta importancia proseguiría puesto
que las fuentes señalan que Heliogábalo no tenía ninguna gana de gobernar por
tanto el poder efectivo lo tuvieron los consejos y su mencionada abuela y
madre. No obstante recién ingresado en el trono su política religiosa de
superponer los dioses orientales sobre los tradicionales romanos así como sus
fiestas, “A menudo se veía a Antonino conduciendo su carro o bailando; y no
trataba de ocultar sus vicios. Aparecía en público con los ojos pintados y con
carmín en sus mejillas, afeando su rostro, hermoso de natural con maquillajes
lamentables.”[54]
Junto a sus relaciones homosexuales públicas hicieron renacer el 219-220 los
primeros resquemores sobre su gobierno. Por otro lado así como el emperador
gobernaba malamente idéntico tenía que ocurrir con su madre, ya que se le
culpaba de estar completamente estar influenciado por Julia Soemias. Se
presenta por tanto que el origen de la mujer al ser espurio (renegar la
paternidad) y el supuesto adulterio simplemente habría terminado por corromper
a su hijo el que inclusive habría aceptado la creación de un senaculum mulieris,
un senado de mujeres[55]
en el cual según la Historia Augusta “Bajo la presidencia de Simiamira se promovieron senados consultos
ridículos sobre leyes concernientes a las matronas prescribiendo, por ejemplo,
quién de ellas podía aparecer en público y con qué vestido, quién debía ceder
el paso a quien….”[56] O
sea para las Historia Augusta este senado habría tenido como funciones minucias
y ningún objetivo útil para el imperio.
Todas
estas acciones llevaron a que su misma abuela, la que de acuerdo a la historia
augusta era la única con autoridad ya que “Cuando entraba en los cuarteles o en
el senado, llevaba consigo a su abuela Varia, de la que ya hemos hablado
anteriormente, para conseguir más consideración merced a su autoridad, ya que
no podía conseguirla por sí mismo. Y, como ya hemos dicho, antes de su acceso
al poder, ninguna mujer entró en el senado recibiendo además la petición de
redactar un decreto o de dar su opinión.”[57]
Estaríamos por tanto ante la presencia de una mujer políticamente activa que
previendo la oposición del senado así como del ejército que comenzaba a
exasperarse por las nulas campañas y la actitud del emperador, optará por
solicitarle a Heliogábalo que nombrare como César –y presunto sucesor- a su
primo Alexiano, “Al ver esto Mesa, sospechando que los soldados desaprobaban el
modo de vida del emperador, tuvo miedo de verse reducida de nuevo a una
posición sin relieve si algo le ocurría a Antonino. Por eso persuadió a su
nieto, que era por otra parte un joven irreflexivo y necio, a que adoptara,
concediéndole el título de César a su primo, también nieto de ella por la otra
hija, Mamea. Le dijo que para congraciarse puesto que el debía consagrar su
tiempo a sus funciones sacerdotales y al culto del dios”[58]bautizado
para la ocasión como Alejandro Severo ya que sobre él se hizo pesar el mismo
rumor que pesaba sobre la paternidad de Heliogábalo. Alejandro tenía 13 años
pero la educación dada por su madre Julia Mamea y su abuela le había inspirado
el respeto del Senado así como en una hábil propaganda lo convertían en la
antítesis de Heliogábalo “Así pues, Alejandro, que fue hijo de Mamea -pues así
lo afirma también la mayoría de los esrcritores-, instruido desde los primeros
años de su infancia en los conocimientos útiles para la vida civil y militar,
no dejó pasar voluntariamente ni un solo día sin ejercitarse en la literatura y
en las artes militares.”[59]
En
tanto “cuando Antonino se enteró de esto, empezó a acechar por todos los medios
a Alejandro y a su madre. Pero Mesa, la abuela en común de ambos, desviaba y
desbarataba todas las insidias. Mesa era mujer que, además de ser hábil (había
vivido muchos años en el palacio imperial como hermana de Julia, la esposa de
Severo, con la que vivió todo el tiempo en palacio) Ninguna de las intrigas de
Antonino se le escapa puesto que éste tenía además un carácter indiscreto y con
sus palabras y acciones descubría sus planes abiertamente y sin ningún cuidado”[60] Ambas
dos de hecho habían provocado su
adopción como César para le ejecución de un proyecto futuro de golpe de estado
en la medida de que Heliogábalo cada vez perdía espacios de poder. Alejandro
Severo fue protegido por el Senado y los soldados los cuales querían a Mesa por
los donativos, además de su abuela y su madre Julia Mamea instigaron el asesinato
de Heliogábalo murió junto “con él también su madre Simiamira, mujer
viciosísima y digna de tal hijo. Una vez muerto Antonino, se procuró ante todo
que jamás entrara ninguna mujer en el senado y que se consagrara y se dedicara
a los infiernos la cabeza de quien lo hiciera.”[61]
Sucesos ocurridos el 222, siendo sus cadáveres arrojados a las cloacas y
mancillados, inmediatamente se les decretó una damnatio memoriae, nuevamente se
repetía la lógica del especulo, Heliogábalo era malo porque su madre era mala.
Alejandro
Severo tenía apenas 13 años cuando accedió al trono lo que resultó según las
fuentes igual de maleable por su madre y abuela al acceder al trono el 222. La
minoría de edad efectiva de Alejandro que durante la primera parte de su
gobierno se encontrara sometido a la tutela de su madre y abuela según
Herodiano “Los soldados proclamaron emperador a Alejandro y lo condujeron a
palacio, aunque era muy joven y estaba completamente bajo la tutela de madre y
de su abuela” [62]esto
significó que junto a su carácter reposado, tendiente a la pacificidad, la
justicia y la administración le fueran otorgados se le censura puesto que su
madre ejercía sobre el un control superior junto también con los hombres del
concilium princeps vigentes desde el gobierno de Caracalla. Con la muerte de su
abuela Julia Mesa el 224 actuó deificándola y el panorama posterior al parecer
no cambio ya que “Mamea, al quedar sola con su hijo se esforzó por dirigirlo y
dominarlo de la misma manera. Y al ver que el muchacho ya contaba con todo el
vigor de su juventud, tuvo miedo de que sus fuerzas juveniles, si recibían en
apoyo de su poder sin límites, lo arrastraran a alguno de los errores de su
familia.”[63]
A partir de aquí “Fue singularmente piadoso con su madre Mamea hasta tal punto
que construyó en Roma en el Palacio unos pabellones con el nombre de Salas de
Mamea a los que el vulgo ignorante llama hoy ad Mammam y un palacio en Bayas al
que dotó de un estanque que todavía hoy se llama Mameo.”[64] Cuando
intentó su primera muestra de independencia mediante el matrimonio finalmente
la oposición de Mamea, según la simple causa de celos según las fuentes[65],
hizo que tuviera que divorciarse. Los años de paz en las fronteras junto a una
desastrosa campaña en Germania el 235 hicieron que fuera depuesto, “Alejandro
apenas consiguió regresar a su tienda; allí según cuenta los relatos, esperó al
que había de matarle abrazado a su madre, lamentándose y culpándola de su desgracia.”[66]
siendo asesinado junto a su madre por Maximino el Tracio quienes en las fuentes
le señalan que instigaba a los soldados de Alejandro del modo que “cuando el ejército de
Maximino ya estaba a la vista, los jóvenes reclutas comenzaron a gritar invitando
a sus compañeros de armas a que abandonaran a su “roñosa mujercita” y a su
“miedoso muchachito esclavo de su madre” y se pasaran al bando de un hombre que
era valiente y sensato que siempre había sido su compañero de armas y que había
consagrado de su vida a la actividad militar”[67]su
carácter cercano y piadoso con su madre lo cual le habría llevado a la ruina y
posterior ejecución de acuerdo a las fuentes, la culpable era nuevamente una
mujer.
4.
Conclusión:
¿poder real o coyuntura favorable?
En
primer lugar es innegable el efecto que la coyuntura que les tocó vivir a estas
a mujeres y desde la cual basaron sus acciones políticas. Con el ascenso de
estos homini novis de provincias que
mediante alianzas de tipo matrimonial como es este caso lograron llegar a Roma
con poderes y funciones que antes no poseían. El caso de las mujeres de la
dinastía Severa es parte de esa coyuntura puesto que desde un estereotipo
provincial la mujer oriental no era de ningún modo parecida a la mujer
prototípica romana sino que mucho más instruida y a la vez mucho más cercana
del poder y sus influencias.
Así
mismo como parte del ascenso de este grupo sociocultural debemos mencionar el
factor esencial que dará estabilidad a partir de este momento: el ejército. El
ejército fue el que aupó a todos los emperadores de esta dinastía y estas
mujeres fueron proclives a usar estrategias que en su caso para el ascenso al
poder estuviera presente el ejército, así mismo este mismo es el que está
presente en todos los derrocamientos de emperador justamente a instigación por
parte de estas mujeres como Julia Mesa, Soemias y Mamea. El mismo Herodiano
señala que al ascenso de Heliogábalo “Los soldados fueron contando a sus
compañeros lo que Mesa les había revelado, y el rumor se esparció de tal modo
que enteró todo el ejército. Se decía que Mesa poseía una cuantiosa fortuna y
que estaba dispuesta a entregarlo todo a los soldados si recuperaban el imperio
para su familia. Los soldados convivieron en que, si Mesa y los suyos se
presentaban en el campamento secretamente de noche, les abrirían las puertas,
acogerían a toda la familia dentro y proclamarían emperador al hijo de
Antonino”[68]
Señalar así mismo que así como fueron elevadas al poder por el ejército las dos
últimas fueron asesinadas junto al derrocarse sus hijos, muestra que más que
ser mujeres las maniobras políticas de estas coyunturas tenían mucho que ver
con el poder militar y en como dejar contento al ejército al cual la riqueza
heredada por estas mujeres les permitió ejecutar estas acciones políticas. Por
tanto el poder efectivo que lograron estas mujeres no se asocia tanto a su
condición de género como a su status social además de la coyuntura no dada del
creciente poder del orden ecuestre, de las legiones y la guardia pretoriana y
la minoría de edad de los emperadores, esto último en los dos siglos de
historia imperial no había sucedido puesto que todos los sucesores ya eran
mayores de edad a la hora de asumir.
En
segundo lugar, en las fuentes se refieren al constante deseo de poder y dinero
de estas mujeres, lo que se asocia ante todo a su origen sirio lo que estaría
en relación en cómo se alejan de los prototipos románicos itálicos, podría
haber existido una cierta discriminación ya que por ejemplo el padre de Domna y
Mesa “era sirio, y los orientales son de muy fina inteligencia”[69]
así mismo se le atribuye a Alejandro Severo que “No quería que le llamaran
Sirio, sino que le consideraran romano desde sus remotos antepasados, y había
hecho pintar el árbol genealógico de su linaje en el que se demostraba que su
familia descendía de los Mételos.”[70]. Esto a su vez, podría verse reforzado cuando
con Severo el patrimonio de la familia real se diferencie del tesoro del
estado, como señala la Historia Augusta “Finalmente Severo dio a los soldados
más estipendios que ningún otro emperador. Y gracias a la confiscación que
hemos mencionado, dejó a sus hijos un patrimonio mayor que ningún otro
emperador, pues convirtió en propiedad del emperador la mayor parte del oro
cobrado en las Galias, las provincias de Hispania y en Italia. Entonces se creó
por primera vez el cargo que cuidaba la fortuna privada del emperador”[71] los sucesores del emperador serán por tanto los
principales beneficiados de la enorme fortunas que el emperador acumuló durante
sus años de gobierno por medio de confiscación y tratos económicos como la
importación del aceite bético tanto que la misma conducta de Severo era tildada
por Herodiano de que “la severidad con sus enemigos no era más que un pretexto;
en realidad, su codicia se había desbordado. Jamás un emperador fue tan esclavo
del dinero”[72]
En este sentido la mujer de Severo debía ser iluminada con la misma luz que su
esposo, los errores de Severo eran los errores de Domna, las injusticias de uno
eran las de otro, por tanto las recriminaciones hacia Severo deberían verse
potenciadas hacia su mujer, ya que este le sucedió y además habría ejercido su
influencia sobre sus hijos, y dentro de ellos Caracalla no era querido por la
elite política romana.
Por
tanto es posible concluir que al morir Julia Domna, la cual como se ha señalado
murió con los epítetos de avariciosa, seguramente su hermana Julia Mesa heredó
la fortuna de esta. Esta fortuna sería la fuente sobre la cual se nutren las
sobrecargadas descripciones sobre su afán de poder, avaricia y gloria[73],
donde lo que la habría llevado a ocupar dicho patrimonio para nominar a Heliogábalo
como emperador donando a los soldados dineros para su sublevación si bien
dentro de esta decisión lo más lógico sería la búsqueda de una línea de
sucesión dinástica y por tanto la utilización de estrategias básicas para
lograr dicho fin sobre todo si entendemos a Macrino como un usurpador.
Junto
a las anteriores inferencias, está la línea de acción dada a conocer por la
historiografía de la época las que si seguimos literalmente debiéramos pensar
que las acciones políticas de estas mujeres no estuvieron motivadas por una
ideal patriótico o por amor a la ciudad eterna sino más que nada simplemente
por satisfacer los deseos de habitar en el palacio imperial puesto que vivir en
otra residencia le resultaba cuando menos incómodo. Ahora es innegable que sin
duda puede haber motivaciones económicas en unas mujeres pertenecientes a una
familia donde la lógica comercial estaba plenamente asentada. Pero creo que no
es posible reducir los procesos históricos a una única variable, por lo que
junto a aquella causa ligada junto a la variable económica lo que buscaron las
acciones políticas de estas mujeres, mediante la utilización de los mecanismos
económicos para dominar ejército era simplemente garantizarse la pervivencia de
su linaje masculino desde el cual ganarían status y poder, lo que lleva
inclusive a que abandonen la paternidad de sus hijos como es el caso de Soemias
y Mamea, todo con el fin de que mediante los hombres pudiera escalar
posiciones. De ahí que en las fuentes se mencionen prácticamente como poderes
en las sombras y participaran en el consilium príncipis y la influencia sobre
sus hijos.
Por
otro lado la coyuntura favoreció a Mesa y sus hijas, al ejército no le
importaba si sus hijos eran o no herederos de Caracalla, ni que tampoco fueran
menores de edad ni que estuvieran bajo tutelaje femenina al carecer de figuras
paternas conocidas, para el ejército lo importante era recibir los donativos y
de paso aprovecharse de las posibles debilidades que le ofreciera el sistema
para deponer y colocar nuevos emperadores al mejor postor, se generó así una
especie de simbiosis táctica entre el ejército y estas mujeres, ya que ambas
partes tenían los elementos que la otra estaba buscando. Julia Mesa y sus hijas
no utilizaron técnicas diferentes a las que usó Septimio Severo, Caracalla o
Macrino para su elevación al poder, las que habrían aprendido participando no
necesariamente directamente de los hechos pero si como testigos de las intrigas
palaciegas, la crítica que se les hace por tanto las fuentes se desprenden
simplemente de su condición femenina no de las actuaciones políticas
realizadas, por ejemplo a Domna se le ataca, se le hace pasar por ambiciosa y
adúltera, pero nadie crítica las actitudes de Severo que como se ha dicho era
catalogado inclusive como cruel.
Por
último, se reafirma la idea que en este caso, las condiciones negativas que los
historiadores quieren ver en estas mujeres son reflejos o se reflejan en los
hombres. Si se reflejan es decir se convierten en una influencia negativa para
sus propios hijos ya que por ejemplo en el caso de Heliogábalo no es capaz de
controlarlo y en el caso de Alejandro Severo se le aleja de los correctos
ideales transformándolo en un gobernante de características afeminadas en el
sentido de no ser amante de la guerra. Por otro lado la luz que cae sobre
Domna, Mesa, Soemias y Mamea es la que les da los hombres a los que se
asociaron, Caracalla odiado fuertemente por el senado dio esta luz a su madre
que en definitiva la imagen creada por las fuentes la hace ser tan negativa
como el, Julia Mesa que fue capaz de negar la paternidad de su nietos,
confabuladora y capaz de sacrificar una hija para seguir dominando a
emperadores menores de edad también se refleja debido a sus propias
actuaciones, con Soemias ocurre lo mismo que su hijo a través de como mueren
ambos juntos y por último Mamea es la que aparece como la gran culpable de la
debacle final de su hijo Alejandro Severo.
Como
conclusión final es posible señalar que estas mujeres si tuvieron cuotas de
poder de acuerdo a lo que dicen las fuentes, no obstante no podemos hablar de
que ellas fueran las que tuvieran la potestas y la autorictas que comúnmente se
les atribuían a los hombres, en este sentido su posición dentro de la
estructura imperial es mediante los hombres y su linajes, de ahí el interés por
lograr la pervivencia de los mismos. Además a diferencia de emperatrices
anteriores donde sus hijos ya mayores de edad sucedían a sus padres y donde el
ejército era en contadas ocasiones un factor de inestabilidad se vieron
envueltas en un contexto donde los emperadores eran demasiados jóvenes y poco
independientes lo que relevaría diferencias en la educación de las matronas
romanas respecto a las sirias teniendo estas últimas una influencia mayor sobre
sus hijos. A esto debemos agregar el factor militar, el mismo que elevó a la
dinastía de los Severos fue el que finalmente eliminó a la misma, muriendo por
la espada indiscriminadamente tanto hombres como mujeres.
BIBLIOGRAFÍA.
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6.
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7.
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10. SAAVEDRA-GUERRERO Daría, “Septimio Severo, Julia Domna
y Plauciano: El juego de la traición en la domus aurea” Gerión, Vol. 27, Nº 1,
2009 , Madrid: Universidad Complutense, págs. 251-261
[1] Profesor de Estado en Historia,
Geografía y Educación Cívica, Universidad de la Frontera Chile. Estudiante de
Master d’estudis Historics menció Historia Antiga, Universitat de Barcelona.
[2] En el presente trabajo
ocuparemos HERODIANO,
Historia del Imperio Romano después de Marco Aurelio traducción y notas: Juan
J. Torres Esbarranch Editorial Planeta DeAgostini, cop. 1996 de aquí en
adelante por sus siglas HER.
[3] HER Libro I 2.5
[4] No existe aún versión traducida
de los libros relativos a la dinastía Severa, por tanto aquí se encontrará la
traducción a pasajes que de manera personal he realizado basándome en la
versión digital de su historia tomada de:
http://penelope.uchicago.edu/Thayer/E/Roman/Texts/Cassius_Dio/home.html
[5] La
versión que ocuparemos acá HISTORIA
AUGUSTA edición de Vicente Picón y
Antonio Cascón, (de aquí en adelante H.A) Madrid: Akal, 1989.
[6] EUTROPIO .Breviario, AURELIO
VÍCTOR Libro de los Césares, , introducciones, traducción y notas de Emma
Falqué, Madrid: Gredos, 1999.
[7] Ibíd.
[8] GONZÁLEZ FERNÁNDEZ Rafael - FERNÁNDEZ
ARDANAZ Santiago, “Algunas cuestiones
en torno a la promulgación de la
Constitutio Antoniniana,” en Gerión. Revista de Historia Antigua Vol 28, No
1 (2010), Madrid: Universidad Complutense p.160
[9] Ibíd. p.157
[10] BRAVO Gonzalo, Historia
del Mundo Antiguo: una introducción crítica, Madrid: Alianza Editorial,
2010. ISBN: 978-84-206-8272-3 p.469
[11] Ibíd.
[12]
CARCOPINO, Jerome. “La vida cotidiana en Roma en el apogeo del
Imperio” Madrid: Ediciones temas de hoy, 2001, p.109
[13] BORRAGÁN
Nieves, “La Mujer en la sociedad romana del alto Imperio: siglo II dC”, Uviéu:
Trabe, 2000. p.54-68
[14] La principal fuente
historiográfica escrita sobre Julia Domna es la obra de LEVICK, Barbara, “Julia Domna
, Syrian Empress”, Londres: Routledge, 2007.
[15] SAAVEDRA-GUERRERO Daría, “Septimio
Severo, Julia Domna y Plauciano: El juego de la traición en la domus aurea” Gerión,
Vol. 27, Nº 1, 2009 , Madrid: Universidad Complutense, págs. 251-261
[16] HA Septimio.Severo 3.9
[17] BORRAGÁN Nieves, “La Mujer en
la sociedad romana del alto Imperio: siglo II dC”, Uviéu: Trabe, 2000
[18] Según la historia augusta a esta
altura había recibido la laticlavia senatorial
[19] MATYSZAK Philip, “Legionario
el manual del soldado romano”Madrid: Akal, 2011.
[20] Debido a la consecuente riqueza
de la ciudad relatada por Levick el cual señala que la ciudad si bien era
romana era “un reino basado en una ciudad, propio de las polis griegas”.
LEVICK, Barbara op.Cit p.11
[21] H.A Septimio Severo
20.2-3 – la historia augusta plantea erradamente el hecho de que Caracalla no
era hijo de Domna-
[22] HER Libro III 10.5
[23] AUR.VIC 20.22-23, EUT 20.1
[24] LEVICK, Op.Cit p.31
[25] “También muy conocido e
influyente fue el famoso “salón literario” de la esposa siria de Septimio, Iulia
Domna, al que asistían entre otros, además de los jurisperitos anteriormente
citados, Diogenes Laercio, Eliano, Sereno Sammónico, los juristas, Filóstrato
de Lemnos que escribió la vida de Apolonio de Tiana, que se incorporó al
refinado panteón cultivado por los Severos” GONZALEZ Y FERNANDEZ Op.CIt
p.183
[26] SAAVEDRA-GUERRERO Daría, Op.Cit
[27] LEVECK Op.Cit p.43
[28] Las monedas en:
http://www.tesorillo.com/roma/alto_imperio.htm
[29] HER Libro III 10.7
[30] H.A Septimio Severo 15.4
[31] H.A Septimio Severo 15.5
[32] H.A Septimio Severo 18.9
[33] H.A Septimio Severo 18.8
[34] AUR.VICT 20.23-24
[35] HER Libro III 15.4
[36] HER Libro IV 3.8.9
[37] AUR VIC 21
[38] HER Libro IV 6
[39] Las monedas en:
http://www.tesorillo.com/roma/alto_imperio.htm
[40] EUT 20.2
[41] H.A Caracalla 10.1.4
[42] AUR VIC 21.3-4
[43] H.A Caracalla. 9.3
[44] LEVECK op.Cit p.33 señala
que una de las estrategias típicas era culpar a las mujeres de adulterio cuando
a los hombres a los cuales se asociaban se les daba una imagen negativa.
[45] HER Libro IV 13.8
[46] Dion Casio 79.23-24
[47] HER Libro V 3.2-3
[48] Dion Casio 79.30 2-4
[49]
GASCO, Fernando. “Sociedad y cultura en tiempo de los Severos” Madrid: Editorial
Coloquio, 1988.
[50] HER Libro V 3.3-4
[51] H.A Macrino 9.1
[52] HER Libro V 5.1-2
[53] H.A Heliogábalo 4.3
[54] HER Libro V 6.10
[55] H.A Heliogábalo 4.3
[56] H.A Heliogábalo 6.7-8
[57] H.A Heliogábalo 12.3-4
[58] HER Libro V 7.1-2
[59] H.A Alejandro Severo
3.1-2
[60] HER Libro V 8.4
[61] H.A Heliogábalo 8.3
[62] HER Libro V 8.10
[63] HER Libro VI 1.5
[64] H.A Alejandro Severo 26.9
[65] HER “Quería ser la única emperatriz y estaba celosa de la joven por
el título de Augusta.” Libro VI 1.9
[66] HER Libro VI 9.6
[67] HER Libro VI 9.5
[68] HER Libro V 3.11
[69] HER Libro III 11.8
[70] H.A Alejandro Severo
44.1-2-3
[71] H.A Septimio Severo
12.3-4
[72] HER Libro III 8.7
[73] HER Libro V 3.11“La
anciana estuvo de acuerdo porque prefería arrostrar peligro antes que tener
vivir como un particular y pasar por desterrada.”
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